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Empresas

Digitalización, adaptación y diversidad: las claves de la formación empresarial en las escuelas de negocio 

Por Redacción Capital

Norman Kurtis, decano de programas en IE University: “La máxima relevancia es desarrollar las habilidades necesarias para crear la próxima generación de líderes sostenibles” 

Joaquín Azcue, vicedecano de EAE Business School en el campus de Barcelona: “Las escuelas de negocios representan un puente inmejorable entre los nuevos conocimientos y las empresas” 

José Franch, decano de Esade Business School: “Las escuelas de negocios participan de una forma muy activa en la cuarta revolución industrial” 

Los estudios empresariales se encuentran en su mejor momento. El informe de Adecco Infoempleo de 2020, que engloba las carreras con más salidas laborales en España, indica que las Ciencias Sociales y Jurídicas continúan siendo los grados más demandados. Las titulaciones de esta rama acaparan más de un 40% las ofertas de empleo, y destaca el grado de Administración y Dirección de Empresas (ADE) como el más solicitado. Es el área que más ha crecido en los últimos años y recibe cuatro de cada 10 ofertas. Y dos años después, cuando la pandemia parece mitigarse, se reafirma que las titulaciones de empresariales van a la cabeza en empleabilidad. 

Desde Formación Online EU apuntan que ADE otorga al egresado la mayoría de las oportunidades de trabajo en 2022, con un 4,5% de las ofertas de empleo, alcanzando 7,3% si se dirigen específicamente a titulados. Las formaciones empresariales sufren una tendencia positiva en oferta y demanda, porque las empresas necesitan de profesionales de la analítica empresarial, la gestión, el marketing y la resolución de problemas de management (gestión). La especialización en este conocimiento es clave para las compañías a la hora de la contratación y, en este punto de auge de los estudios de empresa, se encuentran las escuelas de negocio. 

Las escuelas de negocio o business schools son centros de formación enfocados en docencia empresarial y económica. Cada escuela toca diferentes áreas, pero normalmente engloban disciplinas de finanzas, contabilidad, economía y marketing. La mayoría de las business schools se caracterizan, asimismo, por la fuerte digitalización que incluyen en sus centros docentes y en las asignaturas.

Capital repasa con Norman Kurtis, decano de programas de IE Business School en IE University, Joaquín Azcue, Vicedecano de EAE Business School en el campus de Barcelona, y José Franch, decano Esade Business School, cómo es el sistema formativo en dichas escuelas y cómo preparan al futuro empresario. 

¿Por qué una escuela de negocio? 

Las escuelas de negocio funcionan a base de una metodología que busca encontrar tendencias, técnicas y soportes que apoyen el desarrollo de habilidades y competencias del futuro empresario o emprendedor. Norman Kurtis, decano de programas de IE Business School en IE University, apunta que uno de los valores diferenciales de estudiar en una de ellas es que forma al alumno en el emprendimiento, en un sentido más amplio.

“El emprendimiento es una mentalidad, una manera de pensar y un conjunto de comportamientos acerca de cómo enfocar las oportunidades”, afirma Kurtis. Joaquín Azcue, vicedecano de EAE Business School en el campus de Barcelona, considera que emprender es cada vez más imprescindible para la empleabilidad en todos los niveles ejecutivos.  

José Franch, decano de Esade Business School, indica que lo necesario es una formación personalizada, flexible y especializada, en la que el alumno sea el centro de su propio proceso de aprendizaje. “La propuesta de valor de las escuelas de negocio se apoya en la metodología docente, basada en el aprendizaje experiencial, la flexibilidad para adaptarse a los entornos de cambio, caracterizados por la complejidad y la incertidumbre, la relación con el mercado laboral y su capacidad para generar networking”, relata el decano de Esade. 

La digitalización, clave en la formación empresarial 

Un factor enormemente distintivo de las escuelas de negocio es la rápida adaptación debido a su fuerte presencia digital en los modelos. Utilizan métodos propios de las empresas basados en Internet para formar a nuevas generaciones de líderes digitales cuyos proyectos se centren en la innovación y la tecnología. “El valor añadido de una escuela de negocio es la evolución de todos sus programas para incorporar aquellos elementos relacionados con la tecnología que están revolucionando todos los ámbitos de la sociedad”, apunta el vicedecano de EAE.  

