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Economía

La inestabilidad reta el dominio del dólar

Diversas circunstancias como la pujanza del bitcoin, la inflación y la pérdida de peso global de la economía estadounidense desafían el dominio del dólar como divisa de referencia, si bien la moneda norteamericana se muestra como un refugio frente a la volatilidad que provocan los shocks geopolíticos.

Reportaje dólar
Por Mario Talavera

El dólar cumplió este mes de abril 232 años como moneda oficial de Estados Unidos. Sobre todo, a partir de la II Guerra Mundial, esta moneda confirmó su hegemonía sobre las demás, si bien es cierto que en su origen ya era una divisa cuyo destino estaba sellado para gobernar el comercio internacional, como hace en la actualidad. 

Decir dólar es hacer referencia a una moneda que nació en España en el siglo XVI. Concretamente, hablamos del 'real de a ocho' o el 'peso de a ocho', una moneda de plata acuñada para ser utilizada en el comercio internacional. Así, durante el apogeo del Imperio español, se convirtió en una de las monedas más importantes en América del Norte, Central, el Caribe y algunas partes de Asia. 

Su nombre viene del alemán antiguo, ya que 'thaler' o 'taler' hace alusión a una gran moneda de plata. Los angloparlantes utilizaron esta palabra para hablar del 'real de a ocho' español, una moneda de ocho reales de plata. Conforme fue pasando el tiempo, esa palabra evolucionó hasta llamarse dólar. 

Así que, atendiendo a su origen, el dólar fue concebido para ser la divisa más importante del mundo, algo que a día de hoy continúa, pese a que la inestabilidad abre muchos interrogantes sobre cómo será ese dominio de aquí a diez años. En parte, porque esa hegemonía está relacionada con la capacidad de Estados Unidos para continuar siendo la mayor potencia mundial. 

Por el momento, la actualidad depara una evolución incierta. La transformación o no de este panorama depende de varios factores y, a la vez, dichas causas dan pistas de cómo puede avanzar. Así, habremos de fijarnos en la situación de asuntos tan diferentes y complejos como el precio del oro, las criptomonedas como el bitcoin, la rivalidad de otras divisas como el euro, los tipos de interés y la estabilidad geopolítica. 

Tipos de interés 

Se da la circunstancia de que las economías de Europa y Estados Unidos se mueven a velocidades diferentes. Mientras en el Viejo Continente la inflación se modera y el crecimiento se debilita, la economía estadounidense mantiene su vigor, pese a que los precios continúan elevándose. 

Bank of America incide en que la inflación no es el único factor que observa la Reserva Federal (Fed) a la hora de actuar sobre los tipos de interés. Si bien es cierto que la inflación no está dando su brazo a torcer, el servicio de estudios de Bank of America recalca que los recortes de los tipos de interés podrían producirse después de que la economía estadounidense se ralentice. En este momento, ninguna de las dos cosas se está produciendo, por lo que los datos “retrasan el inicio esperado de recortes de la Fed”. 

Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad, cree que estamos ante un escenario “inaudito”, en tanto que el Banco Central Europeo (BCE) está decidido a bajar los tipos de interés en junio, mientras que la Fed podría no hacerlo, como pronto, hasta después del verano. El resultado de esa desconexión de la política monetaria en las dos orillas del Atlántico es que el dólar gana peso con respecto al euro: “La tendencia a la revalorización de la divisa americana es evidente”. Del Pozo añade que esto “puede ser oneroso para las importaciones europeas de energía”. 

En esa línea, el informe ya mencionado de Bank of America subraya que, cuanto más tiempo continúen altos los tipos de interés, más podrá prolongar el dólar su supremacía frente al resto de divisas. 

Bank of America: “Hasta ahora, Estados Unidos ha sido menos sensible a los impactos negativos de los shocks energéticos y geopolíticos que habían afectado a Europa”

Estabilidad geopolítica 

Los acontecimientos en Oriente Próximo resaltan la incertidumbre geopolítica que despertó con la covid-19 y continuó con la guerra en Ucrania. El contexto invita a los inversores a “mostrarse precavidos”, señala Pedro del Pozo. Asimismo, cree que “momentos de mayor miedo geopolítico” empujan a situarse más cerca de la calidad de los activos que del riesgo. 

Apezteguia profundiza en esa idea, y afirma que “en un entorno de aversión al riesgo, marcado por tipos de interés estadounidenses más altos durante más tiempo, unido al aumento de las tensiones geopolíticas”, los inversores huyen hacia la seguridad que proporciona invertir en dólares. 

