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Inflación y desaceleración: así se espera que evolucione el mercado este verano

Según un informe de Bankinter, todo parece indicar que la inflación se resistirá, la desaceleración económica continuará, pero habrá una oportunidad de entrada en el arranque de otoño Un verano difícil y un otoño incierto. Así califica Bankinter el futuro de la economía a través de su informe Estrategia y Perspectivas 3T 2022 en el que analiza cómo evolucionarán los mercados en los próximos compases. Todo ello después de un primer semestre marcado por los retrocesos en los principales índices bursátiles. La cuestión en este punto es cómo está previsto que esto avance. Y lo cierto es que para Bankinter solo hay dos preguntas vitales a responder: los niveles de entrada y la posibilidad de recesión. En un primer término porque todavía se encuentra el interrogante de conocer a qué nivel es interesante retomar posiciones. En un segundo, averiguar si la economía global se dirige hacia una nueva recesión. Por todo ello desde la entidad bancaria recomiendan empezar a reconstruir posiciones a partir de los 3.400 puntos del S&P500. “Nos gustaría creer que todo el ajuste de las bolsas se producirá en julio, pero se presenta improbable porque el S&P500 debería retroceder 500 puntos, equivalente a un -13% desde los aproximadamente 3.900 puntos en que se encuentra en el momento de cerrar este informe, lo cual parece mucho para un solo mes”. Por eso, señala el estudio, “el ajuste se producirá de forma más bien progresiva durante todo el verano”. Inflación resistente Otro de los puntos a tratar de dicho informe es cómo evolucionará la inflación, uno de los grandes agentes de juego de 2022 que ha hecho temblar los cimientos de las economías mundiales. ¿Y qué ocurrirá con ella? Lo cierto es que, según el informe, ésta se resistirá a remitir más de lo que los bancos centrales defienden.…
El Banco de España ha recortado cuatro décimas su previsión para el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de España en 2022, desde el 4,5% hasta el 4,1%, y rebaja sus estimaciones para la inflación media del 7,5% al 7,2% El Banco de España recorta al 4,1% el crecimiento en 2022 por la guerra, y baja la inflación al 7,2%, recoge Europa Press, como consecuencia del efecto esperado del mecanismo ibérico para limitar el precio del gas y abaratar la factura de la electricidad. "El inicio de la guerra en Ucrania abrió un período de enorme incertidumbre, que, tres meses y medio más tarde, continúa sin disiparse", ha reconocido el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, quien ha advertido de que las proyecciones están sometidas a "riesgos significativos", orientados a la baja en el caso del crecimiento del PIB y al alza en el de la inflación. En este sentido, y de cara a los próximos años, el organismo prevé un crecimiento del 2,8% en 2023, una décima menos de lo estimado en abril, y un alza del 2,6% en 2024, una décima más respecto a la previsión anterior. Recuperación nivel prepandemia en el tercer trimestre de 2023 Con todo, el Banco de España mantiene que la evolución prevista del PIB permitirá que la economía española recupere el nivel de producto previo a la pandemia en la segunda mitad de 2023. El Banco de España considera así que la senda de recuperación de la economía española, si no se sufren perturbaciones adicionales, es "robusta" y permitiría recuperar niveles prepandemia en la segunda parte de 2023. "Sin dar una falsa previsión, puede ser en el tercer trimestre", ha deslizado Ángel Gavilán. El PIB habría crecido menos de lo esperado, un 0,3%, en el primer trimestre…
