La compañía aragonesa, presidida por José Luis Aguirre, afronta el tramo decisivo para salir a Bolsa. Según las exigencias marcadas por el Gobierno, Ibercaja deberá hacer su debut en el parqué antes de que finalice el curso 2020. ¿Podrá conseguirlo?
Una de las entidades que debe priorizar su salida a Bolsa es Ibercaja. José Luis Aguirre, presidente de la compañía, ha asegurado que su principal meta es mantenerse “independiente”, por lo que su propósito es dar el salto a la cotización antes de que finalice el próximo año 2020. Parece que el directivo se muestra con la confianza necesaria para afrontar dicha operación, aunque cabe matizar la compleja tesitura que atraviesan hoy en día los mercados con motivo de la volatilidad que están experimentando. Además, tampoco se puede pasar por alto la valoración a la baja que realizan los bancos del Viejo Continente sobre las inversiones.
De hecho, los pronósticos no son precisamente halagüeños, dado que todo apunta que se producirá una pérdida de calidad de la rentabilidad, especialmente porque los tipos de interés de carácter negativo se prolongarán, al menos, hasta el curso 2020. Aguirre aprovechó la celebración de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en colaboración con la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), para argumentar que Ibercaja sabe a la perfección la complicada situación que afrontan en la actualidad los mercados. Su participación se desarrolló en la ponencia titulada ‘Las finanzas sostenibles y su importancia en el futuro de la economía’, unas jornadas patrocinadas por el BBVA.
Por tanto, será la Fundación, que posee el 87 % del capital de la entidad, la que deberá renunciar a ciertos ‘privilegios’ para disminuir su actividad en cifras inferiores al 50 %. Así lo rige la ley de cajas y fundaciones, algo que ya comentó la empresa aragonesa durante el pasado periodo estival. El presidente de Ibercaja asegura que “no se ha hecho ningún planteamiento hoy por hoy”, todo ello en relación con la supuesta planificación para posponer la salida a Bolsa de la compañía. “Si el mercado está durísimo, la Fundación tendrá que salir y hacer un sacrificio de precio, pero también estos sacrificios son temporales. Más adelante lo podrá recuperar. No es algo que nos obsesione”, ha agregado, por lo que da la sensación que el aterrizaje de Ibercaja en el parqué tendrá lugar, según los plazos previstos, antes de que concluya el ejercicio 2020.
De todos modos, Aguirre ha destacado que hay varios ejemplos de empresas que han recibido una prórroga en lo que hace alusión a los plazos que marca la ley, al menos en otras competencias. Muestra de ello es lo sucedido con Kutxabank, que dispondrá del privilegio de disfrutar de un periodo de tres años más con la finalidad de alcanzar la viabilidad requerida en su fondo de resistencia. Otro ejemplo es el de Bankia, entidad que ha recibido el visto bueno por parte del Gobierno para tramitar su privatización a partir del año 2021.
Por lo que respecta a los bancos de inversión, la gran mayoría cree que será una tarea ardua y compleja que Ibercaja sea capaz de distribuir un 40 % de su capital por todo el mercado a lo largo del año y medio que todavía tiene de margen. Siguiendo La compañía aragonesa, presidida por José Luis Aguirre, afronta el tramo decisivo para salir a Bolsa. Según las exigencias marcadas por el Gobierno, Ibercaja deberá hacer su debut en el parqué antes de que finalice el curso 2020. ¿Podrá conseguirlo? Comienza la cuenta atrás para Ibercaja. Con este tema, son dichos bancos los que recomiendan a la empresa presidida por José Luis Aguirre que se ponga en contacto directamente con el Gobierno para que le conceda más tiempo de cara a ejecutar satisfactoriamente esta maniobra. Aun así, la intención de la compañía aragonesa, con sede en Zaragoza, es mantener su independencia para no tener que asociarse con ningún banco de cara a cumplir su objetivo.
Pese a ello, el presidente de Ibercaja no pierde ni por un instante el optimismo para que su compañía satisfaga las necesidades y exigencias marcadas por el Gobierno de debutar en el parqué antes de que expire el curso 2020. No cabe duda que será un trayecto largo el que deberá recorrer la empresa maña, si bien es cierto que cuenta a su favor con un equipo de expertos realmente preparados para afrontar cualquier clase de adversidad que pueda interponerse en su camino. Aguirre es consciente de la dificultad, junto con la alternativa de poder ampliar el límite marcado por el Gobierno, pero entre sus planes de futuro no figura solicitar una ampliación del plazo para salir a Bolsa.
Hay que destacar que la normativa nacional, en lo que hace alusión a las antiguas cajas de ahorro, marca 2020 como lo que los angloparlantes denominan deadline para que las entidades tomen la decisión de participar definitivamente en el parqué. Todo ello con la intención manifiesta de disminuir claramente la actividad de las fundaciones en las empresas, por lo que habrá que ver si Ibercaja cumple dichos plazos. Como se ha señalado con anterioridad, José Luis Aguirre no pretende pedir una prórroga al Gobierno para que la entidad que preside goce de más tiempo de cara a lograr la salida a Bolsa que, tarde o temprano, acabará siendo una realidad.
“Creo que, en el medio y largo plazo, somos una inversión interesante para cualquier inversor que quiera obtener una cierta garantía y rentabilidad”, ha reconocido el presidente de Ibercaja en los cursos de verano organizados por la UIMP y APIE, patrocinados por el BBVA. Aguirre considera que es realmente positivo que su compañía sea identificada como un modelo de negocio viable, especialmente de cara a poder dar el salto más adelante al mercado de capitales. Asimismo, no pierde de vista el efecto que podría desencadenar a la hora de llevar a cabo una planificación guiada por el mismo patrón en relación con el sector donde se desenvuelve.
“Una entidad de nuestro tamaño es viable”, ha destacado José Luis Aguirre, descartando por completo cualquier fusión o adquisición en el futuro. Otro de los factores que ha declarado como positivo de la compañía que preside es su capacidad para gestionar cualquier clase de problema o inseguridad de manera sensata y reflexiva, una cuestión que confía en que reciba evaluaciones positivas por parte de los inversores. La salida a Bolsa de Ibercaja se había planteado para la primavera de 2019, pero finalmente habrá que esperar hasta el tramo decisivo de 2020. ¿Será capaz la empresa aragonesa de cumplir la normativa del Gobierno antes de que expire dicho plazo?