Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Actualidad

El renacer del sector de la Defensa en el mundo

Las tensiones geopolíticas van en aumento, en una espiral pre bélica que no se veía en Europa desde el Periodo de Entreguerras

El renacer del sector de la Defensa en el mundo
Por Pablo Poyo

Corren malos tiempos para el pacifismo en el mundo. Las tensiones geopolíticas van en aumento, en una espiral pre bélica que no se veía en Europa desde el Periodo de Entreguerras. Europa empieza a asumir que la única forma de garantizar la paz continental es invirtiendo en Defensa. Así las cosas, la antigua retórica de Bruselas se está sustituyendo por otra que anima a los países integrantes a destinar mucho más dinero para gastos militares.

Estados Unidos, Rusia y China están haciendo lo propio. Incluso España tiene previsto aumentar el presupuesto militar. En Capital, analizamos la importancia del sector de la Defensa, cómo era su situación antes de la Guerra de Ucrania y el futuro inmediato de este segmento.

La ‘Europa negligente’

La escalada de tensión bélica que estamos viviendo en el continente se debe principalmente a tres factores. El primero, la insistencia de Rusia en proteger su ‘espacio de seguridad’, la frontera del oeste que hace de límite con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) -o que ya es parte de ella-, la que corresponde a los antiguos territorios de la Unión Soviética. Durante años, Moscú ha insistido sobre el peligro que acarreaba el hecho de que Occidente se inmiscuyera en los ‘asuntos rusos’, pero ni Europa ni Estados Unidos parecían prestar demasiada atención al posible conflicto.

El segundo, la insistencia de Estados Unidos en arrinconar a Rusia en el Este, con la incorporación de nuevos miembros a la OTAN, la realización de ejercicios militares en la frontera con el país eslavo y el desprecio a los intentos que ha hecho Moscú por tenderle la mano a Occidente.

Por último, encontramos la insistencia de Europa en prescindir de una política comunitaria de defensa, dejando las decisiones importantes en manos de Estados Unidos y de su política exterior, mucho más agresiva que la de Bruselas. La paradoja de seguirle el juego a las políticas de Washington, al tiempo que los ejércitos de los países de la UE se debilitaban, ha generado en Moscú la creencia de que Europa estaría desunida y débil en caso de conflicto.

Respecto a lo primero, no podían estar más equivocados, puesto que, desde el primer momento, Bruselas se ha mantenido firme en su apoyo a Ucrania, y ya suenan campanas de guerra en las reuniones de la Comisión Europea (CE).

Pero en lo relativo a la debilidad, Putin no ha podido estar más acertado. Europa lleva años sin prestarle atención a la industria bélica, mientras que Rusia ha entendido que la única solución para vencer es enfocar buena parte de su producción en fabricar elementos militares.

Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea (UE) encabezan el auge del sector de la Defensa, con inversiones que llegan a duplicar las cifras de 2022

La negligencia de Europa viene dada por la esperanza de la protección de la OTAN en caso de guerra. Así, la falta de actualizaciones en el ámbito militar se ha debido a un completo desinterés por el mismo, al menos hasta que comenzó la guerra en Ucrania. Veamos, pues, algunos datos sobre el gasto militar de los países del Viejo Continente antes del inicio de las hostilidades.

De los 32 países adheridos a la OTAN -siendo Suecia la última incorporación, el pasado siete de marzo-, solo once cumplen con el requisito de aportar el 2% del PIB nacional a la causa. Dentro del continente europeo, hasta 29 países pertenecen a este organismo global.

Sin embargo, de estos 29, solo diez están en condiciones de decir que se ajustan a lo acordado sobre el 2% para gasto militar. Estados Unidos es el único país no europeo que supera esta cifra, alcanzando concretamente el 3,49%, aunque, como hemos visto, tiene planeado aumentarlo.

Los diez países que cumplen con esta directriz son Polonia (3,9%), Grecia (3,01%), Estonia (2,73%), Lituania (2,54%), Finlandia (2,45%), Rumanía (2,44%), Hungría (2,43%), Letonia (2,27%), Reino Unido (2,07%) y Eslovaquia (2,03%).

Antes de 2014, cuando Rusia se anexiona la península de Crimea, solo tres miembros de la OTAN superaban la proyección del 2%. Ahora, hasta dieciocho países están en disposición de cumplir con el objetivo. Tarde y mal, la UE le ha visto las orejas al lobo, y tras varias décadas invirtiendo lo mínimo en materia bélica, ha empezado a desempolvar sus almacenes.