Según su informe 'Perspectivas Económicas', la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha revisado a la baja sus previsiones macroeconómicas globales por el impacto que la guerra en Ucrania está provocando La OCDE rebaja en 1,4 puntos, al 4,1%, el PIB de España en 2022 y prevé una inflación media del 8,1%, recoge Europa Press. En el caso de España, el organismo ha rebajado sus previsiones de crecimiento del producto interior bruto (PIB), hasta situarlo en el 4,1%. Esto supone una revisión a la baja de 1,4 puntos porcentuales respecto a la estimación de crecimiento del 5,5% publicada en el mes de diciembre. La estimación para 2023 ha pasado al 2,2%, desde el 3,8% anterior. La OCDE ha decidido acometer estas rebajas en las previsiones de crecimiento debido a la elevada incertidumbre, a la inflación y a la ralentización de la demanda externa de la economía española. Desde un punto de vista positivo, el organismo con sede en París ha destacado el ahorro de los hogares, el paquete de estímulos fiscales contra los efectos de la guerra, la "recuperación continuada" del empleo y los fondos europeos como aspectos que impulsarán el crecimiento económico. Para el conjunto de 2022, la OCDE prevé una inflación media del 8,1% para el conjunto del año, varios puntos porcentuales por encima del 3,2% que estimó en diciembre, la última vez que publicó sus previsiones macroeconómicas completas. En 2023, el incremento de precios se relajará al 4,8%, por encima del 1,5% previsto hace medio año. "La guerra en Ucrania está afectado a la economía española a través de mayores precios de la energía, interrupciones en las cadenas de producción y una mayor incertidumbre, ya que el comercio directo y las exposiciones financieras a Rusia y Ucrania son limitadas", ha subrayado el ente presidido…
Según Eurostat, la tasa de inflación interanual de la zona euro se ha situado en mayo en el 8,1%, frente al 7,4% registrado en abril y marzo, en lo que supone el mayor encarecimiento de los precios de toda la serie histórica, presionando al Banco Central Europeo La inflación de la eurozona se desboca en mayo hasta un récord del 8,1% y presiona al BCE. De acuerdo con la oficina estadística comunitaria, y como recoge Europa Press, la escalada de los precios de la zona euro en el quinto mes de 2022 responde a la subida interanual del 39,2% del precio de la energía, que se aceleró desde el 37,5% de abril, mientras que el incremento del precio de los alimentos frescos en mayo fue del 9,1% interanual, una décima menos que el mes anterior. A su vez, los servicios se encarecieron un 3,5% interanual, frente al 3,3% del mes anterior, mientras que los precios de los bienes industriales no energéticos subieron un 4,2%, cuatro décimas más que en abril. Al excluir del cálculo el impacto de la energía, la tasa de inflación interanual de la zona euro se ha situado en mayo en el 4,6%, frente al 4,1% del mes anterior, mientras que al dejar fuera también el efecto de los precios de los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, la tasa de inflación subyacente alcanzó un máximo histórico del 3,8% desde el 3,5% correspondiente a abril. Entre los países de la eurozona, las mayores subidas de los precios se registraron en Estonia (20,1%), Lituania (18,5%) y Letonia (16,4%), mientras que las subidas menos fuertes correspondieron a Malta (5,6%), Francia (5,8%) y Finlandia (7,1%). Además de la inflación armonizada récord del 5,8% registrada en Francia, los precios también subieron a un ritmo récord en Alemania durante el mes…
La inflación subyacente escala al 4,9%, su nivel más elevado desde octubre de 1995 El Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 0,8% en mayo en relación al mes anterior e incrementó su tasa interanual cuatro décimas, hasta el 8,7%, por el encarecimiento de las gasolinas y de los alimentos, según los datos avanzados publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y publicados por Europa Press. De este modo, la inflación retoma en este mes de mayo los ascensos después de que en abril se moderara 1,5 puntos de golpe, hasta situarse en el 8,3%. El dato de mayo, que deberá ser confirmado por Estadística a mediados del mes que viene, está 1,1 puntos por debajo del pico de marzo, cuando el IPC llegó a alcanzar el 9,8%, su tasa más alta en casi 37 años. Según el INE, la escalada del IPC interanual hasta el 8,7% en mayo se debe, principalmente, a las subidas de los precios de los carburantes y de los alimentos y bebidas no alcohólicas, mayores que las experimentadas en mayo de 2021. En cambio, Estadística señala que bajaron los precios de la electricidad, frente al repunte registrado en igual mes del año pasado. La semana pasada, el precio medio de la gasolina en España tocó un nuevo máximo histórico al situarse en 1,94 euros por litro, alcanzando cifras inéditas por segunda semana consecutiva, mientras que el diésel, a pesar de bajar un 1,06%, hasta los 1,867 euros el litro, siguió marcando un precio mayor que en la media de la Unión Europea (1,856 euros el litro). No obstante, los precios que pagan los consumidores en el surtidor no alcanzan este récord por el descuento obligatorio de 20 céntimos que aprobó el Gobierno, cuya aplicación está vigente desde el 1 de abril.…
