Son muchos los años observando el sector del retail y, tras un análisis profundo, me permito escribir sobre su resiliencia y capacidad de adaptación. Es por eso por lo que estoy en contra de la afirmación de que “está todo inventado”. Si fuese así, no sería tan ágil y adaptable esta industria, no tendría la capacidad de reinventarse y cambiar la piel de sus calles con tanta velocidad y naturalidad.
Nos queda mucho retail por ver y descubrir, muchos modelos de negocio por aparecer, con mejoras sobre los ya establecidos, marcas nuevas, productos nuevos y un sinfín de retailers que captan las tendencias y las formatean para llevarlas a pie de calle o al universo digital.
Esta industria ya no es online o física, es únicamente retail. Es todo, sin diferenciarse. El uno, sin el otro, será mucho menos fuerte, y solo voy a dedicar esta frase a referirme a algo que se acerque al concepto de omnicanalidad, tan manido y desgastado y sobre el que ya no procede profundizar.
Volviendo a esa fortaleza del retail, me gustaría destacar lo aterrizada y pegada que está esta industria a la tierra, a la cultura, a las bases y a las necesidades de la sociedad actual. Este sector es el mayor empleador a nivel mundial, representa las necesidades que demanda la sociedad y, por tanto, es el espejo y la brújula de las tendencias. El retail no es igual en todas las partes del mundo, y, por tanto, es la fotografía más fiel de la cultura y las costumbres de una ciudad, una región o un país.
Hay historias que merece la pena contar. Netflix iba a acabar con la industria del cine, pero la afluencia a las salas creció un 17% en España en 2023. Mientras esto sucede, la plataforma líder en contenido audiovisual anuncia que va a abrir una red de tiendas en EEUU a partir del 2025. El caso Netflix es otro ejemplo más de lo que significa el retail: cultura de empresa, sentido de pertenencia, fidelización, estrategia de propósito… El retail es la mejor embajada de un concepto, una marca o una compañía. Incluso quien no lo necesita para sobrevivir, busca su ángulo para acercarse a él y crecer.
"El consumidor demanda salud, bienestar, cuidado personal y diversión, y esto marca las tendencias y dibuja el presente y el futuro del retail"
No me gustan las bolas de cristal, ni creo en las predicciones atrevidas, solo me arriesgo a escribir que la sociología cada vez marca más las tendencias del retail. El consumidor demanda salud, bienestar, cuidado personal y diversión, y la mentalidad del consumidor nos dibuja el presente y futuro de la industria.
Con esto, y observando al ser humano, el retail crecerá en torno a estos cuatro pilares. Para los que piensen que la moda, la gastronomía y la tecnología nada tienen que ver con esto, siguen sin comprender el concepto sociológico de la industria. Sentirse bien, saludable y alegre es el mejor motor para consumir y gastar.
Las experiencias en el retail arrancan desde antes del propio contacto con la tienda física. Se inician en lo digital, en el ‘boca a boca’, en las recomendaciones o emociones generadas por un mensaje, una palabra o una frase, y acaban donde ya puedes sentirte, ser o pertenecer a una comunidad, un estilo de vida, una marca o una cultura. En medio de todo este proceso, y para que este círculo se cierre, el retail es el eje sobre el que pivota esa propuesta, ese propósito y esa experiencia. Y el retail físico es su mejor valedor para que todo esto se redondee, se formalice y se convierta.
Las tiendas nunca habían tenido tanta relevancia, hoy son el punto físico donde el examen es más riguroso. En la historia del retail, los consumidores nunca habían cruzado el umbral de la puerta con tantas expectativas, tanta información y tantos impactos como hoy en día. Antes podías sorprender en tienda, hoy tienes que cumplir expectativas. Eso está llevando al retail a un punto más de excelencia para poder crecer y continuar.
