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Capital Verde

¿Y si la transición energética fuera un fracaso?

El presidente y consejero delegado de Saudi Aramco plantea que la transición energética que plantea el mundo está siendo un fracaso, puesto que se centra más en las fuentes de energía que en reducir emisiones

¿Y si la transición energética fuera un fracaso?
Por Redacción Capital

El presidente y CEO de Saudi Aramco, Amin H. Nasser, ha cuestionado abiertamente y con escepticismo la estrategia actual de cambio hacia formas de energía diferentes a los hidrocarburos. En su opinión, la transición energética está siendo un fracaso en su objetivo de reducir las emisiones contaminantes. Por ello, aboga por cambiar rápidamente esta estrategia y dejar de lado la idea de eliminar gradualmente el uso de petróleo y gas porque cree que no es realista.

Durante su participación en la conferencia CERAweek en Houston, Nasser expresó su preocupación de que la estrategia actual no esté teniendo en cuenta las necesidades de los consumidores, quienes desean energía con menos emisiones pero también enfrentan dificultades para pagarla.

De tal modo, el directivo saudí ha criticado que la estrategia actual "se centra casi exclusivamente en sustituir los hidrocarburos por alternativas", enfocándose más en las fuentes que en la reducción de emisiones, retratando a la industria de los hidrocarburos "como el archienemigo de la transición", a pesar de su papel protagónico en la prosperidad global.

"Pero los eslóganes no son soluciones; la demonización no es diálogo", ha asegurado, señalando que, en el mundo real, "la actual estrategia de transición está fracasando visiblemente en la mayoría de los frentes".

En este sentido, ha recordado que, a pesar de que el mundo ha invertido billones de dólares en la transición energética durante las últimas dos décadas, las alternativas no han podido desplazar a los hidrocarburos a escala y la energía eólica y solar combinadas suministran, hoy en día, menos del 4% de la energía mundial, mientras que la penetración total de los vehículos eléctricos es inferior al 3%.

En cambio, ha subrayado que la participación de los hidrocarburos en el mix energético mundial apenas ha caído en el siglo XXI, del 83% al 80%, aunque más allá del porcentaje, la demanda absoluta de hidrocarburos ha crecido en casi 100 millones de barriles por día de equivalente de petróleo durante el mismo período y se espera que la demanda mundial de petróleo alcance un máximo histórico en el segundo semestre de 2024.

De hecho, ha apuntado el importante potencial de crecimiento de la demanda en los países en desarrollo, donde el consumo de petróleo actualmente oscila entre menos de 1 y poco menos de 2 barriles por persona al año, frente a los 9 barriles de la UE y los 22 barriles para EE.UU. por lo que el crecimiento podría prolongarse hasta 2045.

"Este no es el panorama futuro que algunos han estado pintando. E incluso ellos están empezando a reconocer la importancia de la seguridad del petróleo y el gas", ha sentenciado, añadiendo que esto refuerza la opinión de que es poco probable que el pico del petróleo y el gas se produzca en algún momento, y mucho menos en 2030.

Por otro lado, Nasser ha recordado que, a pesar de la contribución de las alternativas a la reducción de las emisiones, los resultados son mucho mejores cuando los esfuerzos se concentran en mejorar la eficiencia para reducir las emisiones de hidrocarburos.

Asimismo, el consejero delegado de Aramco ha señalado que muchas de las alternativas en juego "son simplemente inasequibles para la mayoría de las personas en todo el mundo", señalando que, a pesar de su importante potencial a largo plazo, el hidrógeno todavía cuesta entre 200 y 400 dólares por barril de petróleo equivalente, mientras que el petróleo y el gas siguen siendo mucho más baratos.

En este sentido, sin subsidios, los vehículos eléctricos son hasta un 50% más caros que un automóvil promedio con motor de combustión interna, añadiendo que "no se les puede subsidiar para siempre", a la vez que las crecientes dudas de los consumidores sobre sus costes y beneficios están impidiendo su adopción masiva.

Por otro lado, ha advertido de que la narrativa de la transición energética "estará cada vez más escrita por el Sur Global", cuya demanda de energía, actualmente muy lejos del consumo del Norte Global, irá en aumento a medida que crezca eventualmente su prosperidad. "Estas naciones no pueden permitirse soluciones energéticas costosas", ha señalado el ejecutivo saudí.

De tal modo, a juicio del CEO de Aramco, estas realidades impulsan la urgente necesidad de "restablecer una estrategia de transición", para lo que propone "abandonar la fantasía de eliminar gradualmente el petróleo y el gas" y, en cambio, invertir en ellos adecuadamente, reflejando supuestos realistas sobre la demanda.

"Deberíamos intensificar nuestros esfuerzos para reducir las emisiones de carbono, mejorar agresivamente la eficiencia e introducir soluciones con bajas emisiones de carbono", ha planteado, al mismo tiempo que seguir trabando en la introducción gradual de nuevas fuentes y tecnologías de energía "cuando estén realmente listas, sean económicamente competitivas y cuenten con la infraestructura adecuada".

El ejemplo de España

Por el contrario, España puede presumir de que la energía renovable ya es una fuente tan importante o más que los combustibles fósiles. La generación de energías renovables cubrió el 54,9% de la demanda del sistema eléctrico en España en 2023, marcando un nuevo máximo histórico, según el primer informe del Observatorio de Energías Renovables del Foro Sella.

En concreto, las renovables alcanzaron un récord de 134.315 GWh (gigavatios hora) inyectados al sistema, un 15,1% más que el año anterior y un 37,2% más que en 2019, según el informe elaborado por el instituto de investigación social Opina 360 con datos de la compañía eléctrica Redeia.

