Capital analiza junto a Rafael Vaquero, director general de la Fundación Cre100do, el presente y el futuro del denominado ‘middle market’, formado por aproximadamente 1.800 compañías
“España es un país de pymes”. Con esa premisa, apoyada en datos estadísticos, nuestra economía diseña planes de desarrollo empresarial que duran menos que una legislatura. Entre las compañías pequeñas y las grandes multinacionales, existe un nicho corporativo que no hace tanto ruido y que no genera titulares grandilocuentes: el denominado como ‘middle market’, formado por las empresas de tamaño intermedio (ETI.).
Según Rafael Vaquero, director general de la Fundación Cre100do, este segmento de empresas tiene el potencial de liderar, por las firmas que lo componen, el deseado proceso de industrialización de la economía española. Capital analiza junto a él el presente y el futuro de este nicho, formado por aproximadamente 1.800 compañías.
¿No cree que el middle market -empresas de tamaño intermedio- es el gran olvidado de las políticas empresariales?
Yo creo que sí, pero no porque se haya hecho a propósito. Uno no pasa de pyme a grande de la noche a la mañana, una empresa que factura 100 millones no es lo mismo que otra que factura miles de millones. Las empresas de tamaño intermedio tienen unas técnicas propias, una idiosincrasia propia y, como están metidas en ese ‘saco’ de las grandes, no reciben la atención necesaria. Perdemos una gran oportunidad, porque es el segmento empresarial más dinámico del país, de ahí deberían de salir las próximas cien grandes empresas españolas.
En Francia ya tienen esta categoría definida, lo cual les ha permitido conocerla mejor y hacer políticas específicas para impulsarlo. En Alemania, también, más como un concepto cultural, igual que en los mercados anglosajones.
¿Y cree que el hecho de cotizar o no cotizar en bolsa permite que ese punto intermedio desaparezca? ¿Cómo se financian, principalmente?
La fundación tiene a las 130 mejores empresas de este nicho, y solo hay cuatro que cotizan en el BME Growth. La financiación es principalmente bancaria, en un contexto de subida de tipos, aunque, cada vez más, los fondos de capital privado (private equity) entran en el accionariado de estas empresas.
La subida de tipos, evidentemente, nos afecta a todos, pero, para este perfil de empresas, realmente su estructura accionarial se centra en la creación de valor a largo plazo. Suelen estar bien financiadas y saneadas.
¿Y el ataque a los empresarios, lo sufren también estas compañías de forma tan directa?
Es un ataque minoritario dentro de un gobierno un más amplio, pero parece que es un discurso que ha calado. Una de las máximas tradicionales del capitalismo era la maximización del beneficio, ¿no? Pues yo creo que eso ha cambiado. Cada vez nos encontramos a más empresarios conscientes de que lo importante no es solo el beneficio, sino que tienen una posición de responsabilidad hacia sus stakeholders, sus empleados y el propio planeta.
Puede que exista cierta crispación a nivel genérico que se está utilizando en contra del empresariado, pero, en un contexto de paro elevado, el empleo lo tiene que generar el sector privado. Es decir, los empresarios.
¿España es un buen país para emprender?
Aproximadamente el 50% de las empresas de la Fundación son primera generación y muchas de las empresas que tenemos pueden estar en una segunda o tercera generación. Yo considero a todos grandes emprendedores, porque han sido capaces de llevar las compañías a rangos mucho más altos de excelencia. Nosotros, a nivel país, tenemos cierto componente cultural de miedo al fracaso y no sé si estamos donde deberíamos estar. Tenemos camino por recorrer.
¿Qué cree que necesita el país para mejorar su productividad y competitividad?
Necesitamos empresas de mayor tamaño. Cuando una compañía es más grande, genera más empleo cualificado y con una mayor remuneración. El tamaño de nuestras empresas es un 22% más pequeño que la media europea, y eso afecta a a la productividad.
No obstante, sí somos competitivos en España, la balanza de pagos de nuestro país se sostiene por las exportaciones. Y, si exportamos más, quiere decir que somos más competitivos respecto a otras geografías. Una empresa, cuando tiene cierto volumen de negocio, es porque está internacionalizada. En nuestro caso, el 60% de los ingresos de la de las empresas de la fundación vienen de fuera de España.
