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PSOE

¿Preparados para la desaceleración?

Según el Banco de España, dos tercios del crecimiento reciente de nuestra economía se han debido a unos vientos de cola favorables: precios del petróleo y tipos de interés a niveles mínimos que hacían la vida más fácil a empresas y consumidores, bajos tipos de cambio que alientan las exportaciones y limitan las importaciones … Pero esos vientos favorables están dejando de soplar: los precios del petróleo han subido, los tipos de interés lo harán en no mucho tiempo, el euro no está a un cambio tan beneficioso… El propio Banco de España ha pronosticado un aumento del 1% del PIB a largo plazo para la economía de nuestro país. “Ese crecimiento tan exiguo llevará a un estancamiento de nuestros estándares de vida si no hay reformas. Pero aquí no se reforma nada, mucho menos pensando en el largo plazo”, afirma el economista Juan Ramón Rallo, director del Instituto Juan de Mariana. La necesidad de continuar con las reformas estructurales se antoja clave; más aún cuando empiezan a verse algunos síntomas de menor crecimiento en nuestra economía. “Los últimos datos muestran una cierta ralentización de nuestro crecimiento económico. No es muy gravosa. No son los datos de una recesión. No estamos en una etapa remotamente similar a la de años anteriores. No veo grandes desequilibrios en la economía española. Pero indican que hay una cierta ralentización”, apunta Rallo. “Afortunadamente parece que, de momento, no está afectando a la creación de empleo, pero las exportaciones no son tan competitivas como solían. Si prosiguen estas tendencias, habrá un menor crecimiento”, añade. De hecho, los datos sobre el mercado de trabajo aparecidos posteriormente a estas declaraciones muestran algunas señales de alerta. La patronal de empresas de trabajo temporal y agencias de empleo (ASEMPLEO) las vio con claridad en las estadísticas de julio: “Los…
Alfonso Aguiló Pastrana es Presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) Quizá uno de los rasgos más significativos sobre el llamado “Pacto de Estado por la Educación” es que de modo habitual ha suscitado polémicas que se han centrado en aspectos bastante colaterales, de modo que el debate ha quedado con frecuencia secuestrado por cuestiones secundarias o al menos poco relevantes para el futuro de la educación en nuestro país. Se ha hablado mucho de los conciertos, de la asignatura de religión, de la educación diferenciada, de la lengua, de los itinerarios en el último curso de la ESO… y son cuestiones sin duda interesantes, pero no son temas relevantes a la hora de acometer y resolver el fracaso escolar, el abandono temprano, el desempleo juvenil, la falta de equidad, la situación de la formación profesional o el bajo nivel de idiomas. El pacto no es solo el álgebra de votos en el Congreso de los Diputados para aprobar una ley orgánica de educación. El espíritu de acuerdo debe llegar desde y a todos los niveles y ámbitos. Debe haber, en primer lugar, un mayor clima de acuerdo entre la familia y la escuela para trabajar en más sintonía. Debe haber un mayor clima de acuerdo y de colaboración entre los profesores para trabajar en equipo y superar los grandes desafíos a los que la educación nos enfrenta cada día. Debe haber más colaboración entre las escuelas, entre las redes, entre los territorios. Debe haber más acuerdo y colaboración entre patronales y sindicatos y federaciones de padres y de alumnos. Debe mejorar también el trabajo conjunto entre los centros y las administraciones educativas. Esa “cultura del acuerdo” es imprescindible para dejar de culpabilizarse unos a otros y centrarnos todos en resolver los problemas. Centrarnos en la buena gestión…
