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Lifestyle

A solas con Inés Martín Alcalde, la diseñadora del momento  

Por Marta Díaz de Santos

La firma de la diseñadora Martín Alcalde, apasionada del arte y de la moda, ha crecido de forma vertiginosa en menos de un lustro

Su nombre figura entre las diseñadoras más buscadas de España, especialmente cuando hablamos de novias. Apasionada del arte y de la moda, el vertiginoso crecimiento de su firma fue tal que en menos de un lustro logró expandir la marca hasta una colección prêt à porter, otra de invitadas y de street wear (prendas para el día a día) que actualmente conforman el universo Inés Martín Alcalde

Observadora incansable y en constante búsqueda de la belleza, sus creaciones vanguardistas son pura delicadeza y sofisticación. ¿El secreto de su éxito? Ella misma nos lo cuenta en su atelier de Madrid, donde estira el tiempo hasta el infinito. 

¿Cómo definiría su taller? 

Mi sueño era crear un concepto similar a las casas de costura tradicionales que, con el tiempo, se han ido perdiendo. Por eso, me gusta llamarlo ‘La casa de Inés’ y que se sienta como un hogar en el que recibimos clientas a diario para confeccionar el vestido de novia que mejor se adapte a cada una. Somos un equipo de 16 mujeres en el que las costureras no se llevan el trabajo a casa, todo se hace aquí. A día de hoy, hay muy pocos talleres de costura que tengan tanta gente contratada todo el año. 

¿Siempre soñó con ser diseñadora de novias? 

Nací en una familia donde la estética siempre estuvo muy presente y tuve claro desde pequeña lo que quería hacer. Recuerdo que, cuando le confesé a mi madre que quería dedicarme a la moda, me dijo que tenía que ser la mejor. Así que me fui a Londres, donde me formé y me especialicé en diseño de estampados. Siempre me ha encantado. 

Cuando era niña, recuerdo ir con mis abuelos a ver anticuarios, y con 12 años ayudaba a mi madre a montar los escaparates de la empresa familiar. Fue allí, manipulando y tiñendo telas, donde me di cuenta de que lo mío era crear vestidos de novias.  

¿Y qué pasó después? ¿Cómo diste el salto? 

Soy una persona súper positiva, pero el tiempo en Londres me torturaba hasta tal punto que decidí marcharme y me fui a vivir a Ibiza una temporada. ¡Es lo que más me gusta del mundo! Ahí me inspiré mucho, diseñé estampados y teñí un sinfín de telas. Empecé trabajando en una tienda de novias donde aprendí costura. 

Recuerdo que, nada más llegar, me preguntaron qué sabía hacer. Les dije que teñir. Cogí un velo y lo teñí... y así empezó todo. Comencé a manipular telas, que era lo que a mí realmente me gustaba. Además, en mi tiempo libre diseñaba estampados para restaurantes. Estuve trabajando allí unos años hasta que quise volar sola, porque quería hacer de todo. 

Empecé sola, en mi casa, haciendo novias, invitadas y estampados. En apenas un mes, todo creció tan rápido que mi mejor amiga, con la que además vivía, se unió a la idea. Leticia (Colás) era auditora y me hizo un plan de negocio. Recuerdo que me propuso vender ocho vestidos en un año y los vendí en un mes. A la vez, salió un proyecto muy grande de papel pintado y no sé cuántas invitadas. Fue una locura. Y así empezamos, en el salón de casa… hasta hoy. 

“Me hace la misma ilusión vestir a la Reina que a una chica que viene de un pueblo” 

Cada pieza es concebida como una joya para lucir durante años. ¿Cuál es la seña de identidad de IMA? 

Las hombreras y las telas, tanto de novias como de invitadas. 

Háblanos de tus diseños. ¿Hasta qué punto siguen las tendencias? 

Creo diseños nupciales que realmente puedo disfrutar y cuando sé quién es la novia. Es fundamental sentir su personalidad y transmitirlo en el resultado final. Es decir, que no se vea disfrazada. Por eso no falto a ninguna de las pruebas, estoy siempre con ellas. Soy muy creativa y me fascina la idea de transformar un vestido. 

Un traje siempre debe tener una buena costura y diseño. A día de hoy, sigo confeccionando estampados y todas las telas de la colección de invitada se hacen aquí, en el taller. Siempre tienen una pincelada actual, porque estoy informada, pero no sigo las tendencias a rajatabla. Lo que sí es tendencia, y cada vez más, es la novia de invierno… Y es durante esos meses cuando más trabajo tenemos. 

Vestidos midi con lentejuelas de aires ochenteros, bordados románticos donde siempre prima la elegancia… ¿Cómo surge la colección de invitada, Inés Martín Alcalde Collection? 

Al cabo de un año y medio derivó la colección de invitadas, cuando detectamos que había una demanda altísima de madres y hermanas que querían que diseñásemos también sus trajes. Empezamos tiñendo todas las telas porque comprarlas me aburre, a mí me encanta manipular. Creció hasta tal punto que a día de hoy estamos sacando colecciones limitadas que no se repiten.  

Son pequeñas cápsulas con diseños muy característicos y de muy pocas unidades. Nos volvemos locas diseñando patrones, porque nunca son iguales. Además, a raíz del confinamiento y ante la imposibilidad de celebrar eventos, nos lanzamos con la ropa de calle y descubrimos nuestro punto fuerte: las blazers, que se venden muchísimo y son nuestra seña de identidad. 

diseñadora vestidos novia

En plena temporada de bodas, ¿qué consejos le daría a una invitada? 

Yo siempre abogo por el menos es más. También es interesante jugar con diferentes tonalidades dentro de la misma gama de color en el look y mezclar texturas. Otra opción es combinar tejidos que a priori parecen más adecuados para la noche en estilismos de día, y viceversa. 