¿Qué es lo que consideramos como empresa de tamaño intermedio (ETI) en España?
Realmente no hay una definición global, los franceses consideran que estas empresas deben oscilar entre 50 y 1.500 millones de euros de facturación. Los alemanes se guían más por temas culturales, y nosotros, desde la fundación, lo hemos definido como el segmento que está entre 50 y 500 millones de euros de facturación y entre 50 y 3.000 empleados. En España, hay unas 3.500 empresas dentro de esta categoría.
Pero claro, tenemos muchas filiales de empresas extranjeras, por lo que, excluidas estas, hay realmente unas 1.800 ETI españolas, que es la muestra sobre la que trabaja la fundación. Estas compañías facturan más de 220.000 millones, alrededor del 18% del PIB, y aproximadamente un millón de empleos directos, que es el siete por ciento del empleo privado de España.
En Francia hay aproximadamente 5.800, en Alemania, unas 12.000, en Italia algo menos de 10.000… Estamos por debajo de lo que deberíamos de estar, pero hay margen de mejora.
Dentro de la fundación, la facturación agregada de las 130 compañías se sitúa en torno a los 17.000 millones de euros. Y el 60% de esta facturación la logran fuera de España. El 98% están internacionalizadas, y es el segmento que incluye mayor número de empresas industriales.
La necesaria industrialización de España pasa precisamente por esas compañías, ¿no?
Si queremos potenciar la economía española por sectores, en este caso, el industrial entonces hay que apoyar a este segmento de empresas, que es donde tiene mayor concentración.
Se habla de la industrialización de España, del cambio de modelo de crecimiento, del desarrollo… Llevamos años hablando de lo mismo y se sigue apoyando la mayor parte del PIB en el turismo. Todos los sectores son necesarios, pero hay algunos en los que puede que tengamos un déficit en comparación con otras economías.
¿Qué busca una empresa que sea une a la Fundación Cre100do?
Bueno, nosotros nacimos con una clara premisa: en España hace falta más empleo y más calidad. Esa es nuestra misión, nosotros nos definimos como un ‘programa país’. A la Fundación no accede el que quiere, sino el que puede. Tenemos un comité de selección, que se reúne todos los viernes tres horas, formado por expertos independientes y miembros de las entidades fundadoras, que analizan empresas.
Entonces, cuando identifica a una empresa que es excelente, la invitamos a entrar en la fundación.
Cuando una empresa entra a formar parte de la fundación, se le pide que participe, que compartir y que colabore. Ofrecemos un foro dentro del mismo segmento del tamaño de empresa. Nuestra vocación es inspirar a estas empresas para abrirle las ventanas y que miren fuera.
Los CEO muchas veces están solos. Con su consejo asesor, su comité de dirección y su equipo que es fantástico. Muchas veces necesitan encontrar en un sitio y poder contrastar con otros cómo se están haciendo las cosas.
¿Qué relación tiene la fundación con la Administración?
La propia fundación nace como una colaboración público-privada y dentro de unas nuestras entidades fundadoras, está el ICEX. Tenemos relación principalmente con Industria, con la dirección de la Pyme, y con Economía. Y hemos tenido contactos con otras instituciones, como el ICO.
La Administración nos percibe como un grupo, una fundación que conoce muy bien este segmento, y acuden a nosotros para pedirnos información sobre lo que podrían hacer. A mí me gustaría que en España se replicara el modelo francés. Y que, para dar visibilidad a este segmento, desde el Instituto Nacional de Estadística (INE), se trabajasen los datos estadísticos de la pyme, de la empresa de tamaño intermedio (ETI), y de las grandes.
Este segmento de empresa es más estable y resiliente, fue el que más empleo creó en la crisis de 2008. Está altamente internacionalizado y eso también le da mucha resiliencia, porque al final no depende solo de una geografía.
¿Y con las patronales de empresarios?
El Círculo de empresarios es una entidad fundadora de Cre100do, junto a la Fundación de Innovación Bankinter y el ICEX. Posteriormente, cuando nos constituimos como fundación independiente, se incorporaron PwC y Telefónica, y hace poco se ha unido DKV. No somos un lobby, somos un ‘programa país’ para impulsar el crecimiento de este segmento de empresa. Tenemos un segmento y nosotros nos hemos centrado en el contenido y la colaboración entre empresas.