Mientras, la generación total del sistema bajó un 3,5% con respecto a 2022 por la caída de las fuentes no renovables (-17%), y esta diferente evolución hizo que las renovables representaran por primera vez algo más de la mitad del mix de generación nacional, elevándose hasta el 50,3%, ocho puntos más que el año anterior.

Las fuentes que más impulsaron el crecimiento de la energía verde fueron la solar fotovoltaica, cuyo despliegue le permitió avanzar un 33,8% y marcar un nuevo máximo (37.328 GWh), y la hidroeléctrica, que aumentó un 41,1% gracias a la recuperación de las lluvias en diversas zonas de la península.

La solar térmica también sumó un 13,9% y la eólica registró una subida de solo el 2,2%, pero aun así batió su récord (62.569 GWh) y recuperó el primer puesto entre las fuentes de generación. El resto de las energías renovables terminaron con volúmenes inferiores a los del año anterior.

Por comunidades autónomas, los mayores incrementos en la generación renovable en 2023 se localizaron en Extremadura (31,9%), Baleares (28%), Galicia (23,9%), Asturias (20,5%), Castilla-La Mancha (20,3%) y Aragón (18,9%). En cuanto al volumen, Castilla y León, Aragón y Galicia destacan por contar con más de un 75% de generación de origen renovable sobre el total.

En comparación con 2019, las mayores subidas de la producción renovable se han producido en Extremadura (187,7%), Aragón (119,4%), Baleares (89,7%), Castilla-La Mancha (56,9%) y Murcia (51%). En contraste, hay seis comunidades que el año pasado registraron niveles inferiores de generación renovable a los de cuatro años antes: La Rioja (-21,5%), País Vasco (-21,1%), Cataluña (17,2%), Cantabria (-10,7%), Asturias (-6,7%) y la Comunidad Valenciana (-6,2%).

El director de Opina 360, Juan Francisco Caro, ha afirmado que algunas comunidades "han visto en las renovables una gran oportunidad, no solo para avanzar en la descarbonización de la economía, sino, sobre todo, como un factor diferencial, porque pueden generar energía barata y sostenible para atraer proyectos industriales".

Caro ha destacado "dos ejemplos de especialización muy significativos": Extremadura, que "ha conseguido situarse como líder en generación fotovoltaica", y Aragón, que "está muy cerca de adelantar a Castilla y León como primera productora de eólica con los proyectos que tiene en marcha".

En cuanto al descenso de la generación en 2023, el informe del Observatorio de Energías Renovables del Foro Sella lo relaciona con una menor demanda nacional, ya que esta bajó un 2,3%, hasta los 244.659 GWh. Se reduce por segundo año consecutivo y se sitúa en el nivel más bajo desde 2004.

Según el observatorio, en los dos últimos años se ha producido "una clara divergencia entre la creciente actividad económica y la menor demanda eléctrica a la red", algo que, según indica, se justifica sobre todo por "el fuerte impulso del autoconsumo, tanto en los sectores productivos como en los hogares".

Desde el punto de vista de la potencia instalada, la capacidad de generación del sistema aumentó en 6.253 MW (megavatios) el año pasado, un 5,2% más que en 2022, hasta alcanzar los 125.620 MW.

Las renovables sumaron 6.261 MW, el mayor aumento de los últimos cuatro años, frente a un descenso de 8 MW de potencia no renovable. Prácticamente nueve de cada diez nuevos megavatios de potencia correspondieron a solar fotovoltaica, que experimentó su mayor crecimiento de la serie al añadir 5.594 MW en un solo año, mientras que el resto del incremento renovable se concentró casi exclusivamente en eólica, con 661 MW más (2,2%).

Al cierre del año, las fuentes renovables contaban con 77.039 MW de potencia instalada, que representan el 61,3% del total del sistema eléctrico nacional, tras avanzar más de once puntos en cuatro años. La energía solar (fotovoltaica y térmica) se sitúa como la segunda fuente con mayor capacidad (27.853 MW), solo por detrás de la eólica (30.810 MW), y juntas suponen casi la mitad del parque de generación nacional (46,7%).

En el caso de la fotovoltaica, Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura concentraron tres cuartas partes de la nueva potencia instalada, mientras que en Asturias, Cantabria y Madrid no se instaló nueva capacidad y en otras cinco la potencia instalada fue testimonial. Extremadura y Castilla-La Mancha se mantienen como líderes de capacidad fotovoltaica, con el 49,1% del total nacional.

Por su parte, Aragón y Navarra protagonizaron el despliegue de energía eólica, con cerca de dos tercios de la nueva potencia. En cambio, hubo ocho comunidades en las que no se crearon nuevas instalaciones, incluida Madrid, que es, además, la única sin potencia eólica. Castilla y León, Aragón y Castilla-La Mancha tienen más de la mitad de toda la capacidad eólica del país (54,4%).

El informe señala que, en los últimos cuatro años, la implantación de energías renovables en el sistema eléctrico nacional ha crecido en 21.995 MW, un 40% más, sobre todo gracias a la solar fotovoltaica, que casi vio triplicada su potencia, con 16.803 MW más (192,1%). La eólica, por su parte, tuvo una subida de 5.125 MW, un 20% más.

Como consecuencia, el despliegue de renovables en este periodo ha compensado con creces el descenso de la potencia de las fuentes no renovables, que ha sido de 6.326 MW (-11,5%), fundamentalmente por el cierre de centrales de carbón (6.219 MW menos).

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