Por otra parte, algunos de los principales baluartes de la OTAN aún están muy por debajo de lo acordado, a pesar de que han decidido incrementar su gasto militar para el próximo lustro. Bélgica (1,13%), España (1,26%), Turquía (1,38%), Suecia (1,4%), Italia (1,46%) o Alemania (1,57%), son algunos de los ejemplos, de que, a pesar de haber aumentado el gasto desde 2015, todavía tienen mucho trabajo por hacer si quieren estar preparados para la guerra.

Los datos, extraídos de la propia organización atlántica, nos hacen entender que los europeos no solo no estamos ni cerca de Estados Unidos, Rusia y China, sino que, además, estamos a años luz de tener una economía preparada para la guerra.

Y eso por no hablar de que la sociedad europea rechaza de forma unánime el conflicto, aunque últimamente comienzan a vislumbrarse resquicios de que la propaganda belicista está haciendo su efecto en la ciudadanía continental.

Lejos de China y muy lejos de Rusia y Estados Unidos

Desde el final de la Guerra Fría, la Unión Europea (UE) ha ido reduciendo su presupuesto para Defensa. En 1988, un año antes de la caída del Muro de Berlín, el club comunitario destinaba el 2,5% de su PIB a este gasto.

La caída del comunismo ha ido reduciendo la necesidad de aumentar la inversión en Defensa, llegando esta reducción a su cénit en 2014. Ese año, según los datos del Banco Mundial, la Unión Europea apenas destinó el 1,3% de su Producto Interior Bruto a fortalecer su capacidad de defenderse.

Esta debilidad que hemos mencionado anteriormente fue explotada por Rusia para hacerse con el control de la península de Crimea ese mismo año. Y, aunque esto le supuso ciertas sanciones al régimen de Putin, Bruselas solo podía responder con la ‘boca pequeña’.

Han pasado ya diez años de los eventos de Crimea, pero el presupuesto militar de los países de la organización europea mantuvo sus números casi intactos hasta el 2022, año en el que se produce la invasión de Ucrania.

Alexandra Marksteiner, investigadora del SIPRI: “El incremento del gasto en I+D durante la década 2012-21 sugiere que Estados Unidos se está centrando más en las tecnologías de nueva generación”

Según los datos del Banco Mundial y la Agencia Europea de Defensa, el gasto militar conjunto apenas se movió durante esos ocho años, llegando al pico del 1,6% del PIB en 2022, a las puertas del conflicto.

Aunque la tendencia es lenta, poco a poco comienza a observarse un cambio en la manera de programar la defensa del continente.

Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), el gasto militar mundial superó los 2,11 billones de dólares en 2021 -1,95 billones de euros al cambio actual-, un récord histórico.

Tras el conflicto, Bruselas ha acelerado sus proyectos bélicos. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (CE) ha confirmado que el gasto militar ascenderá hasta los 350.000 millones de euros este año, pero que todavía “hay que incrementarlo aún más”. Y, visto que la mayoría de los países miembros están volviendo a priorizar la materia bélica, la suma del conjunto pronto superará el 2%, tal y como planeaban la OTAN y la CE.

A pesar de los esfuerzos, el nivel de gasto en relación al PIB de los socios europeos es todavía inferior al de China. Pekín aumentó su presupuesto un 7,1% el año pasado, por lo que su gasto militar se aproxima al 2%. Xi Jinping y su gobierno están ocupados reorganizando las Fuerzas Armadas, con vistas a un futuro ataque sobre Taiwán.

Europa se ve forzada a incrementar el gasto militar para no depender de los más de 800.000 millones que destina EEUU a la OTAN, ante el miedo de los avances rusos en Ucrania

Al estar fuera de la órbita de la guerra, y lejos de las locuras que esta genera, los chinos no tienen intención de gastar más de lo debido. El gigante asiático destinó unos 285.000 millones de dólares para ámbito militar, al tiempo que su gobierno advertía sobre “las crecientes amenazas que no paran de aumentar”.

China, a diferencia de Europa, no tiene prisa. Mientras rearma su ejército lentamente, pero de forma eficiente, se posiciona como un observador más en la guerra de Ucrania. Esta posición le está permitiendo adquirir experiencia sobre la forma de proceder de los países occidentales, al tiempo que prepara sus tropas para el futuro.

La futura primera potencia naval

La Armada del Ejército Popular de Liberación ha sido la gran beneficiada de estas reformas. El plan de Xi Jinping consiste en convertir a China en la primera potencia naval para 2050, y tiene tiempo para conseguirlo. La botadura del nuevo portaaviones ‘Fujian tipo 003’ el año pasado da fe de los esfuerzos de Pekín por lograr sus objetivos.

