Por Consuelo Castilla, socia y presidenta de AdQualis Human Results, empresa líder en Recursos Humanos
Encaramos 2022 con un horizonte cambiante, aupado por un 2020 que ha marcado un antes y un después en muchas de las políticas del área de Personas de las organizaciones y un 2021 que ha hecho de bisagra entre la que denominábamos “normalidad” postpandemia y esta “nueva normalidad”. Ya en el Barómetro que organizamos hace unos meses en AdQualis, pudimos comprobar cómo más del 70% de los directivos de Recursos Humanos afirmaba que no esperaba que su actividad volviera a la normalidad hasta 2022 o 2023.
Los departamentos de Recursos Humanos de las organizaciones han aprovechado el momento para valerse de algunas palancas de cambio, hablo de la digitalización. Un proceso fundamental, que ya había mostrado sus beneficios en años anteriores, y que ahora ya es un vital para la productividad y el futuro de cualquier organización.
Asimismo, en Recursos Humanos y Gestión del Talento trabajamos con el intangible más importante: la persona y su bienestar laboral, lo que supone una gran responsabilidad. No en vano, la instauración y su posterior continuación de políticas de flexibilidad y conciliación han sido las iniciativas que más se han establecido, sobre todo debido al contexto de pandemia.
Hace ya casi dos años tuvimos que renovarnos, cambiar nuestras formas de trabajar y poner a prueba nuestras capacidades de adaptación y resiliencia, y, tras muchos meses, puedo decir que hemos sobresalido de la situación con nota. Y, desde AdQualis, con una amplia visión de estar en contacto con diferentes sectores y una diversidad de países. Pero ahora, tenemos un nuevo reto por delante que pasa por organizar y dar entidad a las políticas que prevalecerán para el futuro. Con ello me refiero a dictaminar unos nuevos parámetros que van más allá de definir el teletrabajo o las medidas de conciliación.
Soluciones creativas en Recursos Humanos
Los empleados, sobre todo los más jóvenes, buscan proyectos retadores y de aprendizaje más que empresas para toda la vida. El talento busca autonomía, flexibilidad y asunción rápida de responsabilidades, además de definición y medición transparente de sus objetivos. Debemos mirar más allá para evitar la improvisación y poder construir un nuevo marco en el que las normas sean claras en beneficio de la profesionalidad, la productividad y la innovación, además de la atracción y preservación del talento.
Un ejemplo muy claro de todo ello son los perfiles tecnológicos, que rehúsan oportunidades laborales atractivas por el hecho de no contar con una política de flexibilidad y teletrabajo, no visualizar un proyecto atractivo para ellos en el que puedan desarrollar sus capacidades o no visualizar un rol experto, casi un mentor, del que poder aprender, sin estructuras ni jerarquías.
Me gustaría detenerme también en otro de los retos que tenemos por delante, la diversidad. Nuestras empresas, para adaptarse a los cambios rápidos, a la innovación, y a un mercado cada vez más global, precisan de talento diverso tanto en cultura, raza o religión, como en género y en generaciones. Este es otro de los cambios que los departamentos de Recursos Humanos tendrán que liderar en el 2022.
Y, como es lógico, esta atmósfera de cambio nos lleva al surgimiento de nuevos perfiles, a demandas de nuevas funciones y profesionales. Por ello, el 2022 está llamado a ser el año de los perfiles que siguen ligados a la digitalización, las nuevas tecnologías y la sostenibilidad. Profesionales con capacidades de creación de nuevo negocio en un contexto de reactivación económica con competencias ligadas a la adaptación, innovación, liderazgo colaborativo y visión de futuro.
Aprovechemos el inicio de año, que siempre es una buena excusa para plantear nuevas etapas aportando soluciones creativas a los retos que tenemos por delante.