“La novia de invierno es cada vez más tendencia, y es durante esos meses cuando más trabajo tenemos” 

Además de su mejor amiga, su hermana Lucía también está en el proyecto… 

Una cosa que yo siempre hago es rodearme de gente que conozco, que me dé buena sintonía y me entienda; y mi hermana Lucía, que además tiene muy buen gusto, siempre me ha ayudado. Cuando empezamos a crecer, le propuse que dejase su trabajo y se viniese con Leticia y conmigo. Fue dos años antes de la Covid-19 cuando empezamos a enfocarnos en invitadas, donde yo diseño las telas y ella la colección, pero siempre juntas. 

Pasamos muchas horas aquí y si una viene a trabajar contenta lo hace mucho mejor. Nos encanta venir al taller y seguimos siendo todas muy amigas, porque la clave es el respeto. Todas seguimos teniendo la pasión del principio, hay mucha gente que me lo sigue preguntando, pero yo nunca he perdido la ilusión por trabajar. 

Incluso ahora, embarazada de 38 semanas de su cuarto hijo, ¿cómo compagina tu trabajo con la maternidad? 

Muy bien, porque no me agobio. Esa es la clave, yo nunca me agobio en la vida e intento organizarme como puedo. A mi marido, que es autónomo, le pasa lo mismo, tiene su propia empresa y nos gestionamos. Cuando llegue el momento de dar a luz, estaré dos días en el hospital y después vendré a trabajar como siempre he hecho. Soy una apasionada de lo que hago y, como decía, no falto a ninguna de las pruebas. 

Si una novia viene a hacerse un vestido con Inés Martín Alcalde tengo que estar presente. He aprendido a desconectar y no me llevo las tareas a casa, y al revés. Es decir, si estoy trabajando o con los niños, estoy al cien por cien y me olvido del resto. Antes de tener a los niños estaba todo el día trabajando, sábados y domingos, nunca me ha importado. 

Lo que sí veo es un cambio generacional. Yo he hecho de todo tipo de cosas desde pequeña y no se me han caído los anillos por nada. Aunque la realidad es que las redes sociales tampoco ayudan porque sacan lo mejor de cada uno y no te cuentan la otra cara. Hoy he dormido cuatro horas, sabes lo que tienes, pero eso no lo cuentas. Es una etapa muy bonita y yo soy muy fuerte mentalmente… a base de cafés, también. 

Sois 16 mujeres en el equipo, ¿por qué no hay hombres? 

No, me gusta mucho trabajar con mujeres porque nos entendemos entre nosotras, muchas somos madres y nos ponemos en el lugar de las demás. Yo doy a luz en julio y me traeré aquí al bebé. 

La Reina lució un traje de raya diplomática en Arco 2022, ¿qué supuso para vosotras? 

No sabíamos que iba a lucirlo ese día y fue una sorpresa. Sin duda, es la persona que más repercusión nos ha dado en el mundo, aunque prefiero no dar más detalles al respecto. 

¿A qué otras personalidades le haría ilusión vestir? 

Es una pregunta que nunca sé contestar, pero hoy te voy a responder de verdad. La realidad es que me hace la misma ilusión vestir a la Reina que a una chica que viene de un pueblo expresamente para que le hagamos el vestido. Es evidente que una tiene mucha más repercusión, pero quizá tenga más alegría una niña que ha hecho el esfuerzo por venir hasta aquí. 

También me preguntan mucho por influencers, pero a mí no me impresiona una celebrity, me impresiona mucho más la historia de una chica que viene y me cuenta su historia que el ‘postureo’. Me atrae la gente que me habla de inteligencia artificial, de economía o del futuro; de cosas que yo no sé, eso sí que me fascina. 

“En una novia, me inspira la persona, por eso no falto a ninguna de las pruebas” 

¿Dónde encuentra la inspiración? 

En la calle, los viajes, el olor de las ciudades… En una novia me inspira la persona. Hay que conocerla mucho para entenderla y comprender qué es lo que quiere. Lo que siempre hago es conversar para conocerla mejor y, después, le presento una propuesta. El vestido lo voy trabajando a medida que vamos entendiéndonos. Es ella quien se convierte en mi musa. 

Para mí, es clave sacar la personalidad de cada una. Yo nunca tengo ideas fijas, pero sí me ha pasado que me han venido con ideas que he descartado porque no sé copiar. En cualquier caso, este trabajo tiene que ser pasional porque hay muchos nervios, cambios, etcétera. Yo empecé con Rosa, que es mi mano derecha y la jefa de taller, tenemos un gusto muy parecido. Ella me lee la mente. 

¿Cómo es un día a día en el taller? 

Todos los días son distintos. Intento hacer deporte al menos tres días a la semana porque vengo mucho más inspirada. Dejo a los niños en el colegio; me voy a hacer deporte; por la mañana entramos en el taller; vamos preparando las telas en el maniquí; empiezo a ver a novias; con mi hermana en mis ratos libres vemos distintas cosas… Se pasa la jornada volando.  

¿Cómo se ve dentro de 10 años? 

Yo voy a seguir haciendo novias hasta el día que siga disfrutando, cuando ya no ocurra lo dejaré y haré otras cosas. Mi sueño es irme a vivir a Ibiza, aunque -sonríe mientras se toca la tripa- se me está complicando. En realidad, lo que me gustaría de verdad es crear una colección prêt à porter muy grande, porque, en cuanto a vestidos de novia, a medida sé que no puedo crecer más porque, como comentaba, quiero estar siempre presente en todas las pruebas. En cualquier caso, mi idea es que siempre sea ‘La casa de Inés’, un referente en costura. 

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