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crisis climática

Lo que nuestros vecinos nos pueden enseñar de la crisis climática

“Hay que ampliar el foco, y tener en cuenta que la realidad del país no es la que se vive en los grandes núcleos urbanos”  El sector transporte representa en España el 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero, y casi el 40% de las emisiones de los sectores difusos. Esto debería ser suficiente para que la prioridad fuese tomar medidas urgentes para generar un cambio radical en la sostenibilidad de la movilidad nacional, y europea. Sin embargo, lo que se ha evidenciado durante el 2022 es que los Estados Miembros de la Unión Europea se han centrado en tomar distintas medidas principalmente económicas y cortoplacistas para paliar los efectos de la inflación en lugar de implementar los marcos de actuación indispensables propuestos por la Comisión Europea para conseguir un sistema de transporte más justo, eficiente y ecológico.   Miremos por ejemplo a Alemania, que estableció un abono de transporte ilimitado por 9 euros al mes. Durante el verano en el que estuvo la medida vigente, se emitieron 52 millones de suscripciones que ahorraron 1.8 millones de toneladas de CO2. Pero gran parte de ese ahorro vino de viajes de ocio puntuales, y no se observó un gran impacto en el tráfico por carretera ni en el cambio modal. A eso hay que sumarle las quejas de la ciudadanía por la falta de trenes y el caos que generó la medida en el sistema de transportes, contraproducente cuando lo que se busca es un cambio de actitud respecto al uso del transporte público. Todo esto demuestra que, aunque beneficiosa en términos monetarios (el Instituto de Investigación Económica de Colonia estima una reducción de la inflación del 2%), la medida no es suficiente para generar un cambio de comportamiento que suponga la reducción paulatina de las emisiones de CO2. …