El turismo español comenzó el año con grandes expectativas. Las cifras récord registradas en 2019 permitían pensar a lo grande: 83,7 millones de turistas extranjeros con un gasto de 92.278 millones de euros. Un momento dulce para un sector que representa el 12,3% del PIB nacional y aporta un 12,7% del total de ocupación, con cerca de 2,7 millones de trabajadores.
Pero el Covid-19 frenó de golpe la actividad turística en España al limitarse la movilidad y las aglomeraciones de las personas, dos aspectos básicos para esta industria. De un día para otro se vieron truncados los sueños de muchos empresarios, grandes y pequeños, y a día de hoy es difícil saber el verdadero alcance que la pandemia va a tener en el sector. “El impacto en el turismo de España está siendo muy negativo, al igual que internacionalmente. Las previsiones de la OMT indican que las llegadas de turistas internacionales a nivel mundial desciendan entre el 20% y el 30% respecto al año anterior, lo que pone de manifiesto un escenario sin precedentes”, señala a Capital Laura Fuentes, codirectora del Máster en Dirección Internacional de Turismo de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). España, como uno de los destinos turísticos más importantes del mundo, se verá claramente afectado por un descenso de las llegadas de los turistas internacionales, lo que afectará gravemente a la economía del país en general y especialmente a los destinos turísticos que más dependen de estos turistas, como son los archipiélagos (Canarias y Baleares) y regiones mediterráneas peninsulares como Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña. ”Este impacto tendrá un efecto directo en todas las empresas turísticas, pero también en todos los negocios que de forma indirecta dependen del turismo. Adicionalmente hay que considerar el impacto inducido en el empleo. Todo ello plantea un escenario muy pesimista en términos sociales y económicos”, añade.
Las estimaciones realizadas por Exceltur hablan de unas pérdidas, hasta el mes de junio, de 43,5 mil millones de euros, a los que habrá que añadir otros 40 mil millones del verano. “Veremos caídas del 70% en julio y del 65% en agosto”, puntualiza Óscar Perelli, director del Área de Estudios de Exceltur.
A lo largo de estos meses se han organizado muchos debates y foros en los que los distintos agentes del sector han tratado de analizar las consecuencias de la pandemia y han propuesto soluciones para minimizar el impacto. “No hay que pensar en esta temporada, sino en salvar al sector”, aseguraba Francisco Pérez, director del Instituto Valenciano de Investigación Económica (Ivie), durante su intervención en el debate El turismo, atrapado entre el Covid-19 y la recesión, organizado por Foro Futuro. “Incluso en los escenarios optimistas respecto al ritmo de recuperación, se considera que la caída de actividad del sector va a ser enorme, no inferior al 60%”, recordaba. Teme que, si no se encuentran tratamientos o vacunas, el sector corre un serio peligro de seguir en la misma situación en 2021. “Hay que hacer lo posible por volver lo antes posible a los números que proporcionaba el turismo en 2019, y hasta entonces proteger todo lo que se pueda a las empresas, a las miles de empresas de todos los tamaños que viven de estos y dan empleo a millones de personas”.
También desde la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) se ha puesto en valor la importancia de este sector. Tal y como recordaba su presidente, Jorge Marichal, en el Congreso de los Diputados, “es un sector que sólo da alegrías a nuestro país y a nuestra economía. Es el mayor generador de empleo nacional tras el sector público, distribuye riqueza, contribuye a mejorar la imagen de la marca España, mejora el saldo de la balanza de pagos, mejora nuestras relaciones exteriores, ayuda a conservar nuestro patrimonio y nuestros campos y tira de otros sectores económicos como el agrícola o el industrial“. El año pasado se generaron 282.000 puestos de trabajo directos en el sector hotelero. Además, la aportación hotelera al PIB español es de 70.000 millones de euros, lo que representa un 6% del PIB del país.
Resiliencia del sector
El turismo siempre se ha considerado un sector muy resiliente, con una capacidad de respuesta asombrosa a las anteriores crisis. “Sin embargo, el panorama planteado por el Covid- 19 no tiene precedentes y esto hace que el futuro del sector sea algo realmente incierto”, recuerda Laura Fuentes. Es el momento de analizar también las debilidades y fortalezas del sector. “La sostenibilidad del modelo se ha planteado en muchas ocasiones y es un tema pendiente desde hace ya muchos años”, comienza por señalar la profesora de la URJC. Cree que no se puede hablar en términos generales sobre un modelo sostenible o insostenible, sino que habría que analizar cada modelo de cada destino de forma particular para valorar su sostenibilidad. “Pero lo cierto es que en España existen destinos turísticos muy variados en función de su oferta y de los diferentes segmentos en los que están enfocados. Los que más demanda internacional atraen son los destinos urbanos y, principalmente, los destinos de sol y playa mediterráneos, que en temporada estival presentan unos niveles de saturación muy elevados que les lleva a rozar los límites de su capacidad de carga y a superarla en muchas ocasiones. Sin embargo, existen otros destinos de interior que necesitan ser impulsados”.
