El presidente de Latin America Invest considera que "los líderes populistas provocan volatilidad en el mercado y eso también genera oportunidades de inversión para la compra de activos"
Volatilidad. Parece que estamos ante la palabra más utilizada para explicar el comportamiento de los mercados en los últimos meses. En un entorno incierto, que también afecta a España, Capital analiza con Damián Valenzuela, presidente de Latin America Invest, las estrategias más acertadas para generar valor con las asimetrías regulatorias, políticas, fiscales o monetarias de los diferentes países. En el horizonte, alternativas como las criptomonedas y la amenaza de la inflación.
¿Cómo puede un inversor aprovechar la diversidad del entorno regulatorio, monetario, fiscal, político e inflacionario en Latinoamérica?
Los empresarios nos movemos en un mundo cambiante y las asimetrías que se presentan entre los diferentes mercados pueden ser una condena o una verdadera oportunidad. Aprovechar los tratados de libre comercio o los tratados para evitar la doble imposición tributaria son dos ejemplos muy claros de cómo las asimetrías pueden ser muy útiles.
Siempre menciono que una cosa es elegir dónde queremos vivir y otra dónde queremos hacer negocios y esto se relaciona con el mercado, con el tipo de producto y con cuestiones logísticas. Otra muy diferente es dónde decidimos pagar impuestos o dónde ejercemos nuestra estrategia fiscal mundial en relación con los negocios que encaramos. Conociendo las reglas que tiene cada estado tenemos que aprovecharlas de una manera eficiente.
Por ejemplo, si partimos de una base en la que esas reglas son cambiantes, como pasa en Latinoamérica, donde todos los días una decisión política puede mover el tablero desde el punto de vista regulativo del control de cambios, en temas impositivos y demás, tenemos que estar listos para adaptarnos.
Debemos tener una visión filosófica que nos permita aprovechar cada una de estas variables: quizá contar con mucha regulación no sea lo más interesante para mi negocio, o quizá sea al contrario y me convenga desarrollar una industria en un país que tenga mucha protección a su industria nacional, porque tiene un tratado de libre comercio con algún mercado al que a mí me interesa llegar. Lo que a priori puede aparecer como una barrera regulativa se puede aprovechar sobre la base de ese mismo proteccionismo.
También pasa con las tasas de interés. Puedo obtener crédito en un país que tenga una baja tasa de interés para utilizar el capital en otro. Lo mismo pasa con la inflación. Si no dependo de la moneda local, puedo jugar con los tipos de cambio internacionales y aprovechar la inflación para, por ejemplo, generar rendimiento financiero.
Un capítulo especial dentro de las asimetrías en Latinoamérica es el tema político. La falta de instituciones y los cambios políticos, desde la derecha a la izquierda y desde la izquierda a la derecha, con líderes mesiánicos y populistas en ambos sectores, generan mucha volatilidad dentro de los mercados. Y, obviamente, también oportunidades para la compra de activos, siempre que evitemos comprar mal y tener preparadas siempre estrategias de salida.
¿Cómo es su estrategia de inversión ante los fenómenos como la inflación global, la escasez de recursos y las materias primas?
Nuestra estrategia es tener varias estrategias que sean complementarias y suplementarias con objetivos concretos. En estos momentos gestionamos más de 4.000 millones de dólares y tenemos que distribuirlos teniendo en cuenta no solo el perfil geográfico sino también el sector económico, el perfil de liquidez y si la visión es más conservadora, moderada o agresiva.
No existe una sola estrategia, sino múltiples estrategias en las que vamos a aprovechar el fenómeno de la inflación global, la escasez de recursos y de materias primas. Hablar de escasez va a implicar, por ejemplo, que haya cambios en los precios.
Si nosotros entendemos cómo se manejan esas tendencias de precios a nivel mundial, vamos a operar a favor o en contra, al alza o a la baja, y vamos a tomar instrumentos derivados para aprovechar la oportunidad y lograr rendimientos absolutos.
El fenómeno de la inflación global es un fenómeno monetarista y, como tal, va a tener mucho impacto en la unidad en la cual nosotros estemos midiendo el precio de ese activo y con relación a qué posición hemos tomado en cuanto a la posibilidad de inflación global existente.
El mejor ejemplo práctico es el petróleo. En su punto más bajo tocó los 25 dólares por barril y hoy está cerca de los 89. La realidad es que esta variación no se ha producido solo por una cuestión de oferta y demanda, sino que también tiene que ver con una cuestión monetaria.
