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La banca se transforma para promover la inclusión financiera en la España vaciada

Por Redacción Capital

El compromiso de las entidades con las zonas rurales es más fuerte que nunca

En 2010 había en España 43.267 oficinas bancarias. En 2021 este número ha caído un  52%, hasta las 20.904 sucursales, según los datos de Statista. Una radiografía que, obviamente, es diferente en la España rural y en la urbana. En este sentido, la población en nuestro país ha aumentado un 17,3% en las últimas dos décadas, mientras que algunos pueblos han perdido un 20% de habitantes. El cierre de centros educativos o la ausencia de centros médicos son habituales en estas regiones en las que suele ocurrir que la sucursal bancaria es el último establecimiento en permanecer.

La despoblación es, por tanto, un fenómeno demográfico especialmente intenso en España que está produciendo que los servicios tengan cada vez me- nos clientes, entre ellos  los  bancarios. Sin embargo, los bancos no han abandonado estas zonas y han continuado dando servicio, fieles a su compromiso con los territorios, ofreciéndolo de una manera distinta. En este sentido, las entidades CECA (CaixaBank, Kutxabank y Cajasur Banco, Abanca, Unicaja Banco, Ibercaja Banco, Caixa Ontinyent, Colonya Pollença y Cecabank), cuentan con iniciativas desde hace años para garantizar el acceso a servicios básicos, como la retirada de efectivo, la domiciliación de recibos o la realización de un ingreso. Las oficinas móviles son un ejemplo de esta permanencia de vocación de servicio, pero no la única.

La reducción de sucursales bancarias forma parte de la gran transformación que  está  viviendo  el  sector  bancario, en línea con lo que está ocurriendo en otras industrias.  No obstante,  a  pesar de esta dinámica,  España  sigue  siendo el segundo país con más oficinas por habitantes de la eurozona (únicamente por detrás de Francia), con casi 5 oficinas por cada 10.000 habitantes (a diciembre de 2020), frente a una media de 2,6 en los países del entorno.

CECA apuesta por la España vaciada

A este fenómeno se suma el creciente uso de los canales digitales en los últimos años, una tendencia que se ha acelerado en 2020  como  consecuencia de las restricciones a la movilidad. España es el país de la eurozona que ha registrado entre 2009 y 2020 el mayor aumento del índice de “uso de banca online” (+40 puntos porcentuales). Este índice elaborado por Eurostat, mide el porcentaje de individuos con edades comprendidas entre 16 y 74  años,  que en los tres meses anteriores a la encuesta han realizado  alguna  transacción electrónica con un banco o han realizado alguna consulta online en su cuenta bancaria.

En definitiva, a pesar de que en España ha  habido  una  importante reducción de capacidad instalada en los últimos años, las entidades del sector CECA mantienen vivo el modelo de negocio de banca minorista y de proximidad, lo que se demuestra gracias al todavía elevado número de oficinas por habitante (solo superado por Francia) y el creciente uso de los canales  digitales, que permite llegar a capas más amplias de la población.

La importancia de la inclusión financiera

El fomento de la inclusión financiera en las sociedades favorece el crecimiento y el desarrollo económico. Así lo reflejan estudios como el elaborado por el Banco Mundial, Inclusión financiera y crecimiento inclusivo: Una evaluación de los datos empíricos recientes. De acuerdo con el documento, la prestación de servicios financieros en estas áreas puede favorecer el ahorro de las familias, combatir la pobreza y la desigualdad e impulsar el desarrollo de nuevos proyectos
empresariales.


A pesar de la intensa reducción de oficinas, se mantiene un alto grado de accesibilidad a los servicios bancarios a nivel de municipio. Así, con datos de 2020 solo el 3% de la población total no tiene acceso a una oficina bancaria en su municipio, si bien esta situación afecta principalmente a los municipios rurales o municipios con menos de 500 habitantes (3.630 municipios sin oficina con una población de 600 mil personas).

Precisamente para fomentar esta inclusión, las entidades adheridas a CECA tienen a disposición de los clientes distintas alternativas que hacen posible el acceso a los servicios financieros en zonas no urbanas. Una de ellas es el ofibus. Estas oficinas móviles garantizan el servicio en la red rural y favorecen la cercanía con el cliente y la inclusión financiera. En estas oficinas móviles es posible retirar efectivo, realizar ingresos o pagar impuestos. Las entidades CECA tienen una red de 23 ofibuses, que atienden a casi medio millón de personas y recorren al año el equivalente a 4,4 veces el perímetro terrestre.

Otra de las alternativas con las que se fomenta la inclusión financiera es el cash-back, un sistema que permite a un ciudadano pagar con tarjeta un importe superior a su compra para recibir la diferencia del pago en  efectivo. Este sistema se realiza en colaboración con todo tipo de comercios, como tiendas o establecimientos  de  restauración y da respuesta a uno de los principales retos en cuanto a inclusión financiera de la España vaciada: el acceso a dinero en efectivo.

Por otro lado, las entidades han reforzado su red de agentes financieros para atender a los clientes de forma periódica en aquellos municipios españoles que no cuentan con oficina bancaria. El objetivo es proteger a los clientes que viven en las localidades  más  despobladas de la amenaza de exclusión financiera y seguir prestando atención personalizada y asesoramiento.

Promover la inclusión digital

La revolución tecnológica que está viviendo la sociedad a todos los niveles implica que se agrande la brecha digital que ya existía. Es más, la diferencia entre la España rural y la urbana se ha hecho más evidente a raíz de la pandemia. Según el informe Cómo la España Vaciada llena su tiempo en Internet, elaborado por Eurona en colaboración con la consultora Kantar, casi la cuarta parte (un 21,7%) de los habitantes de los municipios de menos de 5.000 habitantes todavía no tenía acceso a Internet cuando les sorprendió la pandemia. De este modo, el consumo electrónico en 2020 fue 10 puntos porcentuales menor en las zonas rurales que en la ciudad.

Como señalan desde CECA, “se trata de un desafío más de país que de sector que debe abordarse desde las políticas públicas con la colaboración del sector privado, siempre que sea posible. En este sentido, la llegada de los fondos europeos puede ser una excelente oportunidad para que nuestro país avance hacia una sociedad digital más inclusiva”. Precisamente, el sector bancario está haciendo especial hincapié en la educación financiera, como demuestra el hecho de que las entidades asociadas a CECA destinan más de 4 millones de euros anuales a promover la educación financiera y el 30% de esta inversión está destinada a colectivos vulnerables digitalmente.

En definitiva, la tendencia a la reducción de oficinas no debe verse como un menoscabo del acceso a servicios financieros en la medida en que la banca mantiene un elevado grado de acceso de la población a oficinas físicas, que se complementa con un avance cada vez mayor de los nuevos canales digitales.

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