La escalada de precios que estamos sufriendo oculta un efecto que pasa desapercebido como es la inflación subyacente, es decir, la inflación que no tiene en cuenta los precios energéticos y la de los productos no elaborados, y que manifiesta la realidad del incremento del coste de vida y a su vez sigue disparada situándose en el 4,4%, el índice más alto desde 1995. Porque hay que recordar que este índice incluye el grueso de la cesta de la compra. Lo cierto es que el efecto del incremento de costes de la energía, materias primas y logísticos que han sufrido las empresas ha provocado que estas hayan comenzado a trasladar dichos costes al precio final de los productos. Algo que ya se vaticinaba el año pasado a la vista de la progresiva evolución de los mismos, pero que, en general, no se llegaron a trasladar a los precios. Era lógico esperar un repunte de la inflación de la cesta de la compra, con la reactivación económica, que claramente se ha acelerado en nuestro país por el bueno comportamiento del consumo interno durante estos últimos 3 meses. El riego es que la inflación subyacente se desacople del índice global, ya que, como hemos podido observar, mientras la inflación ha bajado del 9,8% al 8,3%, el índice que representa la bolsa de la compra, continúa creciendo situándose en ese 4,4%. Creo que hay varios elementos que nos permiten vaticinar que la reducción va a llevar su tiempo. El primero, lógicamente, la inestabilidad en las condiciones de los precios energéticos, tanto por el impacto real pero más aún por el efecto a la hora de definir horizontes y estrategias, de inversión. Pero quizás en estos momentos es más relevante conocer como es la respuesta salarial que se va a plantear para este año.…
La trágica guerra de Ucrania, así como la gran crisis energética, han desencadenado consecuencias negativas en un mundo que, de por sí, ya se encontraba en una época extremadamente inestable y azotada por la pandemia de la Covid-19. Este panorama de incertidumbre social se ha reflejado una vez más en la economía, creando un periodo distorsionado e inflacionista en el que los precios se disparan en dirección contraria al poder adquisitivo.   La reacción de los dirigentes políticos no ha tardado en llegar. El pasado 29 de marzo entró en el terreno de juego el Real Decreto-Ley 6/2022, por el que se adoptan medidas urgentes en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania. En concreto, desde el punto de vista laboral, merece especial atención el título IV, que fija una serie de medidas de protección para los trabajadores y colectivos vulnerables. El fin último de este plan no es otro que frenar el impacto de la distorsión económica coyuntural y extraordinaria que estamos sufriendo, evitando así la destrucción de puestos de trabajo y del conglomerado empresarial.  Los agentes sociales implicados -CEOE, Cepyme, CCOO y UGT-, con intereses contrapuestos, no han quedado indiferentes ante estas medidas de garantía del empleo complementarias a los ERTE y a los mecanismos RED previstos en el artículo 47 y 47 bis del Estatuto de los Trabajadores. La raíz de estos instrumentos proteccionistas no es otra que el blindaje de las personas trabajadoras frente a un despido cuya causa sea provocada por la crisis energética o como consecuencia de la invasión de Ucrania, y el descontento de la patronal era de esperar.  En efecto, en línea con lo experimentado con las bonificaciones de las cotizaciones de los trabajadores afectados a los ERTEs, las empresas que se…