El exceso de emisión monetaria provocó la devaluación del dólar frente a las monedas mundiales lo que provocado que ese excedente de liquidez haya ido al petróleo y el costo de reposición del precio por barril haya ido aumentando hasta los valores actuales.
¿Qué puede hacer un inversor para protegerse de la inflación?
Como comentaba, la inflación es un fenómeno monetario y, por tanto, lo primero que tenemos que hacer es ver qué valor vamos a utilizar como referencia y cómo esta afecta esa unidad de valor con relación al país u organismo que la emite.
Nosotros utilizamos principalmente el dólar y el euro como unidades de valor. En el caso del dólar, por ejemplo, vemos cómo va a estar la inflación en EE. UU. y a partir de ahí definimos cuánto es el mínimo que tenemos que ganar a nivel mundial para mantener el poder adquisitivo.
Vamos al ejemplo práctico: en Estados Unidos se calcula que la inflación va a estar entre un 5% y un 6% este año, por la expansión monetaria tan agresiva de la política de la Reserva Federal de manejar los tipos de interés cercanos a cero a través de la recompra de bonos soberanos americanos, como una forma de dar liquidez a un mercado que estaba bastante restringido por el tema pandémico.
Por tanto, para superar ese proceso inflacionario tenemos que ganar más del 5 o 6 % para que el valor de nuestro poder adquisitivo se mantenga. Se trata de utilizar la inflación que tenga cada país o bloque económico como un acelerador de nuestras ganancias en relación con el tipo de cambio local. Pongo dos ejemplos.
En la actualidad en Estados Unidos por un depósito a plazo fijo se obtiene un 0,5 o un 0,75 % con lo que, si yo pongo un dólar dentro del sistema americano, voy a estar perdiendo en relación con la inflación que está en un 5 o 6 %.
Pero si ese mismo dólar lo obtengo de un crédito con una tasa muy baja, pongamos un 1,75 %, y lo coloco en un certificado bursátil mexicano que me paga el 7’85 % y el tipo de cambio mexicano se mantiene estable, en torno a los 20 pesos en el último año y medio, o incluso un poco más, resulta que, gracias a que la inflación mexicana es mucho mayor que la americana, voy a estar ganando casi un 6 %.
Lo mismo sucede con Argentina. que tiene otro tipo de restricciones regulativas con un tipo de cambio oficial. La tasa de referencia en Argentina es casi del 40 %, si se mantiene estable y opero en el mercado argentino con los dólares obtenidos en Estados Unidos, estaremos ganando alrededor de ese 40 %.
¿Cuáles fueron las claves para lograr rentabilidades en el mercado bajista del año 2020, tan lleno de desgracias?
La primera pregunta que me hago es si hubo un mercado bajista o en realidad hubo una contracción económica general que hizo que ciertos sectores ajustaran precios, que hubiera un reacomodamiento de cartera y un aprovechamiento o no de las situaciones de liquidez que se podrían haber dado en cada uno de estos sectores.
¿Por qué hago esta digresión? Porque si el inicio del 2020 te encontró con liquidez la realidad es que fue una gran oportunidad para salir a comprar en sectores en los que no había movimiento de compra o de venta antes. Es el caso del real estate que ha sido uno de los sectores más afectados, pero también el sector turístico, el logístico, el del transporte o el de la aviación.
Lo que quiero mostrar es que en un mercado bajista o en el que ha habido una contracción de liquidez, si uno estaba bien posicionado, la realidad es que ha sido un momento de buenas oportunidades.
A esto le tenemos que añadir que, por ejemplo, y esto se nota en los movimientos bursátiles, el 2020 ha sido un año en el que, tras el ajuste inicial del mes de marzo, a partir de los meses de junio y julio el perfil ha sido positivo, con crecimiento tras el importante ajuste previo.
Se trata de estar listo y atento para aprovechar estas oportunidades, más allá de que haya una bajada de la economía en general, para tomar posiciones de valor tanto en el corto como en el medio y largo plazo.
¿Cree en las criptomonedas como inversión a medio-largo plazo o estamos ante una burbuja?
Mi creencia va mucho más allá de las criptomonedas, que para mí hoy son solo una moda fomentada por los medios de comunicación y por las redes sociales apuntando fundamentalmente al público juvenil.
