Según el ránking del Banco Central Europeo (BCE), la cultura financiera demostrada por los ciudadanos españoles se sitúa en la parte media de la zona euro, ocupando la décima posición entre los diecinueve países del bloque, por detrás de los conocimientos financieros de alemanes o franceses
Los españoles tienen menos cultura financiera que alemanes y franceses, pero más que los italianos. Según esta clasificación del BCE, casi el 50% de los españoles que tomaron parte en la encuesta fueron capaces de responder correctamente al menos tres de las cinco preguntas planteadas sobre conocimientos financieros, que incluían aspectos como la diversificación del riesgo, la inflación o el interés compuesto.
Entre los Diecinueve, los mayores conocimientos financieros fueron demostrados por alemanes y holandeses, con un 65% de los participantes respondiendo correctamente al menos tres de las cinco preguntas, mientras que algo más del 60% de los finlandeses hizo lo propio.
Justo por delante de España, en novena posición, se situaron los franceses, ya que un poco más del 50% de los encuestados fue capaz de responder adecuadamente a un mínimos de tres preguntas, mientras que en la parte final del ránking se situaron los portugueses (25%), chipriotas (35%) e italianos, con algo menos del 40%.
Asimismo, el BCE también señala las grandes divergencias en el interés del público en general respecto de los temas relacionados con el BCE, aunque en general el principal interés radica en la política monetaria.
Tomando en cuenta la cobertura mediática relacionada con el BCE, en Italia y España, el interés por los temas de supervisión bancaria es mucho mayor que en países como Alemania o los Países Bajos, mientras que el debate sobre el mandato y la rendición de cuentas del BCE es más común en Alemania y Francia que en los Países Bajos.
En su análisis, el BCE destaca que, para llegar al público en general, debe tener en cuenta la diversidad de quienes se encuentran en el extremo receptor de la comunicación del banco central, ya que en comparación con otros grandes bancos centrales, el BCE destaca por la diversidad lingüística de su audiencia de 340 millones de ciudadanos.
Además de la diversidad lingüística, la comunicación del BCE también debe tener en cuenta los diferentes niveles de educación financiera en los países y la heterogeneidad de las expectativas de inflación entre el público en general, que apuntan a que dichas expectativas de inflación son más altas para las consumidoras que para los consumidores masculinos, aumentan con la edad y disminuyen con un alto nivel de educación financiera e ingresos