Las infraestructuras, el patrimonio natural y cultural de España, el clima, la seguridad y un buen sistema sanitario de salud son factores claves en el crecimiento del turismo en nuestro país. Sin embargo, hay también aspectos negativos que se deben resolver, como el de la dependencia de determinados mercados emisores, por ejemplo el británico, o la saturación de algunos destinos, como Barcelona, que ha provocado contestación social. También está pendiente “la legalización de las viviendas turísticas” y “tener un modelo de gestión del turismo público-privado”, apunta Óscar Perelli.
Plan de reactivación del turismo
A mediados de junio el Gobierno anunció un plan de reactivación del turismo por el cual destinará 4.250 millones de euros para impulsar la recuperación del sector. El plan pretende beneficiar a 1,2 millones de personas y se articula en torno a cinco líneas de actuación: afianzar el país como un destino seguro; apoyar el tejido empresarial y el empleo; mejorar la competitividad del sector; perfeccionar el modelo de conocimiento e inteligencia turística; y promocionar el turismo nacional a través de las campañas de marketing. Son muchas las críticas que ha recibido el plan, porque, “si se analiza, un 7% es dinero inyectado al sector y el 93% son préstamos”, señalan desde Exceltur. Y de ese 7%,“168 millones llegarán en 2021”. Desde esta alianza para la excelencia turística creen que las medidas adoptadas por el Gobierno son insuficientes: “Algunas, como los ERTEs y los créditos para liquidez, están bien orientados. Sirvieron para aguantar el golpe inicial”.
La Patronal Hostelería de España opina que el plan de Sánchez “no se entiende sin la extensión de los ERTE por fuerza mayor hasta finales de año en el sector turístico, a pesar del acuerdo de los agentes sociales”. Consideran la aportación económica “insignificante” y echan en falta “medidas de incentivo, como bonos para la reactivación del consumo nacional, como sí han hecho los principales países europeos con peso turístico”.
Precisamente si comparamos la situación de España con la de otros países, vemos que nos han tomado la delantera. En países como Alemania, Reino Unido o Grecia se ha reducido el IVA en algunos servicios turísticos y en Italia se entregan bonos a los ciudadanos para gastar en establecimientos nacionales, entre otras medidas. “En España ha faltado un calendario de fechas concretas y falta de comunicación”, se lamentan desde Exceltur.
La patronal hotelera también quiere medidas más efectivas y su presidente ha sugerido la desgravación de los gastos turísticos de las familias españolas en la Renta 2020, la bonificación al transporte aéreo a los residentes en España para la temporada de verano 2020 o el establecimiento de un sistema de apoyo de programas públicos de viaje similar al IMSERSO.
Este año se espera una caída del mercado extranjero del 60% y del nacional del 38%. Todavía hay miedo a viajar, sobre todo en avión, y los bolsillos de muchos consumidores están más vacíos. Va a ser un año de moverse más en coche, alojarse en apartamentos y con menos salidas a restaurantes. “En el mejor de los casos podremos hablar de una recuperación en el 2022 o 2023, pero necesitamos un plan de rescate más potente”, afirma el director del Área de Estudios de Exceltur. n
Agencias de viaje: una travesía en el desierto
Dentro del turismo una de las áreas más afectadas es el de las agencias de viaje. “Estamos en una situación crítica. Ya con el cierre del Mobile World Congress empezamos con muchas cancelaciones y ha sido verdaderamente complicado”, indica a Capital Carlos Garrido, presidente de la Confederación de Agencia de Viajes (CEAV). Gran parte de las empresas están en ERTE y siguen sin apenas facturación, por lo que “la recuperación está siendo más lenta de lo esperado. Las medidas que se han tomado son efectivas, pero insuficientes. No se ha hecho nada para reactivar el consumo”, añade. Los créditos ICO, por ejemplo, “han servido para paliar la situación de tesorería, pero siguen los problemas”.
Al contrario de lo que muchas veces se cree, “estábamos atravesando un momento muy dulce, de crecimiento sostenido, creando empleo”, destaca Garrido. Las agencias de viaje se habían reinventado, con una fuerte presencia en el mundo online. En total, en España hay 9.500 puntos de venta y 4.500 centrales. “Hay grupos grandes, como El Corte Inglés Viajes, Carrefour Viajes o Nautalia, pero también muchos independientes”. Ahora el futuro se presenta incierto: “Sabemos que es una crisis estacional, no estructural, y que con la vacuna mejorará la situación. Es una travesía en el desierto. Cuando todo passe, saldremos reforzados”, afirma el presidente de CEAV. Serían necesarias “ayudas directas para el sector, también desde el punto de vista de la fiscalidad”. Cree que en otros países han actuado antes, y “nos va a penalizar en el resultado”.
El coronavirus va a acelerar el proceso de transformación del turismo como experiencia. “Tenemos un producto al que debemos darle forma para atraer al turismo extranjero. En la agencia ofrecemos otras cosas como recoger uvas, montar a caballo...”, subraya Garrido.