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Economía

El impuesto a la banca que costará 3.900 millones de euros

Por Redacción Capital

La nueva medida puesta a consulta en el congreso saldrá adelante no sin más de un retractor, entre los que se encuentran los empresarios y que prevén como "un daño irreparable"

La subida de tipos de interés del pasado jueves ha dejado más de un beneficiado. La banca es uno de aquellos agentes que con más ansias esperaban este movimiento. Sin embargo, otro gran actor podría entrar en juego para controlar esa felicidad desbocado. Y es que el gobierno de España pondrá en marcha un nuevo impuesto a la banca si consigue que salga adelante en la votación del congreso de esta semana.

Porque a pesar de haber encontrado socios para esta política, no son pocos los detractores que tiene encima para que esta pueda salir adelante. La principal duda, su legalidad, y es que desde organismos como la OCDE, los empresarios han mostrado no solo su malestar sino una creencia firma de que la ley sea inconstitucional y que provocará un fuerte desempleo. Concretamente afirman que si entrara en vigor se produciría "un daño irreparable" y que en el estudio para llevar acabo esta nueva ley se han detectado "graves defectos técnicos".

La nueva reforma está sustentada en el supuesto beneficio que estarían obteniendo los bancos debido a la inflación, pero sobre todo la mayor queja está en las multas a las que se tendrán que enfrentar las entidades bancarias en el caso de que repercutan la subida en los precios de sus clientes.

Sin embargo, no es la única organización que aporta en diversos estudios dudas acerca de del gravamen a la banca y que también afectará a las eléctricas. Desde la Asociación Española de Banca (AEB) han declarado que por cada por cada 100 euros de recaudación del impuesto, el PIB se reducirá en 130 euros. Esta circunstancia provocaría un impacto de concretamente 3.900 millones los dos años en los que esté en vigor esta normativa.

El principal argumento a la hora de tratar de explicar esta bajada en el PIB sería la poca inversión y productividad que dejarán de tener muchas empresas relacionadas con la banca. Unos efectos que provocarán bajadas en la recaudación de otros tipos como pueden ser el IRPF o el impuesto de sociedades, que a pesar de ser los dos impuestos que más beneficiados se están viendo este año, podrían observar una frenada en su crecimiento.

Preocupante puede ser también el efecto que este nuevo impuesto puede provocar al empleo. En un momento en el que paro vuelve a subir y se vislumbre la ya más que posible recesión y subida en el paro, desde AEB apuntan a una pérdida de entre 25.000 y 35.000 empleos, unas cifras que han de preocupar siempre y que en gran cantidad de ocasiones, una subida en los impuesto suele provocar también un mayor desempleo.

Otro aspecto a tener en cuenta sobre como afectará la subida de tipos de interés a la recaudación directa de este impuesto. La medida tomada por el BCE ha pillado por sorpresa en cuanto a su celeridad no solo a los más interesados, sino también en la cúpula del gobierno. Dada esta subida de tipos, las previsiones para el impuesto a la banca crecerán en 500 millones. Unas cifras que desde luego serán llamativas a la hora de tratar de convencer en la votación a los diputados.

La subida del 10% de cotización en bolsa de la banca española ha levantado más de un argumento también para aquellos que creen necesario un impuesto a la banca. Sin embargo, desde agrupaciones políticas como Ciudadanos que votará en contra del nuevo impuesto u otras organizaciones del sector, el rechazo ha sido rotundo desde que a finales de agosto se llevara acabo el anuncio del nuevo impuesto.

Desde la banca aseguran que su tipio efectivo medio es más alto que la de la media de las empresas españolas, un 24,7% frente a el 21,3% de media del resto de empresas. Además alegan que ya reciben una tipificación mayor en impuesto como el de sociedades en el que se sitúa en el 30% frente a el 25% de media.

Europa comienza a fijarse en España

Desde países como Italia o Grecia ya se comienza a observar y estudiar la posible eficacia que podría llegar a tener un impuesto a la banca especial como parche a la alta subida de los precios. En el caso del resto de Europa, la República Checa ya se encuentra en proceso para establecer este impuesto, mientras que el resto de países son más cautelosos y esperan a la posibilidad de que haya más subidas de tipos de interés que puedan beneficiar a la banca en un futuro no muy lejano.

Por el momento, este proceso de reajuste en los tipos, bastante común en el sector bancario, no está pasando inadvertido, y tras las últimas crisis, principalmente ligadas al sector financiero, los gobiernos están tratando de cubrirse las espaldas ante una necesidad inminente como será tratar de controlar la recaudación de impuesto y que está aumente de manera continúa, no solo por la inflación, sino por el buen hacer de la economía.

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