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Opinión

Redacción Capital

El cambiazo

Lo de asomarse a la ventana, a ver qué pasa, es necesario. Tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Ventajas, porque te enteras de lo que está sucediendo y, en algún caso, de lo que puede suceder. Inconvenientes, porque te puedes desmoralizar al ver lo que viene y quizá, entrarte un cierto pánico.

Como siempre, mi editorial me había encargado un libro, con fecha de entrega incluida. Me asomé a la ventana y me encontré con un panorama impresionante. Vi muchas cosas que habían cambiado radicalmente. No las pongo aquí porque, si las pusiera, este artículo se convertiría en el “Índice de cosas que han cambiado”. Pero sí os señalo unas cuantas para que os hagáis una idea de que aquí ha habido un cambio. Serio. Importante.

Cosas tales como: el Brexit, la deuda global, los problemas de desunión en la Unión Europea, las redes sociales, la demografía, los milenials, el empoderamiento de la mujer, el cambio climático, las fake news… Así, hasta 39.

A medida que iba escribiendo, me di cuenta de que algo que yo pensaba que era una crisis, era mucho más. Le llamé “un cambio de paradigma”, pero el nombre me pareció una cursilada. Busqué otros nombres. Al fi nal, el único que me pareció adecuado para expresar lo que estaba sucediendo fue EL CAMBIAZO. Ya sé que suena mal, pero pienso que, si no te enteras de que ha sido eso, un cambio brutal, un cambiazo, te expones a estar viviendo en el siglo XVII. O en el XVI. Fui escribiendo, acabé más o menos puntualmente (otras veces ha sido peor), puse el título –“Sonriendo bajo la crisis”–, la editorial ´fabricó´ el libro, preparó el lanzamiento y las presentaciones y me mandó los 13 ejemplares de rigor (uno para mi mujer, 12 para mis hijos). …Y de repente, el estallido. La pandemia, no incluida en las 39 cosas porque no se había producido.

Nuevo encargo. Hay que añadir la pandemia como “suceso número 1”, porque es lo más importante. Destrucción de la primera edición. Mi familia se queda con los 13 ejemplares, que ellos califican de ´incunables´ y que guardan para venderlos por un buen precio algún día. La pandemia. Estamos en guerra. Todo el mundo contra un enemigo invisible que atacaviolentamente. Todos confinados. Cuando escribo este artículo, empieza la ´desescalada´. Dios quiera que vaya bien. El cambio ha cambiado todo. Ahora hay que empezar de nuevo. Sin ninguna experiencia. Con mucho dolor. 25.264 fallecidos, a fecha de ayer (3 de mayo), destrozan muchas familias y siembran el pánico en la sociedad.

La situación económica, mala, como es natural. Se ha parado TODO. Hay que poner en marcha TODO. Y en muy poco tiempo.

Es el momento del optimismo, en el sentido de ‘luchar con uñas y dientes para salir adelante en una situación concreta’.

Y esta es una situación terriblemente concreta.Tenemos por delante una temporada larga y apasionante. Ilusionadamente apasionante. Tristemente apasionante. PERO APASIONANTE.

Leopoldo Abadía es ex profesor del IESE, escritor y conferenciante.

Columna publicada en el número de mayo/junio de 2020 de la Revista Capital.

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