Aunque, para Azcue, el entendimiento de estas nuevas tecnologías no es lo fundamental, hay que conocer cómo emplearlas. “Para los perfiles de alumnos que acceden a las escuelas de negocio, la clave no es tanto el conocimiento en profundidad de las tecnologías digitales, sino, más bien, cómo se pueden aplicar para la mejora y evolución de los negocios”. Eso sí, las tecnologías digitales han tenido, indudablemente, un gran impacto en las metodologías docentes en diversos aspectos. El decano de Esade Business School, por su parte, comenta que dirigir equipos irá de la mano de la tecnología.  

“Las escuelas de negocios proporcionan los conocimientos y las competencias precisas para liderar equipos en contextos como el actual, donde la tecnología cada vez cobra mayor protagonismo”, dice Franch. Es más, el decano de Esade resalta que la ampliación de la oferta y contenido de programas académico tiene la tecnología como eje transversal de conocimiento y progreso, y los nuevos títulos académicos que se desarrollan irán enfocados hacia este impacto social. 

El vicedecano de EAE destaca que la tecnología otorga capacidades con las que se pueden crear todo tipo de contenidos digitales de autoestudio, y permite que cada estudiante adquiera los conocimientos más teóricos a su ritmo y con los elementos que a cada uno le aporten más. “Los estudiantes reclaman una mayor flexibilidad combinando presencialidad con online que lo haga compatible con su vida laboral y, al mismo tiempo, permita la conciliación con su vida privada”, insiste Azcue. La actualización es esencial, con todo lo que eso implica, y la digitalización, con la crisis sanitaria, fue un salvavidas. 

La adaptación de un centro implica amoldarse a las situaciones incontrolables ajenas a ellos, como fue la pandemia, que obligó a un cambio drástico del método de formación. En este sentido, las escuelas de negocio, debido a su fuerte digitalización y experiencia previa en formación online, fueron de los centros docentes más aventajados. IE University pasó a ser 100% híbrido en un día, aunque Kurtis aclara que este factor híbrido es interesante, pero no es la clave. “Nos guía el aprendizaje líquido.

La educación es un proceso bidireccional e interactivo, en el cual hay realidades impredecibles a las que se enfrentan los estudiantes como la pandemia. El objetivo del aprendizaje líquido es adaptar la educación a estos momentos”, explica el decano. 

Por su lado, el decano de Esade afirma que, tras la pandemia, cada vez demandan perfiles que sepan comunicarse de manera efectiva con equipos diversos y liderar a personas que no están físicamente juntas. “El modelo híbrido permite adecuarse a las necesidades concretas de los alumnos y de las empresas”, aclara Franch. Los distintos planes de estudio, con pandemia o sin ella, irán variando e innovándose, pero lo esencial en las business schools es que el centro docente mantenga un vínculo constante y estrecho con las empresas, para la continua transferencia de conocimiento e innovación entre el ámbito académico y el empresarial. 

El vínculo con las empresas 

La actualización también es la renovación de la formación respecto a las necesidades futuras de las empresas. “Nuestra misión es que nuestros programas existentes se adelanten a las tendencias y ser disruptivos con nosotros mismos”, comenta el decano de programas del IE. Los empresarios del futuro se encuentran en estas escuelas, y las compañías son las primeras beneficiadas de este paso ya que el estudiante experimenta situaciones reales en las aulas.  

Así, un alumno vive momentos de adversidad previos a su entrada a un posible puesto de trabajo. “Las personas necesitan ‘momentos de verdad’. Los empleados no siempre están dispuestos a explorar o a arriesgarse a contratiempos y su reputación, por lo que el lugar de trabajo no está necesariamente optimizado para el crecimiento de las habilidades de comportamiento”, incide Kurtis.  

El decano de programas del IE argumenta que en las escuelas de negocio se trabajan las habilidades de impacto, la capacidad de hacer que las cosas sucedan en el ámbito de trabajo. “El auténtico desarrollo ocurre de manera acelerada con la fricción existente en situaciones con equipos diversos, desafíos difíciles, plazos cortos y presupuestos pequeños”, explica Kurtis, añadiendo que la oficina no siempre es el mejor entorno ni el más seguro para que los futuros empleados experimenten nuevos comportamientos y desarrollen nuevas mentalidades. Por este motivo, considera necesario el paso de los empresarios por las business schools

Por su lado, el vicedecano de EAE resalta que “las escuelas de negocio son las que aportan la perspectiva del negocio”. Eso sí, es vital que, para que la formación en negocios resulte exitosa, los centros docentes estén en constante comunicación con las empresas para conocer sus reclamaciones en los futuros empleados. “Nos tomamos muy en serio las necesidades de las empresas a la hora de adaptar nuestros planes de estudio”, asegura Kurtis y suma que “es importante que el empleado se mantenga actualizado. Una de las misiones de las mejores escuelas de negocios es estar en la vanguardia”.  

