La subida del crudo es consecuencia de un shock en la oferta por la reducción de los países productores y el nerviosismo de los compradores
El dólar acumula inversores como divisa refugio ante una inminente crisis financiera y por la sorprendente subida de tipos de la FED para luchar contra la inflación
El divorcio entre el cruce de divisas Eurodólar (EUR/USD) y el precio del barril de petróleo es una de las circunstancias que más está llamando la atención de los inversores. Si se observa un gráfico superpuesto del par y del barril de crudo se puede observar una correlación directa que se ha roto con la invasión rusa de Ucrania y sus consecuencias geopolíticas.
Esta correlación directa consiste en que, cuando subía la moneda única frente al dólar, el precio del crudo acompañaba ese incremento mientras que cuando ocurría lo contrario, que el billete se apreciaba, caía el precio del barril de petróleo.
Esta correlación tiene una explicación anclada en el funcionamiento de los mercados. Los mercados son binarios: o se sienten seguros y alegres y toleran el riesgo o, por el contrario, cuando entran en modo riesgo, empiezan a deshacerse de todos los activos de riesgo y compran activos refugio.
Entre los activos que se compran cuando hay optimismo en los mercados están el Euro, las acciones y las materias primas. Entre estas últimas, el petróleo. Por el contrario, si hay miedo se compran activos refugio como bonos americanos o alemanes y el dólar, entre otras divisas que son el activo refugio por excelencia.
Pero ahora mismo se está comprando la moneda de Estados Unidos y a la par se dispara la demanda del USOil, lo que hace que muchos inversores se pregunten por qué la correlación inversa que había entre el billete verde y el oro líquido se ha vuelto una correlación directa.
Dos son los factores que habría que analizar por separado para, una vez entendidos, comprender de manera global este desacoplamiento.
Por una parte estaría la fortaleza del crudo que viene por el lado de un shock en el lado de la oferta. Como cualquiera que tenga conocimientos básicos de economía sabe a menor oferta de un bien, si se mantiene la demanda y no hay un bien sustitutivo, sube el precio de ese bien.
El petróleo se ha disparado a su nivel más alto en ocho años. Los países consumidores del “oro negro” pidieron a la OPEC que aumentará la producción, pero solo aprobaron un moderado aumento de 421000 barriles diarios, lo que está muy por debajo de lo que se necesitaría para sofocar la demanda derivada de poner en el punto de mira el petróleo ruso para prescindir de él que siendo el mayor productor de la OPEC.
Los productores son cautos y aumentan poco a poco la producción porque no quieren que les pase como con la crisis de la Covid-19 que tuvieron que regalar miles de barriles ante el desplome de la demanda por los cierres de la actividad industrial. Los productores tuvieron que recortar la producción en 10 millones de barriles al día para resucitar el precio del crudo.
Ahora mismo se producen dos millones y medio de barriles al día. El embargo del petróleo ruso ha provocado el pánico entre los productores, que no se fían de Occidente. Algo así como “si han embargado a Rusia, pueden embargarme a mí”.
Arabia Saudí y Emiratos Árabes se niegan a aumentar la producción porque no quieren que Occidente interfiera en su soberanía. Además, creen que la subida de precios es consecuencia del histerismo de los compradores a la hora de adquirir petróleo como consecuencia de la guerra de Ucrania.
Pero hay otra pata en este divorcio entre EUR/USD y crudo que tenemos que mirar. El refugio que es el billete verde está siendo altamente demandado como consecuencia de los tambores de recesión económica que suenan.
La caída del Index dollar que se produjo en la segunda mitad de 2020 tenía su sentido y todo hizo presagiar que podría continuar en el tiempo.
El déficit de la balanza por cuenta corriente estadounidense aumentó como una bola de nieve ante la que parecía que la Reserva Federal, en modo pasivo, haría poco para detener el problema, obligando efectivamente a que la mayor parte del ajuste del “pufo” de la cuenta corriente se resolviera con una moneda debilitada en lugar de subir los tipos de interés. Además, hace tiempo que China viene buscando las cosquillas al billete verde e intenta destronarle como divisa de comercio internacional.
Pero lo cierto es que el “buck” se ha apreciado un 12% desde enero de 2021 hasta mayo de 2022 en contra de tal sutiles teorías de los bajistas en el dólar.
Entre tanto, la FED ha sido firme en su postura de subir los tipos de interés para luchar contra la inflación lo que ha supuesto un espaldarazo para el billete verde.
Además, el ruido de sables de Putin agregó una demanda extra para el greenback como activo refugio. El euro e incluso el renminbi cayeron, en lugar de subir –se preveía–, y el yen japonés se derrumbó, ya que el Banco de Japón estaba más que dispuesto seguir siendo la economía zombi por excelencia del mundo para insuflar algo de inflación a su economía y entrar en su tercera “década perdida”.
La conclusión que hay que sacar de cómo se ha comportado el EUR/USD es que el privilegio exorbitante del dólar como moneda de reserva mundial es más claro si cabe todavía en tiempos de guerra.
De hecho, hemos visto en estos últimos días aflojar al crudo pero no al Dollar Index, que camina por encima de las 107 unidades mientras el petróleo parece que recoge velas mientras se ajusta la oferta y la demanda.
Eso sí, cuidado con las confianzas porque, como ya ha advertido el banco de inversión JP Morgan, podríamos ver al crudo en los 380 dólares si se produce el escenario más extremo por parte de Putin estrangulando la oferta: "El escenario más extremo de un recorte de 5 millones de barriles por día en la producción podría llevar los precios del petróleo a unos estratosféricos 380 dólares por barril”.