Aún en fase de pruebas, se sumará a los otros disponibles, el ‘Liaoning’ y el ‘Shandong’. El Fujian es el barco más potente de este tipo, solo por detrás de los estadounidenses Nimitz y Gerald Ford. Con la construcción de los nuevos destructores tipo 055 y las nuevas fragatas tipo 054 B, China es ya el dueño de los mares del sur. Con todo, tanto la UE como China se hallan muy lejos de los siguientes actores: Rusia y Estados Unidos.

Tras la desintegración de la URSS, el presupuesto que Rusia destinaba a Defensa cayó hasta el 2,7% del PIB en 1998, según los datos del Banco Mundial. Tras el ridículo del Ejército Ruso en la Primera Guerra Chechena (1994-1996), quedaba claro que sus fuerzas armadas ya no daban la talla.

Es entonces cuando aparece Vladimir Putin, que llega al poder en el año 2000. Durante los inicios de los Segunda Guerra Chechena, el presupuesto ruso de Defensa llegó al 3,8% en relación al PIB, aunque se fue reduciendo en los años siguientes.

En 2016, la Federación Rusa llegó a su pico de gasto bajo el gobierno de Putin, destinando el 5,4% de su PIB a asuntos militares, probablemente por el estallido del conflicto en el Donbás. Tras una nueva reducción en los años siguientes, los derroteros de la guerra en Ucrania han llevado a Moscú a apurar su estrategia.

En 2023, los rusos destinaron 67.000 millones de euros al ámbito defensivo, lo cual se ha revelado insuficiente, al menos, para los planes de Putin. Por ello, el presidente ruso ha anunciado que los planes para el periodo 2024-2026 pasan por duplicar el gasto militar, llegando hasta los 111.000 millones de euros.

Así pues, la cifra supondrá un 40% del presupuesto federal total, y, por primera vez, los gastos militares superarán a los gastos sociales en Rusia.

El caso de Estados Unidos es algo diferente. Como cabeza visible de la OTAN, destinó más de 800.000 millones de dólares al sector Defensa. Alexandra Marksteiner, investigadora del Programa de Gasto Militar y Producción de Armas del SIPRI, afirma que “el incremento del gasto en R+D durante la década 2012-21 sugiere que Estados Unidos se está centrando más en las tecnologías de nueva generación”.

De hecho, la financiación estadounidense de la investigación y el desarrollo (R+D) militar aumentó un 24 % entre 2012 y 2021, mientras que la financiación para la adquisición de armas cayó un 6,4 % en el mismo periodo. En 2021, el gasto en ambos casos se redujo. No obstante, la caída del gasto en R+D (-1,2 %) fue menor que la del gasto en la adquisición de armas (-5,4 %).

De los 32 países de la OTAN, con Suecia como última incorporación, solo once cumplen con el requisito de aportar el 2% del PIB a Defensa

A finales de 2023, el Senado americano daba luz verde al nuevo presupuesto militar para este año, cifrado en 886.000 millones de dólares, un incremento sustancial. Una de las partidas más abultadas -de casi 12.000 millones-, irá destinada a combatir la presencia China en el mar de la China meridional.

El debate sobre el envío de armas a Ucrania sigue latente, puesto que, de los 62.000 millones que pedía Biden, el Senado solo ha autorizado 800 millones de dólares. Caber recordar que el gasto en defensa de Estados Unidos representa casi el 40% de los gastos militares de los países de todo el mundo, ya que su presupuesto es mayor que la suma de las diez primeras potencias militares del planeta.

España se suma al ‘si vis pacem, para bellum’

En 2015, España apenas utilizaba el 0,93% de su PIB en asuntos militares, dato que se quedaba muy lejos de lo que exigía la OTAN. El hecho de que casi todos los países de la organización estuvieran por debajo de la línea de referencia fue lo que hizo que Donald Trump, recién elegido presidente de Estados Unidos en 2016, se planteara abandonar la OTAN. Ahora, las cosas han cambiado mucho.

En 2023, España destinó el 1,26% de su PIB al sector de la Defensa. Lejos todavía del objetivo, el Gobierno ya ha puesto su ojo sobre el reto de llegar al destino en 2029. Margarita Robles, ministra de Defensa, ha confirmado que nuestro presupuesto de Defensa para 2024 será del 1,3% del PIB, con la idea de llegar al esperado 2% en unos años.

Así las cosas, el presupuesto de Defensa aprobado por el Ministerio para el 2023 fue de 12.316 millones de euros. Desgranando, vemos que el gasto más importante fue que el que se destinó a programas especiales de modernización, con casi 5.000 millones de euros. Le siguen el gasto en administración y servicios generales de Defensa (2.500 millones), los gastos operativos de las Fuerzas Armadas (2.300 millones) y el de apoyo logístico (1.000 millones).