En esta premisa, Franch coincide en que la buena gestión y desempeño de una business school se basa en la constante comunicación con las compañías. “Las escuelas de negocio mantienen un diálogo permanente con las empresas y organizaciones”, afirma el decano de Esade, y recalca que, por esto, las instituciones son capaces de adelantarse a ellas y acompañar a las organizaciones en sus procesos de transformación, formando a sus empleados para que lideren en un entorno marcado por el cambio y la incertidumbre. 

La renovación empresarial va expresamente ligada a la tecnología, ya que tienen la necesidad creciente de incorporarla a los negocios, por lo que la renovación formativa también es digital debido al terreno laboral. “La tecnología genera una necesidad de ampliar los conocimientos de los perfiles senior de la empresa en este aspecto y con ello una oportunidad de crear nuevos programas relacionados especialmente con las tecnologías digitales”, comenta el vicedecano de EAE. Desde la escuela de negocios TBS Barcelona destacan en su informe que las empresas de Madrid y Barcelona lideran el gasto en innovación tecnológica. 

Madrid y Barcelona, capitales de estudios empresariales 

El análisis de ManpowerGroup “Estudio de Proyección de Empleo” indica que el sector tecnológico en España liderará la creación de puestos de trabajo. Para elaborar el estudio, Dealroom analiza el capital invertido en startups en cada una de las ciudades y confirma que Madrid y Barcelona se posicionan entre los 10 polos tecnológicos de Europa. Ambos lugares son los mayores centros empresariales y tecnológicos de España, por lo que los alumnos los escogen como favoritos para sus estudios. 

De acuerdo con el estudio QS Best Student Ranking, Madrid y Barcelona se encuentran entre las 40 mejores ciudades del mundo para estudiar, en los puestos 32 y 31 respectivamente. La gran parte de las escuelas de negocio -EAE y Esade, entre ellas- tienen campus en ambas capitales y es lógico, ya que las mejores multinacionales tienen sede en estas dos ciudades, seguidas de Valencia, Bilbao o Sevilla. “Barcelona tiene un atractivo adicional para los estudiantes internacionales europeos, así como Madrid lo tiene para algunos países de Latinoamérica”, afirma el vicedecano de EAE.    

En esta línea, Franch explica que el aumento y la consolidación de empresas y de sedes de multinacionales en Barcelona y Madrid, así como la creación de empleo en torno a ellas, han convertido a ambas ciudades en hubs educativos europeos y globales de referencia. En el caso concreto de Esade, el campus en Madrid dedica su actividad académica, principalmente, a la formación ejecutiva. Las dos ciudades son las preferidas para estudiar, pero no como residencia. Según la encuesta de OCU sobre las mejores ciudades para vivir en nuestro país en 2021, Madrid y Barcelona son las peor puntuadas, aunque son los lugares de España con mayor diversidad poblacional. 

La diversidad internacional, cultural y social, clave del nuevo modelo educativo empresarial 

En los últimos años, la diversidad cultural y social ha irrumpido en las empresas y, por consiguiente, es una característica básica de las business schools. Un estudio reciente realizado por el Financial Times, que analiza datos de los últimos 15 años, señala que el porcentaje de mujeres que cursan un MBA -que, en términos absolutos, es el posgrado más demandado a nivel mundial- se ha incrementado del 17% al 31% desde 2007. Además, en 2022, el 36% de los puestos de dirección de las empresas medianas españolas están ocupados por mujeres, de acuerdo con el informe de Women in Business 2022. El porcentaje en ambos casos presenta una tendencia ascendente, pero la balanza empresarial sigue claramente inclinándose hacia los hombres. 

De hecho, Franch, en referencia al informe de Women in Business, apunta que, pese a ser un récord histórico, son unas cifras que no reflejan la proporción de graduadas universitarias en nuestro país, que alcanza el 54%, según el Education at Glance de la OCDE. Dista aún mucho de la paridad deseada en el mundo de la organización. El decano de Esade describe que esta realidad está latente en una proporción similar en las escuelas de negocio de todo el mundo. 

