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Economía, Mercados e inversión

El oro ignora al dólar y prosigue su escalada

La onza de oro troy llegó a elevarse este lunes un 1,5% y se situó en los 2.265 dólares, máximo histórico

El oro ignora al dólar y prosigue su escalada
Por Redacción Capital

Un lejano 2 de abril vio nacer al todopoderoso dólar, omnipresente en el comercio en todo el mundo. En 1792, Estados Unidos necesitó de una moneda propia que, con el paso del tiempo, se ha convertido en la medida de la economía a nivel mundial y, de hecho, mide el valor de otras divisas y valores que retan su hegemonía como valor refugio en época de vacas flacas.

Sin ir más lejos, las criptomonedas han pretendido plantar cierta rivalidad con las monedas de curso legal, como son el euro o el propio dólar. Estas criptomonedas o criptodivisas son noticia por su revalorización y, también a menudo, por su pérdida de valor, pero por definición, una moneda sirve para intercambiarla por bienes y servicios.

Por el momento, su carácter especulativo, tal y como lo define la SEC, impide que su uso para transacciones sea común, aunque es cierto que se permite. También hay quienes han señalado que las criptomonedas pueden acabar funcionando como valores refugio, papel que ahora se reserva al oro. No obstante, no hay que olvidar que ya sean las criptomonedas como el propio oro miden su valor en dólares, lo que demuestra su actual poder.

El dólar y el oro

La historia del dólar se remonta a la época colonial de Estados Unidos, cuando el dólar español y otras monedas extranjeras circulaban en las colonias. El momento decisivo en la historia del dólar llegó después de la Segunda Guerra Mundial, con el establecimiento del Acuerdo de Bretton Woods en 1944. Este acuerdo vinculó el valor del dólar al oro y lo estableció como la principal moneda de reserva del mundo, respaldada por la estabilidad económica y la influencia política de Estados Unidos.

Años después, en 1971, Richard Nixon decidió desvincular el dólar del oro, por lo que el dólar dejó de basarse en el oro para marcar su valor. No obstante, la relación del oro y el dólar continúa siendo estrecha, en tanto que el dólar sigue siendo la moneda hegemónica, al igual que el oro representa el activo refugio por antonomasia.

En teoría, el valor del dólar, ahora elevado, suele oponerse al del oro, que representa un activo refugio cuando la economía se debilita. Sin embargo, los especialistas se muestran sorprendidos por la revalorización del oro. En los últimos seis meses, el metal precioso ha gozado de un repunte del 23% , desde un mínimo intradía de 1.810 dólares por onza troy el 6 de octubre de 2023 hasta superar los 2.200 dólares actuales.

Para Philip Orlando, de Federated Hermes, "este repunte suele indicar una mayor incertidumbre en los mercados financieros, una ralentización de la economía, un aumento de la inflación y un incremento del riesgo geopolítico".

La onza de oro troy llegó a elevarse este lunes un 1,5% y se situó en los 2.265 dólares en un contexto marcado por la inflación PCE de Estados Unidos y las declaraciones del presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, en las que apuntaba que se necesita consolidar el proceso desinflacionista antes de efectuar el primer recorte de los tipos de interés. Siguiendo la teoría, el oro debería haber reducido su precio en dólares, aunque ocurrió todo lo contrario.

La onza de oro tocó ese nuevo máximo histórico en torno a las 06.00 hora española, si bien al mediodía las alzas del metal precioso se moderaban al 1,1%, hasta situarse en los 2.254 dólares.

Para el director de inversiones de Schroders, Matthew Michael, la explicación para este fenómeno es que "parece que hemos entrado en una era de desglobalización y bifurcación geopolítica que ha reforzado significativamente el papel del oro como activo de reserva".

Este movimiento en la cotización del oro se produce después de que el pasado viernes se conociese que la inflación PCE de Estados Unidos -una de las referencias macroeconómicas más seguidas por la Fed a la hora de evaluar su política monetaria- en febrero repuntase una décima, hasta el 2,5%, mientras que la subyacente se moderó otra décima, hasta el 2,8%.

En su línea discursiva habitual, el presidente de la Fed, Jerome Powell, comentó al respecto que "no hay que tener prisa" para recortar los tipos de interés y puso el foco, según los expertos de Banca March, en la resiliencia de la economía estadounidense y la fortaleza del mercado laboral como bazas para conceder más tiempo a la autoridad monetaria a dar el primer paso.

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