Más que en las criptomonedas, creo en la tecnología blockchain y en el uso de esta tecnología en el proceso y manejo de los datos y en el valor del encriptado que se va a dar a este tipo de datos. Creo que ha llegado para quedarse y no podemos dejarla de lado.
Las criptomonedas son simplemente una expresión promocional o pública de esta tecnología. Desde esta visión, en el grupo nos preocupamos más por ver los aspectos regulatorios de los intermediarios, de los emisores de criptomonedas y viendo los aspectos impositivos en la compra y venta y en la seguridad del manejo de la información y de los datos que hoy se intercambian y se negocian.
“Las criptomonedas no son más que la imagen promocional o pública de la tecnología blockchain, en cuyo valor creo”
Damián Valenzuela, presidente de Latin America Invest
Como ejemplo diré que es muy importante entender que, si compro un bitcoin a 20.000 dólares y lo logro vender a 60.000, y soy un residente fiscal americano, voy a tener que pagar el impuesto sobre las ganancias, el impuesto sobre la renta de esa operación. No es solamente identificar hacia dónde va el precio del activo, sino qué jurisdicción voy a utilizar, a través de qué medio lo voy a hacer, qué plataforma voy a utilizar. Empiezan a aparecer las regulaciones, no tanto en el intercambio comercial sino, más bien, alrededor de ese intercambio comercial.
Con respecto a la pregunta de si hay una burbuja dentro del valor de estos activos, yo siempre planteo que, para hablar de burbuja, tenemos que entender la demanda y la oferta, y que para muchos de estos activos esta información está totalmente cerrada, no es muy transparente y que, por tanto, podemos llegar a equivocarnos.
El valor de este tipo de activos hoy, donde no hay un subyacente por detrás que los esté respaldando, solamente el bloque de código y en el caso de las estable coins, como Ethereum, que supuestamente está respaldada por moneda fiduciaria, no me puedo manifestar a favor o en contra de si hay una burbuja. El valor va a estar dado por la capacidad de intercambio y de compra que haya con estos activos en relación con otros con los que se esté negociando.
Principalmente, ¿qué tipo de activos forman su cartera?
Nosotros partimos de una base filosófica muy básica. De todo el dinero que gestionamos, el 33 % va destinado a inmuebles, negocios inmobiliarios o derechos que tienen una base inmobiliaria; otro 33 % se destina a valores cotizados en las distintas bolsas del mundo; y un 33 % va a instrumentos monetarios, de intercambio o que, de alguna forma, se pueda considerar que son activos líquidos de rápida disposición.
De esta forma, nos aseguramos tener lo que denominamos “capacidad de fuego” para poder comprar o aprovechar alguna coyuntura o crisis de liquidez que pueda llegar a existir en el mercado. A partir de esta premisa básica filosófica de distribución, de acuerdo a la naturaleza de los activos que elegimos, le agregamos gran cantidad de filtros.
En esos filtros vamos a ver la distribución geográfica, la naturaleza, la liquidez en el tiempo, el sector del negocio que encaramos y, obviamente, vamos a tomar en cuenta todas esas asimetrías que planteamos en cuanto a regulación, al impositivo y a la política, para terminar seleccionando dentro de esta clasificación primaria que acabo de describir.
A modo de ejemplo, no va a ser lo mismo un metro cuadrado en Madrid bajo regulación española, en la que hoy se está tratando el tema de las leyes de alquileres y otras cuestiones relacionadas, que un metro cuadrado en Estados Unidos donde esa regulación no existe y, por consiguiente, quizá tenga un control en cuanto al rendimiento mucho más amplio.
También va a tener que ver con el mercado objetivo. Por ejemplo, Florida vive de la migración latinoamericana que llega hasta allí para vivir. En este sentido, España o Madrid podrían llegar a ser un eje de competencia natural, pero no así Marbella, que vive de los europeos del norte, que tienen otro perfil de compra muy diferente y que quizá ven a la Florida como un destino demasiado lejano para sus períodos vacacionales.
Por tanto, partimos de una génesis básica, 33-33-33, y a partir de ahí empezamos a hacer una clasificación geográfica, de sector de negocio y de naturaleza, en relación liquidez en tiempo, que para nosotros es importante. Todo ello, obviamente, tomando en cuenta los riesgos de cada jurisdicción en los que esté inserto cada uno de los activos.