Kurtis puntualiza la dificultad de encontrar una explicación real al obstáculo de conciliar la vida laboral y profesional, que probablemente se rija por motivos culturales o del modelo de sociedad, porque en las aulas no existe tal diferencia. Estos centros de estudio aseguran que hay equidad entre hombres y mujeres en las clases, por eso cuesta entender qué sucede cuando se adentra en el mundo laboral. “Hay que dedicar gran parte de recursos a becas, formación e investigación en materia de igualdad de género, no sólo en ámbito la empresa, sino también en la sociedad”, recalca Franch. 

Las escuelas de negocio se caracterizan muchas también por su alto nivel de variedad internacional en la nacionalidad de sus alumnos. El decano de programas de IE enfatiza que este centro docente, a nivel de grado, registra aproximadamente el 75% de sus estudiantes con origen fuera de España, y, a nivel de posgrado, más del 90%. Azcue, en este sentido, cree absolutamente beneficioso que los estudiantes puedan relacionarse con alumnos de diversas nacionalidades. Por el lado de Esade, Franch informa que el 65% de los alumnos que han empezado a estudiar son internacionales. 

Además, Azcue asegura que la transformación digital contribuye a contar con los mejores docentes sin limitación geográfica y permite accesibilidad a alumnos con limitaciones de movilidad, lo cual aporta valor de nuevo en términos de diversidad estudiantil. Por su parte, Franch explica que el avance tecnológico ha aportado a las empresas diversidad cultural y que las business schools deben proporcionar una formación integral de las personas con el fin de que sean no solo profesionales competentes, sino también socialmente responsables y éticos, en lo que coincide Kurtis.  

La máxima relevancia es desarrollar las habilidades necesarias para generar la próxima generación de líderes sostenibles”, incide el decano de programas del IE. La sostenibilidad es cada vez más, no una ventaja, sino una obligación para el mundo empresarial. Franch enfatiza la importancia de ayudar a mejorar las organizaciones y la sociedad desde las escuelas de negocios, y contribuir al debate social para construir sociedades libres, prósperas, más justas y social y medioambientalmente sostenibles. Insiste en que liderar en el entorno actual exige la capacidad de trabajar con equipos diversos y multiculturales, y este camino de diversidad será el futuro. 

El futuro de las business schools 

El futuro es digital, lo que obliga a este tipo de centros docentes a que su formación sea absolutamente basada en la digitalización. Su método estará fundamentado en la tecnología empresarial y cómo afecta esta transformación a las finanzas y al marketing. Azcue afirma que, en un mundo en constante cambio y donde el ciclo de vida útil de los conocimientos profesionales se acorta cada vez más, la demanda de formación especializada es, sin duda, creciente y las escuelas de negocio representan un puente inmejorable entre los nuevos conocimientos y las empresas con ayuda de la tecnología. El futuro irá en esta dirección. 

“Las escuelas de negocio son también fuente de innovación y emprendimiento, y, por ello, configuran un ecosistema junto con las empresas y los emprendedores que cada vez es más relevante para la sociedad”, relata el vicedecano de EAE. Sin embargo, Kurtis expresa que los contenidos no son la principal fuente de diferenciación entre las mejores escuelas de negocio del mundo, sino la creación de experiencias transformativas para los alumnos. Se enfrentarán a adversidades si no siguen esta línea. “Las escuelas de negocios que siguen centrando su pedagogía en casos de negocio con algo de discusión en el aula tendrán problemas de relevancia a corto plazo”, dice el decano del IE. 

Franch concreta que la evolución vista en los recientes años continuará y ha venido e irá marcada por la globalización, y estos centros desempeñan un papel clave en la creación de un mundo más competitivo y justo. “Las escuelas de negocios participan de una forma muy activa en la cuarta revolución industrial y, como el mundo empresarial, avanzan de forma imparable hacia el compromiso con la sociedad”, afirma el decano de Esade. 

Por eso, además de la digitalización y de la globalización, Franch expresa que las business schools buscarán superar las fronteras de la organización y convertirse en agentes de impacto social, tanto a través de la investigación y la formación como del debate. En este aspecto, añade que la sostenibilidad, la igualdad y la preocupación por la salud y el bienestar de las personas, son las principales tendencias que ya no desaparecerán nunca, ni en el currículum profesional, ni en la organización.  

Como recalca Kurtis, las escuelas de negocios como cualquier institución educativa, forman de cara a lo que el alumno se puede enfrentar en el futuro en el mundo laboral. “Como centro de generación de conocimiento, hay que garantizar que los egresados tengan las habilidades adecuadas no solo para el ahora, sino también para el futuro”, concluye el decano de programas de IE. La educación siempre es para construir una futura sociedad mejor en formación y valores. 

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