La Comisión Europea ha recortado un 1,6% la previsión de crecimiento en su última revisión, en la que ha elevado la inflación hasta el 6,3% La Comisión Europea calcula que la economía española crecerá un 4% en 2022, lo que supone un recorte de un 1,6% en comparación con la estimación que hizo en febrero y duplica su previsión de repunte de la inflación hasta el 6,3% para el presente ejercicio, frente al 2,8% estimado a principios de año, en las que son las primeras previsiones económicas del ejecutivo comunitario desde el estallido de la guerra. La actualización de las previsiones económicas del Ejecutivo comunitario, las cuales han sido recogidas por Europa Press, apuntan a un rebote del Producto Interior Bruto (PIB) de España del 4% en 2022, lo que situará a la economía española como la cuarta en crecimiento del conjunto de la UE en el presente ejercicio, sólo superada por Irlanda, Malta y Portugal, el Estado miembro que registrará un mayor crecimiento. Para 2023, Bruselas estima un repunte del PIB de España del 3,4%, hasta un punto porcentual menos de lo previsto a principios de año y el pasado noviembre, lo que retrasará la recuperación de los niveles económicos prepandemia hasta mediados de 2023, según ha señalado en su análisis la Comisión Europea. La estimación de crecimiento del 4% para 2022 se sitúa 0,3 puntos porcentuales por debajo de las previsiones de crecimiento presentadas por el Gobierno español hace dos semanas y en línea con las estimaciones de 2023, que el Ejecutivo español cifró en un 3,5% para 2023. La Comisión Europea ha destacado que el turismo ha sido el motor de la economía española desde el verano de 2021 y que el crecimiento económico se acelerará a partir del tercer trimestre del 2022, gracias a las inversiones…
Funcas ha advertido de que el escenario central, con un petróleo en torno a 105 dólares, apunta a que la tasa mediala interanual de diciembre será del 4,8% Funcas ha revisado dos décimas al alza su previsión de IPC promedio para este año, hasta el 7%, debido a la escalada de la inflación subyacente por encima de lo esperado. De acuerdo con sus nuevos cálculos, el escenario central, con un petróleo en torno a 105 dólares, apunta a que la tasa media anual del IPC será este año del 7% y la interanual de diciembre, del 4,8%. Por su parte, Funcas estima que la tasa media anual para la subyacente podría situarse en el 4,6%, lo que supone 1,1 puntos más de lo que había proyectado. Para 2023, espera una tasa media anual del 3,1% en el IPC general y del 3,6% para la inflación subyacente. Según Funcas, los datos de abril publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) evidencian una "intensificación" del traslado de los mayores costes de producción hacia los precios finales, así lo ha recogido Europa Press. De este modo, en abril, el número de subclases del IPC con una tasa de inflación superior al 4% fue de 106, frente a 94 el mes anterior y a 14 en abril de 2021, advierte.
La AIReF también considera que la deuda pública en 2025 se situará en el 108,8% del PIB, entre otras previsiones La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha alertado al Gobierno de que la deuda pública iniciará una senda ascendente a partir del año 2025 que la llevaría al 140% en 2040 si el déficit estructural no se reduce. Así se desprende del Informe sobre la Actualización del Programa de Estabilidad 2022-2025 publicado este jueves, en el que el organismo que dirige Cristina Herrero constata que el Programa de Estabilidad enviado por el Ejecutivo a Bruselas plantea escenarios factibles. No obstante, la autoridad independiente ha avisado e que existen numerosas vulnerabilidades y ha lamentado que el Gobierno siga sin abordar la estrategia fiscal a medio plazo que ha recomendado en numerosas ocasiones la AIReF. Por un lado, la AIReF señala que en 2025 el déficit estructural se situará en torno al 4%, seis décimas por encima del nivel previo a la pandemia y lejos del objetivo del 0,4 % del PIB, lo que provocaría que la deuda iniciase esa senda ascendente si no se corrige. "A partir de ese momento, si el déficit primario estructural se mantiene constante entre 1,5% y 2,5%, la deuda iniciará una senda ascendente que la llevaría al 140% en 2040", ha alertado en su informe. Además, advierte de que al final del periodo el margen para reducir el déficit sin adoptar medidas adicionales "se agota" y se estabilizará en torno al 3% en 2024 y 2025, siendo éste el límite fijado por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. "Este estancamiento en la reducción del déficit supondrá un freno en la disminución de la deuda pública, que en 2025 todavía se situará en niveles muy elevados, 108,8% del PIB, lo que coloca a España en una…