Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Éxito

El liderazgo tradicional ha muerto: claves para triunfar con la comunicación de tu empresa

Comunicar un mensaje a un destinatario a través del mejor canal y con las mejores herramientas para conseguir la reacción esperada es una de las grandes metas de toda empresa. Para lograrlo existen numerosas propuestas profesionales como la de Llorente y Cuenca (LLYC), que este pasado año celebró su 25º aniversario en busca del consejo perfecto. No obstante, ¿acaso ha cambiado mucho el concepto en este tiempo? “Radicalmente”. Así lo entiende Luisa García, socia y directora general en España y Portugal de LLYC, quien explica a esta revista que antes “los clientes nos pedían consejos sobre cómo comunicar las decisiones que ya habían tomado y nos incorporaban al final del proceso”. Sin embargo, con la “revolución de internet” todo ha cambiado. “Ahora cada vez más somos el asesor de las compañías que les aconseja qué decisión tomar y cómo comunicarla”. El problema es que en un momento en el que los impactos informativos y publicitarios son tan abultados, lograr que sea justo nuestro mensaje el que se mantiene en la memoria del público es algo casi imposible. “A este fenómeno nosotros lo llamamos infoxicación”, afirma García, quien considera que las empresas “no tienen que pensar en términos de emisor-receptor, sino en la forma en la que se están sucediendo las conversaciones”. Ahí está el quid. “La obligación de una compañía es identificar cómo participar en las conversaciones" “La obligación de una compañía es identificar cómo participar en las conversaciones”, añade Luisa García, que deja claro que de lo contrario “puedes gritar muy alto, pero no conseguirás generar interés ni una valoración positiva de lo que tengas que decir”. Ahí está el otro gran cambio de este sector. “Las compañías ya no son el rey sol que emiten una información y sólo por ser una gran compañía se las tiene que…
“¿Quieres ser un ser humano extraordinario u ordinario?”. Esta es la cuestión que más veces ha trascendido en relación al modelo de entrenamiento y filosofía del trabajo que ha llevado a Carolina Marín a lo más alto. Su autor, Fernando Rivas, entrenador de esta onubense que con solo 27 años ya suma un oro olímpico, tres campeonatos del mundo y cuatro europeos –además de decenas de torneos y más reconocimientos–. Y su palmarés no deja de crecer. ¿Es entonces el talento, un don innato, la base de su éxito? “La palabra talento se utiliza de una forma demasiado superficial”, responde concisa a Capital Carolina Marín, quien, entre torneo y torneo, dedica unos minutos a contestar las preguntas de esta revista. Para esta deportista la clave reside en otro concepto. “Sin trabajo, esfuerzo y sacrificio no se llega a nada”, reitera para confesar: “Yo no nací destinada a ser la número uno”. “Yo he llegado hasta aquí dedicándole todas las horas posibles”, reconoce Marín, quien también admite que “se necesitan unas condiciones, pero si no las desarrollas no sirve de nada”. Y ahí entra un factor fundamental: la confianza en el equipo. “Hay que saber confiar en los demás, también es importantísimo, porque yo sola no puedo abarcar todo lo que hace mi equipo y sé que cada persona que lo forma es la mejor en lo que necesito”. Un comienzo de casualidad El objetivo: coordinar su faceta deportiva y empresarial como si del último punto de partido se tratase. Porque no es una tarea fácil. El jet lag, las largas horas de competición, los éxitos y las derrotas se viven en equipo, aunque la cara visible de esta marca sea Marín. Quién se lo iba a decir a esta joven onubense que comenzó en el bádminton casi de casualidad y…