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Economía

Las nubes negras que pueden adelantar una desaceleración de la economía

Por Mario Talavera

Cifras positivas se intercalan con otras menos buenas que anticipan el fin de una etapa de crecimiento de la economía española

Simplificar en exceso lleva el razonamiento al blanco y al negro, colores que nunca explican del todo la realidad. El mundo se mueve mucho en el gris, la mezcla de esos dos colores. A los destellos blancos que presenta el crecimiento de la economía del primer trimestre se pueden añadir varias nubes negras que reflejan cierta pérdida del empuje conseguido tras la pandemia.

En primer lugar, se puede hablar de los datos del INE que confirmaron el crecimiento del 0,6% del primer trimestre del PIB. Esas mismas cifras reflejan que el consumo de los hogares se contrae un 1,3%. En este momento, la inversión y las exportaciones sostienen la economía y compensan el agotamiento de los hogares ante las continuas subidas de precios.

Esa caída del consumo es la segunda consecutiva, tras la que sufrió en el último trimestre de 2022. Se trata de un dato a tener en cuenta, tras año y medio en el que la inflación ha hecho mella en la capacidad de gasto de los hogares. De hecho, que el consumo se reduzca en dos trimestres consecutivos es algo que no ocurría desde el primer trimestre de 2021.

Esos indicadores son muestra de que el bolsillo de los españoles se empieza a resentir. También se observa eso en la firma de hipotecas sobre viviendas. En abril, las hipotecas sobre viviendas disminuyeron un 18,3% con respecto al mismo mes del año anterior. Si se compara abril con marzo, el retroceso es aún mayor, del 25%. Con 27.053 préstamos en todo el mes, se trata de la cifra más baja desde diciembre de 2020, según los datos del INE.

Hay más datos que alertan de ese enfriamiento. Uno de ellos es el de las ventas o facturación de las empresas. En abril se produjo la primera caída de la facturación empresarial tras 25 meses consecutivos de incrementos. En este punto, cabe señalar que la facturación se ha podido llegar a ver influida por la inflación.

Por ello, en este momento puede estar dándose un rebote, en tanto que los precios de muchos servicios y productos se moderan. En particular, se puede nombrar el caso del suministro de energía eléctrica y agua, cuyas ventas retrocedieron un 27,9% en el mes de abril. Otra cifra relevante es el desplome de las ventas en tasa mensual, del 2,5%, el mayor retroceso desde abril de 2020.

También la industria se observa una caída de la facturación. La cifra de negocios se reduce un 8,1% en abril, con especial protagonismo de la energía (-30%) y los bienes intermedios (-13,9%). Se rompe así una racha de 25 meses consecutivos de ascensos interanuales.

El empleo y la deuda, con margen de mejora

En el caso del empleo, las cifras ofrecen de nuevo claros y oscuros. Si bien es cierto que el número de ocupados roza los 21 millones (20,8), un dato récord para la economía española, el desempleo continúa en cifras altas en comparación con el resto de economías europeas. El 12,7% que reflejan los datos del Ministerio de Trabajo equivalen a 2,7 millones de personas sin empleo.

El hecho de que el PIB haya conseguido recuperar el nivel prepandemia no ha significado que el Estado haya conseguido reducir su deuda. De hecho, la deuda pública ha crecido un 5,6% en el último año, si bien es cierto que la ratio de deuda cae hasta el 112%, gracias a ese crecimiento del PIB. Según los datos del Banco de España, en abril se registró un descenso del 0,57% con respecto a marzo.

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