"España es muy buen puerto de acceso a Europa"
La mayor regulación en España, ¿eleva su atractivo o es una barrera para la inversión?
En principio, una mayor regulación en cualquier país, no solamente en España, es una barrera a la inversión, pero, como ya he mencionado, también genera asimetrías que pueden llegar a ser aprovechables. En resumen, es entender si en ese mercado hay potencial o no en relación con los consumidores y al precio que estén dispuestos a pagar por nuestro producto o servicio, o si ese país, por una cuestión de logística o eficiencia, es un lugar adecuado para intermediar hacia otros mercados.
En este contexto, por ejemplo, si yo quiero entrar en la Unión Europea, España es un muy buen puerto de acceso para los productos latinoamericanos porque tiene tratados para evitar la doble imposición tributaria con gran número de países en Latinoamérica. Entonces, montar una estructura de servicios de logística comercial con base española para coordinar la exportación de productos desde Latinoamérica hacia el extranjero, es una opción.
Lo mismo pasa con aquellos países en los que puede haber barreras de ingreso con una regulación alta pero que, para ciertas situaciones, tienen beneficios fiscales importantes. Por ejemplo, Chile puede ser utilizado como una plataforma fiscal para negociar con ciertos países de América latina en la medida en la que esas plataformas logísticas e impositivas no sean utilizadas para negociar dentro del mismo país.
España puede tener una regulación alta, pero también puede ofrecerme crédito a tasas bajas, como las de ahora, y quizá prefiera estar más regulado y tener oportunidad de aprovechar el financiación que ofrece Europa, que estar en otro mercado menos regulado, pero no tener financiación, o que la tasa de interés sea muy elevada.
¿Qué sectores son los que usted considera con mayor potencial de crecimiento para los próximos meses?
En los próximos meses, los sectores con mayor reactivación serán precisamente aquellos a los que más les afectaron las restricciones de la pandemia, y aquellos que pudieron aprovecharse de la misma, como los tecnológicos y los vinculados a temas médicos.
Se ha producido un cambio de paradigma de consumo y esto es lo más importe porque a medio plazo, los sectores vinculados a temas de tecnología, de consumo, de medicina y al sector alimenticio son los que más ban a crecer.
En cuanto al corto plazo, serán el sector inmobiliario, el hotelero, el del transporte, tanto el de mercancías como el de pasajeros, y el consumo los que más vayan a reactivarse, fruto de las restricciones que habíamos estado viviendo.
¿Qué sinergias se pueden establecer entre España y Latinoamérica que un inversor pueda aprovechar en su búsqueda de alternativas para su cartera?
Lo primero que tengo que decir es que España y Latinoamérica ya cuentan con una sinergia total, desde los aspectos regulativos a los fiscales, financieros o logísticos. En realidad, de lo que habría que hablar es de profundización de los nodos logísticos, legales y financieros.
Lo que América Latina ofrece es mercado potencial, es decir, tiene todo por hacer y una alta tasa de crecimiento de la natalidad. Esto es muy importante, porque ese crecimiento de la población produce posibles clientes para cualquier producto que se quiera desarrollar. Por su parte, España ofrece a Latinoamérica estabilidad institucional, aunque habría que ponerlo entre paréntesis, y jurídica, lo que se traduce en una muy buena plataforma de ingreso para hacer negocios en Europa.
¿Ve potencial en economías emergentes? ¿En qué países concretamente?
Las economías emergentes aportan mucho profit en la medida en que uno sepa manejar los riesgos y mitigarlos, fundamentalmente. En la actualidad, todos los países de Latinoamérica que son básicamente emergentes o mercados frontera han realizado un giro a la izquierda a nivel político. Eso ha generado volatilidad, pero son precisamente en esos países en los que existe una mayor oportunidad.
La volatilidad política se ha trasladado a lo económico y ha generado movimientos en los tipos de cambio, ligeros movimientos en las tasas de interés y movimientos a nivel de estabilidad jurídica, lo que ha provocado que el valor de los activos en Sudamérica haya bajado.
No es cuestión solamente de ver a medio plazo qué tipo de productos le puede vender o comprar a Latinoamérica, sino también aprovechar que este es un buen momento para ingresar porque el mercado está muy volatilizado y los países emergentes y fronterizos tienen problemas a nivel de valoración de sus activos, que se han depreciado bastante.