Para empresas como Navantia, el incremento del presupuesto puede suponer nuevos contratos gubernamentales. De hecho, la Armada Española acaba de adjudicar un contrato por 36 millones de euros a la naviera, con el objetivo de apoyar y mejorar el ciclo de vida de los nuevos submarinos S-80.

De igual forma, Navantia ha entrado en la carrera para construir once fragatas ligeras para la Armada Australiana, tras no haber podido ganar el concurso del programa SEA-5000, que se llevo la compañía británica BAE Systems.

Al igual que otros países europeos, la Armada Española se encuentra en proceso de reestructuración, algo que ya había comenzado antes de la amenaza rusa, pero que se acentúa con el paso del tiempo. De los tres submarinos de la clase S-80, solo el S-82 está disponible, mientras que el S-83 y el S-84 se esperan para 2026 y 2027.

Por otra parte, las nuevas fragatas F-110 de la Clase Bonifaz están en proceso de sustituir a la vieja clase F-80. Así, España perderá seis buques antiguos y los sustituirá con cinco fragatas más modernas, que al igual que los submarinos, serán construidos entre 2026 y 2030 por Navantia.

Exportaciones por valor de más de 1.700 millones

En otro orden, el valor de las exportaciones de material de Defensa realizadas en el primer semestre de 2023 fue de 1.753,1 millones de euros, con un aumento del 35,5% frente a lo obtenido en el primer semestre de 2022 (1.293,1 millones de euros).

Las exportaciones realizadas (1.753,9 millones de euros) representaron un 13,3 % de lo autorizado (13.172,5 millones de euros) en el primer semestre de 2022. En lo referente al desglose por países de los productos exportados, las exportaciones realizadas a los países de la UE (785,2 millones de euros) supusieron el 44,8% del total.

Occidente coopera para mejorar sus capacidades ante el resurgimiento de la triada Rusia-China-Irán

La mayor parte del comercio tuvo lugar con aquellos países de la Unión Europea -Francia y Alemania- con los que España mantiene proyectos industriales militares en común. Es preciso resaltar que las exportaciones realizadas en conjunto a estos dos países ascendieron a 547,2 millones de euros (31,2% del total).

España no solo está actuando en materia de inversión y exportación. También se ha sumado a la ayuda militar prestada a Ucrania. Nuestro país ha aportado al menos diez carros de combate Leopard 2 A4, lanzacohetes C90, baterías Áspide y Mistral, misiles Hawk o 70.000 uniformes de combate, entre otros. De hecho, Moncloa prevé enviar otra veintena de tanques Leopard 2 A4, tal y como ha trasladado el presidente Pedro Sánchez a la industria de Defensa, en la reunión mantenida el 18 de marzo.

El jefe del Ejecutivo agradeció a los directivos de las empresas de la industria de defensa su compromiso en un contexto geopolítico muy complejo, en el que España trabaja para prepararse ante las posibles amenazas de seguridad y aumentar el nivel de autonomía estratégica. España quiere hacer del sector un actor clave en la primera Estrategia Industrial Europea de la Defensa presentada hace apenas unos días.

Junto a sus socios europeos, España también mueve ficha en el mapa geopolítico. Más de 700 soldados españoles y 250 vehículos de combate han viajado desde la Península Ibérica hasta Eslovaquia para unirse a unas maniobras conjuntas con sus homólogos.

Y vista la retórica belicista que rige Europa en los últimos tiempos, no es de extrañar las declaraciones de líderes como Macron, que ha llegado a reconocer que “el año que viene habrá que enviar a los muchachos a Odesa”.

Así, el incremento del gasto militar de la OTAN ha tenido su contraparte en los BRICS. Además de Rusia -por fuerza mayor- y China, Irán e India se han sumado a la fiesta del gasto.

Los persas gastaron 24.000 millones en materia defensiva en 2021, según los datos del SIPRI, alcanzando el 2,6% de su PIB, según el Banco Mundial. Por otro lado, la India se ha convertido en el tercer país que más recursos consume en Defensa, con 76.000 millones de dólares (unos 70.000 millones de euros al cambio), un 33% más que en 2012.

Si bien los BRICS no son una alianza defensiva como podría ser la OTAN, las buenas relaciones entre Rusia, China e Irán, y la incorporación de nuevos miembros en 2024, despierta temor en un Occidente que está a las puertas de otra gran guerra.

Únete a nuestra Newsletter

A través de nuestra Newsletter con Capital te hacemos llegar lo más importante que ocurre en el mundo de la #economía, los #negocios, las #empresas, etc… Desde las últimas noticias hasta un resumen con toda la información más relevante al final del día, con toda comodidad.