Taylor Swift (Pensilvania, Estados Unidos, 1989) se ha consolidado como una de las artistas más influyentes y exitosas de la última década. Este fenómeno musical, oficialmente milmillonaria y agitadora de economías, llega a Madrid el 29 y 30 de mayo para ofrecer dos conciertos en el estadio Santiago Bernabéu al que acudirán decenas de miles de personas, en concreto unos 52.000 por jornada. Además, y según la Hostelería de Madrid, el impacto económico de su paso por la capital en los próximos días asciende a los 20 millones de euros.
Con más de 50 millones de álbumes vendidos en todo el mundo, consolidando su estatus como una de las artistas más exitosas de todos los tiempos, también ha dominado las plataformas digitales en la era del streaming, coronándose como la reina de Spotify en 2023. Pero al margen de las cifras, es innegable que su capacidad para reinventarse a lo largo de los años y conectar cada vez con más y más seguidores, apodados ya como swifties, es un caso que merece la pena analizar detalladamente.
Convertida en icono global, la cantante y compositora, que también hizo sus pinitos en el séptimo arte con películas como Historias de San Valentín (Garry Marshall, 2010), presenta The Eras Tour, una gira mundial en la que repasa los hitos más importantes de su carrera; pero también la celebración de su trayectoria, testimonio de las claves que han definido y definen su éxito. Tendremos que esperar al fin de este viaje para hablar de cifras concretas; pero por poner un ejemplo, la gira Reputation Stadium Tour de 2018 recaudó aproximadamente 345 millones de dólares, convirtiéndose en la más taquillera de la historia de Estados Unidos y Norteamérica en ese momento.
Desde sus inicios en la música country con su álbum debut homónimo en 2006, hasta sus incursiones en el pop, el indie folk y el rock alternativo, Taylor Swift ha demostrado su versatilidad y capacidad para explorar nuevos géneros..., y esta nueva gira refleja esta evolución. De hecho, en la película Taylor Swift: The Eras Tour, dirigida por Sam Wrench, que documenta la gira de conciertos 2023-2024 y ha revolucionado las salas de cine hemos comprobado que sus shows duran más de tres horas y presentan una lista de 44 canciones, repartidas en 10 actos distintos que retratan conceptualmente los diez álbumes de estudio de Swift, con la excepción de Wildest Dreams (2015), The Archer (2019), Invisible String, Cardigan y Tis the Damn Season (2020), que fueron omitidos en la película.
La artista también es conocida por componer letras inspiradas en sus historias personales, algo que sus fans valoran y provoca que se sientan tan conectados con esta diva poco diva. Desde los altibajos del amor y las rupturas hasta la amistad y la autoaceptación, sus canciones ofrecen una narrativa que muchos parecen encontrar reflejada en sus propias vidas. La honestidad y vulnerabilidad en la composición de sus letras es clave y canciones como All Too Well -con una duración de 10 minutos- y My Tears Ricochet son algunos ejemplos.
Pero no sólo es una figura en la música, también es una voz influyente en temas sociales y políticos. Su disposición para hablar sobre cuestiones de justicia social, igualdad de género y derechos humanos añade una dimensión adicional a su relación con los fans, que valoran su activismo y su uso de la plataforma para generar cambios positivos.
Como comentábamos, uno de los pilares de su éxito es la relación con sus fans. A lo largo de los años ha cultivado a sus seguidores con acciones concretas que la alejan del papel de diva. Desde las sesiones de Secret Sessions, en las que invitaba a fans a escuchar sus álbumes antes del lanzamiento, hasta su presencia activa en redes sociales, nuestra protagonista mantiene una comunicación constante y cercana con su audiencia.
Sin duda, esta gira es el ejemplo perfecto de cómo Taylor Swift también ha innovado en la producción de conciertos. Sin duda, una experiencia visual y auditiva que incluye escenarios muy elaborados -en la línea de lo que empezó haciendo en su día Coldplay-, efectos especiales y cambios de vestuario que reflejan cada era de su carrera (de ahí que las fans vayan a los conciertos vestidas según la temática de su época preferida).
Otro de sus momentos más significativos fue su decisión de regrabar sus primeros seis álbumes, en la lucha por la propiedad de su música y tras varios encontronazos con las productoras por un tema de derechos. Este esfuerzo -que fue tanto una declaración artística como una estrategia financiera de lo más astuta- no sólo ha sido aclamado por la crítica, también ha sido apoyado fervientemente por sus fans. Estas versiones, denominadas Taylor's Versions, le permitieron recuperar el control de su música y generar nuevas ventas, aumentando aún más sus ingresos. Y es que Swift es una de las pocas artistas que posee los derechos de autor de su música, lo que significa que recibe una porción significativa de las reproducciones de sus canciones. Además, su decisión de retirar y luego regresar su catálogo a Spotify y Apple Music marcó un punto de inflexión en cómo los artistas negocian con estos servicios.
Según estimaciones de 2023, el patrimonio neto de Taylor Swift supera los 600 millones de dólares; cifra incluye sus ingresos por ventas de música, giras, patrocinios, derechos de autor y sus inversiones. También ha encabezado varias veces la lista de las famosas mejor pagadas del mundo. En concreto, en los últimos años ha ganado entre 150 y 200 millones anuales.