24 de enero de 2018. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, explica su visión de España en un auditorio abarrotado. Los 610 asistentes son un récord para este tipo de desayunos al que asisten habitualmente personajes como el presidente Mariano Rajoy o el líder del PSOE, Pedro Sánchez. Entre los puntos que toca, hay algunos especialmente interesantes: habla de recobrar la clase media trabajadora, que ha dejado a tres millones de españoles fuera de la recuperación económica; de bajar el IRPF, dar más ayudas a la natalidad y a las guarderías, luchar en serio contra la precariedad laboral para subir los ingresos que pagan las pensiones, mejorar la educación para evitar que nuestro país sea el que tiene mayor abandono escolar, dar cheques de formación al que quiere reinventarse… Un cúmulo de medidas que quizá convenzan a más de uno, pero no a todos. Pasado un mes de aquella intervención, el economista Daniel Lacalle nos relata su hartazgo ante este tipo de actuaciones. “Estoy cansado de estos desayunos en los que los políticos se arrogan la idea de por dónde han de ir las cosas, como si tuvieran más y mejor información que tú o que yo”, sostiene, indignado. “Ahora Ciudadanos dice que quieren ser liberales. Pero si sus responsables de economía, Luis Garicano y Francisco de la Torre, son la intervención por la intervención. ¡Si querían regular Facebook!”, señala. “Mientras tanto, un informe reciente ha concluido que España ha bajado diez puntos en la facilidad de hacer negocios. Habría que crear un departamento de servicio a las empresas: que sea más sencilla la inversión, la contratación y los negocios. Me llaman inversores constantemente para pedirme que hable con determinada persona para acelerar sus gestiones. Si tuviera que marcar algún punto sobre el Business Plan que necesita España diría a…
Ramón Tamames, catedrático de Estructura Económica, analiza en su reciente libro El último siglo económico. Capitalismo, el gato de siete vidas la gran transformación que ha vivido uno de los sistemas económicos con más peso en los últimos tiempos. En ese recorrido comparativo entre la teoría que prima la libertad individual como generadora de riqueza (liberalismo) y la que resalta la importancia de una contribución global que redunde en el bienestar general (socialdemocracia), Tamames incide en que "el mercado no lo resuelve todo. Si no, no habría partidos socialdemócratas. Debe haber unos correctores que eviten una desigualdad excesiva y una sociedad excluyente". Esa filosofía es la que ha hecho triunfar durante tanto tiempo a los partidos de izquierda o centro-izquierda. En opinión del economista Daniel Lacalle, los partidos socialdemócratas occidentales han ganado durante décadas en Europa gracias a su acercamiento a la economía de mercado: a su incentivo a la propiedad y a la iniciativa privada y a su visión de la economía como una familia que ahorra, crece, aporta valor añadido y obtiene ingresos para proteger y ayudar a sus mayores y a sus hijos. Así se desarrollaron en países como la España de Felipe González, que adoptó medidas para favorecer la libertad y el crecimiento económico, la apertura al exterior y avanzó en políticas sociales sin tenerlas como excusa para crear un Estado clientelar. Cuando había un mayor grado de consenso en este tipo de políticas, la socialdemocracia viró inexplicablemente hacia un creciente intervencionismo y enfrentamiento con la propiedad privada. Se ha acercado más al populismo, que "jamás ha ganado elecciones y que no tiene como objetivo el progreso, sino el control", estima Lacalle. "Cuanto más se ha acercado el socialismo al populismo, más cercana ha estado su desaparición, o ha ocurrido, como en Francia", añade este economista.…
Visiones modernas. González y Aznar también cumplían las tres cualidades en su periodo álgido. "Felipe apuntaba a Europa, a un país moderno y socialmente avanzado. Tenía una gran capacidad de comunicación. Aznar también tenía una visión potente y eficaz, moderna, que miraba a Europa y al Atlántico. Su capacidad de comunicación era menor que la de Suárez y González", señala Pin. “Los primeros líderes de la democracia fueron grandes emprendedores”, estima José Luis González, profesor de Insead y autor del libro Los presidentes españoles. Ideología y personalidad, las claves del liderazgo político. “Adolfo Suárez creó un partido poco serio, pero un partido. Pujol (aunque ahora haya caído en desgracia) fue un emprendedor político espectacular: fundó un partido y una hegemonía. Felipe González venció en la lucha