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Opinión

Redacción Capital

Talento digital: un tren que no podemos perder 

“Las empresas deben apostar por una cultura de la confianza, no del control. Hay que poner foco en los objetivos y en el desarrollo de las personas”

La competición por el talento, y, de forma más específica, la escasez del talento digital, se ha convertido en uno de los grandes retos a los que tenemos que hacer frente las empresas. En 2021, según recoge el informe elaborado por la Fundación VASS y la Universidad Autónoma de Madrid, quedaron 7.000 posiciones profesionales del entorno digital por cubrir. Si fijamos la vista en el cumplimiento de los objetivos marcados por la Comisión Europea de cara a 2030, España debería ser capaz de disponer de 1,3 millones de especialistas TIC.  

En los últimos meses, hemos visto cómo Madrid, Barcelona, pero también Málaga, entre otras ciudades españolas, se están consolidando entre los principales hubs tecnológicos más importantes de Europa, gracias a su gran ecosistema de startups, su importante y sólida infraestructura IT y su apuesta por la innovación. Gigantes como IBM, Huawei y Microsoft han puesto sus miras en Madrid, mientras otras como Pepsico harán lo propio en Barcelona. 

En Schneider Electric también hemos creado un nuevo hub digital internacional en la ciudad condal, y estamos convencidos de que son claves para avanzar más rápidamente en el camino de la transformación digital, para las empresas y para todo su ecosistema. 

¿Cuáles son las claves para avanzar en talento digital? La respuesta no es sencilla, al implicar múltiples dimensiones y aspectos. Es cierto que la escasez de profesionales con capacidades digitales es uno de los grandes desafíos, pero también hay que tener en cuenta la propia gestión del talento, que en ocasiones puede resultar poco atractiva e incluso anticuada. 

Desde el punto de la atracción de talento, este tiende a polarizarse entre startups y multinacionales. La atracción del talento por parte de la pequeña y mediana empresa supone un reto adicional.   

Es importante revisar los procesos de selección y cómo nos dirigimos hacia este talento. Es uno de los primeros puntos que tenemos para diferenciarnos y para mostrar la innovación y la capacidad de crear, interactuar y desarrollarse que van a poder tener a su disposición. Formatos como los ‘hackathones’ o los ‘escape rooms’ son ya cada vez más habituales en estos procesos. Los primeros días de un nuevo empleado en la compañía también son clave.  

Otro aspecto importantísimo es el entorno de aprendizaje. Me refiero sobre todo al acceso a tecnologías punteras, a las certificaciones y, sobre todo, a crear un entorno de profesionales que aceleren su desarrollo entre ellos, donde se favorezca el autoaprendizaje continuo, el reto y la innovación. Éste deberá ser necesariamente un entorno diverso e inclusivo, en el que las personas se sientan cómodas y seguras de mostrarse como son. 

Este entorno requiere también de un liderazgo transformador, capaz de inspirar y retar, siempre desde la humildad. El manager se convierte en una pieza clave de la ecuación. Un mal ‘jefe’ y un entorno jerárquico acabarán en la huida del talento.  

La flexibilidad es otra variable clave que se expresa en el teletrabajo, en modelos híbridos y en el propio entorno de trabajo. Las empresas deben apostar sin duda por una cultura de la confianza, no del control. Hay que poner foco en los objetivos y en el desarrollo de las personas. El entorno ha cambiado. Si bien antes las empresas concentraban gran parte de la información, hoy el nuevo talento puede aportar valor desde que se incorpora. 

Al talento no se le retiene: quiere desarrollar todo su potencial contigo y contribuir con su trabajo a una mejor sociedad. Ahí es donde la misión de la empresa se ha convertido en un eje central. En nuestro caso, por ejemplo, nuestro compromiso con la sostenibilidad y la posibilidad de ayudar a empresas a descarbonizarse se ha convertido en uno de los principales vectores por los que el talento quiere crecer con nosotros. 

Una empresa sin propósito difícilmente logrará contar con el mejor talento. Compromiso con el medio ambiente, con la sociedad y su propia gobernanza y la ética que rige la organización pasan a ser innegociables.  

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