Además, hay que tener en cuenta que, como dice Bank of America, Estados Unidos ha conseguido reforzar su posición frente a Europa, en tanto que su economía “era menos sensible a los impactos negativos de los shocks energéticos y geopolíticos que habían afectado a Europa”.  

Euro y otras divisas 

En Ebury tienen claro que, si bien se ha producido un proceso de diversificación en las reservas de divisas, “no parece que el dólar vaya a perder su posición de moneda de reservas más importante del mundo en los próximos años”. Se puede hablar de la importancia que están ganando otras monedas, como el euro o el yuan, amén de las monedas digitales, pero la “credibilidad” y el acceso al “enorme mercado financiero estadounidense” son incuestionables. 

Apezteguia ve que Estados Unidos está viendo reducida su cuota de importancia en la economía mundial, a causa del crecimiento económico que viven ciertos países en desarrollo, especialmente en Asia. Esa cuestión implica que el comercio internacional puede incluir a otras monedas más allá del dólar en su dinámica diaria. 

Itsaso Apezteguia (Ebury): “El proceso para que Bitcoin gane atractivo como activo de reserva se prolongará durante al menos una década” 

Para el analista de Ebury, estos factores no impiden que el dólar mantenga su posición hegemónica. Y, si hubiera que señalar una alternativa, esa sería el euro. Según los datos del Consejo Europeo, el 31,6 % de los pagos en todo el mundo se realiza en euros, frente al 47,6 % realizado en dólares estadounidenses.  

La ambición de la Unión Europea es que el euro adquiera un papel aún más importante en el ámbito internacional. En 2021, la Comisión Europea puso en marcha una estrategia para ese fin, con el objetivo de que el euro se convierta en la moneda de referencia en los sectores de la energía y las materias primas. Asimismo, pretende convertir el euro en la moneda clave en la financiación ecológica, de manera que sea la divisa por defecto en productos financieros sostenibles. 

Sin embargo, las reservas mundiales de divisas en euros representan un tercio de las de dólares y su posición apenas varía. Según los datos que recoge el Consejo Europeo, cinco de cada diez dólares de préstamos se cuantifican en dólares, mientras que los denominados en euros ascienden al 20%. En cuanto a las reservas de divisas, el 58,5% del total son dólares, frente al 20% que representa el euro. Asimismo, “el euro no garantiza una seguridad significativamente mayor que el dólar para las reservas estatales”, afirman en Ebury.   

En este punto cabe hablar del yuan, que puede representar una alternativa legítima al dólar en lugares donde la influencia del ‘billete verde’ y el euro sea menor. “El yuan puede representar una parte adicional”, dice Apezteguia y, en ese aspecto, más que sustituir a la divisa norteamericana, “tiene posibilidades de amenazar” a la moneda europea si liberaliza su sistema financiero.  

En todo caso, el experto subraya que “no tiene potencial para desplazar al dólar” porque, aunque China se convierta en la mayor economía del mundo en el futuro, “su moneda no reúne muchas de las condiciones necesarias para convertirse en la principal moneda de reserva mundial”. Eso no se opone a que el yuan puede ser un contrapeso para ciertos países cuyos intereses geopolíticos chocan con los de Estados Unidos y pueden encontrar una mejor relación con el gigante asiático. 

Oro 

Ya publicamos en capital.es que el oro y el dólar mantienen una historia en común. En 1944 se vinculó el valor del dólar al del oro, con el Acuerdo de Bretton Woods. En 1971, dicha vinculación fue revocada por Richard Nixon, de modo que, aunque las dos magnitudes siguieron relacionadas, ya no fue de forma directa, sino que el vínculo se estableció de forma inversamente proporcional: cuanto más alto es el precio de uno, más bajo es el del otro. 

En teoría, el oro es el activo refugio por excelencia, lo que supone que, en momentos de debilidad económica o inestabilidad, los inversores apuestan por dicho activo. Así, esa teoría contrasta con la situación actual, dado que a mediados de abril el oro alcanzó un récord; la onza de oro llegó a valer 2.418 dólares. Siguiendo la lógica expuesta, ese récord tendría que producirse tras una caída del valor del dólar o, lo que viene a ser lo mismo, un debilitamiento de la economía. 

En ese sentido, se da el caso de que la economía estadounidense aguanta los reveses de la geopolítica y mantiene buenas cifras a nivel empresarial, mientras el resto de divisas se resienten frente al dólar. Según Ben Laidler, de la plataforma de inversión y trading eToro, "la volatilidad de las divisas ha repuntado desde sus mínimos". 