por la marca. En un momento en el que había políticos como Tierno Galván, fue un emprendedor de partido”, añade González. En opinión de este experto, la actualidad ha creado el caldo de cultivo necesario para la aparición de nuevos emprendedores políticos. “No hay referencias. Los que no ponen en duda la Constitución, tampoco la defienden abiertamente. Nadie plantea salir de Europa, pero sí sus políticas. Parece que da todo igual”, estima González. Este ambiente ha propiciado la llegada de líderes como Pablo Iglesias o Albert Rivera. Tras Felipe González, Aznar marcó el cambio. “Estuvo a medio camino del emprendedor de partido. Refundó el PP, lo reunificó de una constelación de baronías. Es lo que ocurre ahora en el PSOE”, recuerda González. Tras él, “los líderes de PP y PSOE son herederos del aparato. Rajoy siempre ha estado en el partido. Luena, Hernando, López y Sánchez van más a defender su puesto, a mantenerse, que a imponer su ideología. La situación de ahora en el PSOE se asemeja a una lucha entre funcionarios”, sostiene González.…
nuestra situación a día de hoy, está lejos de ese escenario. El dinero destinado a gasto social es muy similar al de hace cuatro años: 290.000 millones, frente a los 296.000 millones de 2011. Los políticos saben que se la juegan con este tema, y para salvarlo son capaces de recurrir a un terreno que hasta ahora se consideraba sagrado: la hucha de las pensiones. El Gobierno de Rajoy la ha reducido a la mitad. Algo lógico, teniendo en cuenta que esa hucha está para usarla en situaciones de crisis. Pero el propio hecho en sí hace emerger una pregunta inevitable: ¿será posible mantener nuestro mundialmente envidiado sistema de protección social? El economista Daniel Lacalle estima que sí. Pero, para lograrlo, deberemos exigir a nuestros políticos que hagan bien sus deberes. El primero es no volver a cometer los errores del pasado. “Si aumenta el déficit como ocurrió con Zapatero nos encaminamos a otro shock de deuda que hará insostenible el Estado de Bienestar”, mantiene Lacalle. La Unión Europea no admitiría ese descuadre en las cuentas públicas. Si nos intervienen, ya han visto lo que han hecho en Grecia: recortar la protección social. Las propuestas económicas de PSOE, Podemos o Ciudadanos no parecen ir en la línea de esas cuentas saneadas que el país necesita para poder mantener su gasto social. PSOE y Ciudadanos plantean un aumento del gasto de alrededor de 20.000 millones, que se compensaría con la supresión de diputaciones y el aumento de impuestos a empresas, herencias y patrimonio. “Es una receta equivocada”, sostiene Juan Ramón Rallo, director del Instituto Juan de Mariana. “Lo que habría que hacer es bajar impuestos y reducir gastos”, añade. El plan de Podemos aún va más allá. Sugieren incrementar el gasto en 96.000 millones hasta el 2019, con la idea de…
¿Se puede formar a un político para que no se corrompa? Hay que establecer un nivel de exigencia que provoque el rechazo a cualquier acto de corrupción. Deben hacerlo las formaciones políticas, pero también la sociedad, los medios y los sectores productivos. Hay que generar un reproche individual y colectivo a estas conductas. Y después, hay que atacarlas por ley. No basta con las sanciones que se impongan, que ya existen y son severas gracias a las reformas hechas en esta legislatura. Nos falta establecer controles que, sin hacer imposible la gestión, hagan extremadamente difícil que un responsable público se pueda corromper y enriquecerse con dinero público. Eso debe establecerse en esta legislatura. ¿Sería una buena medida restringir las competencias urbanísticas de los ayuntamientos? Durante muchos años hemos tenido un problema de financiación de las corporaciones locales. Se ha revisado la financiación de la Administración General y de las Comunidades, pero no de los Ayuntamientos. Esto ha hecho que se haya tenido que recurrir a políticas de suelo. Ahí se han producido reducidas, pero escandalosas, actuaciones de corrupción. Una de las claves de futuro pasa por acabar con el hecho de que el suelo sea la fuente de financiación de los consistorios. Eso exige un acuerdo entre los partidos. ¿Lo ve posible? Tras la nueva realidad parlamentaria que tenemos, eso va a ser así. En este país se han acabado las mayorías absolutas. Pronostico que para mucho tiempo. ¿Le parece normal la situación de bloqueo institucional que vivimos por la falta de diálogo entre las formaciones políticas? Lo que está pasando nos desvela una realidad sobre la que no habíamos reflexionado: que España no es una democracia presidencialista, sino parlamentaria. Cuando votamos, creemos que elegimos al presidente del Gobierno o al alcalde, pero no es así. Escogemos un cuerpo electoral,…
