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Capital Verde

Nueva movilidad: el vehículo eléctrico contamina menos que el de combustión a partir de los 70.000 km 

Por María Nogales

La intención de compra de vehículo eléctrico en España solo crece un 3% respecto a 2022, según un estudio de EY 

La movilidad global parece haber recuperado su pulso. Según la encuesta Mobility Consumer Index, elaborada por EY, los consumidores de todo el mundo retoman sus antiguas costumbres de circulación y consumo. Entre 2020 y 2022, la preocupación por la salud y las limitaciones a los desplazamientos condicionaron los hábitos de los ciudadanos de todo el mundo a la hora de desplazarse. 

Ahora, en 2023 y con la pandemia ya superada, los usuarios han retomado sus costumbres, pero se enfrentan a nuevas preocupaciones: “El coste del combustible o la sostenibilidad parecen haber desplazado a la salud y la higiene como factor decisivo en la toma de decisiones”, sostiene el informe de la consultora. 

El respaldo al vehículo eléctrico crece, según EY, pero aún no lo suficiente. La razón: el coste de adquisición sigue siendo muy elevado, fabricarlo resulta muy contaminante y la reducción de emisiones respecto al motor de combustión solo se produce a partir de los 70.000 km. 

El vehículo eléctrico necesita más respaldo 

Las ventas y la confianza en el vehículo eléctrico crecen, aunque se desaceleran. En la última edición del estudio de EY, el 55% de los consumidores que declaran la intención de adquirir un vehículo en los próximos 24 meses se decantaría por uno eléctrico, frente al 52% en la edición anterior. 

En España, afirman que se ha incrementado en un 3% en tan solo un año y se convierte en uno de los países europeos con mayor proyección, así como las ventas, que también incrementaron significativamente durante 2022: los coches eléctricos ya suponen el 18% de las ventas a nivel mundial, frente al 7% que representaban en 2020. 

Sin embargo, son muchas las dudas que aún surgen sobre los vehículos eléctricos. Una de ellas es si realmente son más ecológicos que uno de combustión o no. Lo cierto es que existe un consenso generalizado en el sector de la automoción, tal y como afirman Xavier Ferré, socio responsable del sector de Automoción y Transporte en España de EY, y Gregorio Serrano, Senior Advisor de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada de EY, quienes explican que, si solo nos atenemos a la fabricación del vehículo eléctrico, su producción contamina hasta un 70% más que uno de combustión. 

“Cuanta más energía eléctrica logremos producir a través de recursos eólicos o fotovoltaicos, la ventaja del coche eléctrico respecto al de combustión aumentará” 

Xavier Ferré y Gregorio Serrano (EY)

“Está comprobado que, una vez fabricados los dos vehículos, la cuenta comienza a equilibrarse a partir de unos 70.000 km de uso, porque el eléctrico dejará menos huella de carbono y el de combustión interna será considerablemente más contaminador. Evidentemente, cuanta más energía eléctrica logremos producir a través de recursos eólicos o fotovoltaicos, esa ventaja del coche eléctrico respecto al de combustión interna aumentará significativamente”, sostienen. 

En cuanto a las razones que impulsan o retrasan la adopción de un coche eléctrico, los resultados de la encuesta en España reflejan que los españoles están dispuestos a adoptar la movilidad eléctrica y el factor económico ha pasado a ser el más relevante debido a la crisis del coste de la vida y el aumento de los precios. Así, el coste inicial del vehículo ha pasado a ser el principal impedimento para adquirir alguna de las tres modalidades de coche eléctrico.  

De igual forma, es importante recordar que la elección de comprar un coche de combustión o uno eléctrico tiene fecha de caducidad, y es que a partir del año 2035 las marcas no podrán vender más coches nuevos que cuenten con un motor de combustión y utilicen gasolina o diésel, aunque sí podrán seguir circulando hasta el año 2050, según anunció el Parlamento Europeo el pasado año.  

En la práctica, esta decisión ha sido el centro de numerosos debates, tanto en la esfera política, como en la industrial. Así, cabe preguntarse si realmente es viable o no esta medida. Gregorio Serrano y Xavier Ferré (EY) exponen que aún es pronto para poder evaluar su viabilidad, ya que “dependerá de la voluntad de los países miembros, del desarrollo en la investigación de combustibles no contaminantes y baterías, de la coyuntura socioeconómica internacional y de las decisiones que tomen, en esta materia, nuestros principales competidores en la industria de automoción: China y Estados Unidos”. 

La movilidad global vuelve a su carril 

Tal y como se detalla en los resultados del estudio, a pesar de que el teletrabajo o el trabajo híbrido redujeron considerablemente la movilidad mundial, hoy se está recuperando lentamente el trabajo presencial: “El 80% de los encuestados en España trabaja entre tres y cuatro días a la semana en la oficina, un aumento de siete puntos desde la anterior edición”.  

En cuanto a la modalidad de transporte, la encuesta apunta hacia una recuperación de los desplazamientos en detrimento de otro tipo de modalidades públicas o compartidas. En España, la movilidad en coche privado por motivos de trabajo o estudios ha aumentado un 11% en tan solo un año (8% en el caso de los movimientos por otros motivos), lo que supone el mayor aumento de todos los países encuestados. 

En lo que respecta a la micromovilidad, España se sitúa a la cola de los países europeos que utilizan esta opción como método de desplazamiento al trabajo o centro de estudios, pero se observa un crecimiento de la micromovilidad eléctrica en áreas urbanas. Por ejemplo, solo en Madrid hay unos 20.000 vehículos de este tipo.  

“Aún es pronto para poder evaluar la viabilidad de la prohibición de la UE de vender coches diésel y gasolina a partir de 2035” 

Xavier Ferré y Gregorio Serrano (EY)

Sin embargo, el transporte público en España sigue registrando buenas cifras y mantiene unos datos de uso similares a los de la edición de 2022. Así, el país se sitúa como uno de los que más utiliza esta modalidad para desplazamientos no relacionados con el trabajo o estudios, con un incremento del 3% respecto al año pasado, situándose así en el primer lugar de los países europeos encuestados. 

Y esto se debe, principalmente, a la reducción de precios del transporte público y al aumento del coste de los carburantes. De hecho, los encuestados españoles respondieron mayoritariamente (75%) que la gratuidad del transporte público los animaría a utilizar menos frecuentemente sus vehículos privados. 

Estabilización de la intención de compra de vehículos 

Tal y como se detalla en el informe de EY, las economías emergentes lideran la intención de adquirir nuevos vehículos y los planes de los consumidores de adquirir un vehículo se estabilizan (con un descenso del 1% a nivel global). En concreto, en España, el descenso es del 3%, pero la cifra española continúa por encima de la media mundial y es la segunda cifra más alta de entre los países europeos.  

Sin embargo, al contrario que la tendencia mundial, en España se registra un ascenso de la intención de compra en aquellos que no poseen ya un vehículo (un aumento del 8% frente a un descenso global del 2%). 

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