Laidler no se refiere específicamente al dólar, sino a la correlación de la moneda estadounidense con otras divisas que, a priori, son menos seguras. En esa visión coincide un informe reciente de Bank of America, que concluye que se ha producido un “aumento pronunciado en la volatilidad a corto plazo”. 

En ese aspecto y contra el desarrollo histórico reciente, el dólar se revela como un refugio frente al resto de monedas, al igual que pasa con el oro. De hecho, los bancos centrales están haciendo acopio de oro, con el objetivo de diversificar sus activos y respaldar sus economías. En ese sentido, aunque los vaivenes económicos y geopolíticos tienden a debilitar la posición del dólar y reforzar la del oro, Itsaso Apezteguia, analista de Ebury, recuerda que la moneda estadounidense es “un activo seguro que gana en periodos de agitación”. 

Bitcoin 

Lo dicho hasta este punto manifiesta la idea de que el dólar y el oro atraen la atención de los inversores cuando la situación económica y geopolítica se tambalean. Por ello, la evolución del bitcoin invita a caer en la tentación de pensar que dicha criptomoneda aglutina cualidades parecidas a las del dólar y el oro. 

A mediados de marzo, la criptomoneda más conocida registró una cotización de 72.880 dólares, su máximo hasta la fecha. De hecho, los últimos tiempos están dando buenas noticias para sus inversores, que ven cómo en los últimos seis meses la cotización de este criptoactivo se ha duplicado.  

Para Apezteguia, bitcoin es una alternativa que responde a "la crisis de confianza en el dinero tradicional". Entre sus virtudes, se encuentra el hecho de que es una moneda descentralizada, con un único emisor que pueda controlar su oferta, lo que significa en que no se somete a ningún tipo de control político. Además, las transacciones con esta criptodivisa son seguras y transparentes, incide el experto de Ebury. 

Por el contrario, sus magnitudes sitúan al bitcoin muy lejos del oro como para considerar esta criptodivisa un activo de reserva. Para empezar, la capitalización es casi 20 veces inferior a la del oro y se considera un activo "demasiado volátil" como para que los bancos centrales puedan tomarlo en consideración para ese fin. Con todo, Apezteguia reconoce que "es probable que, con el tiempo, el bitcoin gane atractivo como activo de reserva, pero se trata de un proceso que se prolongará durante al menos una década". 

Despiece 

Dolarización en Argentina y en el mundo 

La fortaleza del dólar ha hecho que numerosos países utilicen esta moneda oficial. Además de Estados Unidos, hay que nombrar Ecuador, El Salvador, Panamá, Zimbaue, los municipios neerlandeses Bonaire, San Eustaquio y Saba; Palaos, Islas Marshall, Estados Federados de Micronesia, Timor Oriental y las Islas Vírgenes Británicas, así como las Islas Turcas y Caicos. 

Otra pila de países lo aceptan como moneda junto con la divisa local, entre los que se encuentran Canadá, Bahamas, Bermudas, Camboya, México y Jamaica, entre muchos otros. Argentina aspiraba a que el dólar fuera su moneda oficial, en detrimento del peso argentino. Javier Milei, recientemente nombrado presidente del país, quiere arreglar parte de los problemas utilizando el dólar. 

Para Milei, es prioritario dejar atrás el peso, dado que la inflación en el país no deja de crecer y el dólar ofrece una estabilidad que no tiene la moneda local. En esa línea, el presidente argentino también pretende cerrar el Banco Central de la República Argentina. 

No obstante, el inquilino de la Casa Rosada descarta poder dolarizar la economía este año por falta de tiempo. La idea de Milei es que se produzca una competencia abierta entre distintas monedas y que el Banco Central deje de ser la autoridad en ese aspecto. El inicio de esto dependerá directamente de la rapidez con la que se transforme el sistema financiero. Según los planes de Milei, considerando el actual proceso de saneamiento del banco central argentino, este proceso no concluiría hasta finales de junio. 

Una vez completado este paso, se procedería con la reforma del sistema financiero para, posteriormente, liquidar la entidad. En este punto se iniciaría la transición hacia un sistema bancario de libre competencia. 

En cuanto a la dolarización, Milei explicó en la misma entrevista con Cenital que este tema aún no figura en la agenda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) debido a que no es considerado una prioridad inmediata. Sin embargo, el presidente ya ha mantenido conversaciones con expertos en dolarización de Ecuador para explorar posibles acciones a seguir en Argentina en un futuro cercano, incluyendo intercambios de información. 

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