Recuperabas el dinero en diez años y ganabas en los quince siguientes. Con esas condiciones, ¿quién no iba a estar contento? El ayuntamiento vendía las licencias; empresas o particulares comercializaban terrenos; el inversor recibía las primas del Estado; los ecologistas exultaban por el advenimiento de una energía verde y no contaminante… Pero la producción aumentó más de lo previsto. Los precios de las instalaciones por unidad de energía producida bajaron en 2006-2007 y llegó una avalancha de peticiones tal que se hizo inasumible pagar las primas. El PSOE cambió la legislación en 2010 para frenar el número de receptores y el PP sustituyó en 2014 las subvenciones por lo que ellos consideraron una retribución razonable. La pregunta es: y ahora, ¿qué hacen los inversores, que pidieron sus créditos de acuerdo con la legislación inicial? Los españoles se han topado de momento con el Tribunal Supremo. Está por ver qué pasa con los extranjeros. España firmó en su día la Carta de la Energía. Su posible vulneración da a los foráneos la posibilidad de recurrir a las cortes internacionales de arbitraje si consideran dañados sus derechos. Y ese es el caso. La mayoría de los litigios (diecinueve) ha sido interpuesta ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI), organismo del Banco Mundial. Se han planteado cuatro más en sitios como la Cámara de Comercio de Estocolmo y la Comisión de la ONU para el derecho mercantil internacional (Uncitral). Lo que nos jugamos no es baladí. “El recorte a las fotovoltaicas es de 1.000 millones de euros anuales. Como los fondos de inversión han puesto entre el 20% y el 30% del capital, les estaría afectando en 200-300 millones al año. Si se resolviera a su favor el año que viene, como el cambio legislativo es de 2010,…
“cambalaches” que se produjeron después de las elecciones autonómicas y municipales: “Llevaron a alcaldías y gobiernos regionales a personajes que ni en sueños hubieran imaginado tal honor (Colau en Barcelona, Kichi en Cádiz…)”, lamenta. Aunque admite que valieron al PSOE para recuperar algunas comunidades y muchos ayuntamientos sin haber ganado en las urnas, afirma que también “sirvieron a la Comisión Ejecutiva del PSOE para disimular la pérdida de 700.000 votos respecto a los resultados –en verdad lamentables- del año 2010”. Para romper con esta dinámica, el que fuera primer presidente de la Comunidad de Madrid (1983-1995) estima que habría que diferenciarse claramente de Podemos. “El PP no deja de asegurar por tierra, mar y aire que votar al PSOE es lo mismo que votar a Podemos”, dice. “Los portavoces del PSOE protestan que quieren asustar al electorado, pero no hacen nada para desmentirlo. ¿Y qué pueden hacer? Pues muy sencillo: que Pedro Sánchez salga ante los medios y diga solemnemente No gobernaré si el PSOE no es el partido más votado”, añade. En su opinión, esta sentencia cambiaría totalmente el panorama. El eslogan del PP quedaría obsoleto y los votantes de Podemos que quieren empujar al PSOE a un gobierno de izquierdas tendrán que replantearse su voto: si no gana el PSOE y el PP queda por delante, no habría gobierno de izquierdas. “No hay que ser adivino para saber que más de dos millones de votantes que hoy piensan votar a Podemos no lo votarían mañana, después de esa hipotética declaración de Pedro Sánchez”, estima Leguina. Si es tan fácil, ¿por qué no hace eso Pedro Sánchez? “Pienso que no lo va a hacer porque da por perdida la partida contra el PP, su adversario, y prefiere apoyarse en su enemigo, que es Podemos”, asegura. Leguina estima que adversario…