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Macroeconomía, Economía

¿Necesita España más inmigrantes para evitar el colapso económico?

El 95% de los puestos de trabajo creados el año pasado en España fueron ocupados por inmigrantes, pero se trata de empleos que no aportan valor añadido a la economía del país

españa
Por Pablo Poyo

España necesita trabajadores. Se trata de un paradigma en un país que todavía mantiene una tasa de paro cercana al 12%, con 2.830.000 personas sin trabajo.

La baja tasa de natalidad del país y la necesidad de cubrir vacantes con salarios más bajos, está haciendo que algunos sectores recurran cada vez más a los trabajadores extranjeros, que no paran de llegar.

Menos población y mayor envejecimiento

Aunque la población española creció el año pasado hasta alcanzar los 48,59 millones de personas (variación del 1,06%), este crecimiento radica prácticamente en la llegada masiva de inmigrantes. Según los datos del INE, en el primer trimestre del 2022, la población inmigrante en nuestro país era de 5,5 millones de habitantes, pero a fecha de hoy, en el primer trimestre de 2024, la cifra se ha incrementado hasta alcanzar los 6,5 millones de personas nacidas fuera de España. A este dato hay que sumarle otros dos millones que ya han obtenido la nacionalidad, lo que deja la cifra total en más de 8,5 millones de personas de origen extranjero.

Esto significa que la población inmigrante se incrementa en medio millón de personas cada año, aunque la nativa disminuye en 140 personas cada día. Solo en los tres primeros meses del año pasado, el número de personas de origen español se redujo en 12.500, lo que indica una tendencia que se repite también en otros países de Europa.

Es sabido que el plan de atraer cada vez más extranjeros a Europa pasa por los despachos de Bruselas. La población comunitaria se está reduciendo, por lo que desde la UE entienden que la única manera de mantener el nivel económico del que gozamos actualmente pasa por la llegada masiva de inmigrantes.

La realidad es que este plan tiene bastantes fisuras. Si volvemos a España, el 55% de los puestos de trabajo creados en 2022 fueron ocupados por extranjeros, aunque antes de la pandemia el dato sobrepasaba los dos tercios del total. Durante la primera mitad de 2023, el 95% de los trabajos creados fueron para extranjeros, según los datos de un estudio de la Universidad CEU-San Pablo.

¿El problema? Que el empleo generado es de baja calidad, por lo que aporta muy poco valor añadido a una economía que necesita ingresos extraordinarios como agua de mayo.

Un informe de la AIReF calcula que con las previsiones actuales, el gasto en pensiones se incrementará hasta el 16,3% durante los siguientes veinte años, aunque las cifras podrían ser incluso peores.

Las proyecciones del INE reflejan una intensificación del proceso de envejecimiento demográfico en España. En concreto, la población mayor de 15 años aumentaría en 3,4 millones hasta 2030, mientras que solo el colectivo de población de 65 años o más lo haría en casi dos millones de
personas.

Como consecuencia, se proyecta un incremento continuado de la tasa de dependencia (definida como la población de 65 años o más sobre el colectivo de entre 15 y 64 años), hasta situarse en 2030 en el 35,1%, casi 5 puntos más que en 2022.

Así, el INE proyecta un fuerte reemplazo de nacidos en España por extranjeros, que se producirá, según los cálculos, en los tramos de edades centrales —entre 25 y 54 años— o tramo conocido como prime age, que se caracteriza por ser el de mayor participación laboral relativa.

Mientras el país perdió 44.556 niños de menos de 14 años de origen español, ganó 22.385 niños extranjeros en el primer trimestre de 2023; en la franja de 25 a 35 años. Solo en los mayores de 65 años la ganancia fue superior entre los españoles (+37.345 frente a +9.242 extranjeros).

Hasta 2050, la población en edad de trabajar se reducirá en un 20% en la UE. Y España, Francia, Italia y Alemania serán los países más perjudicados. Buscando soluciones, existen varios escenarios, pero ninguno parece económicamente viable.

Posibles escenarios y previsiones negativas

Para paliar el déficit de ciudadanos en edad de trabajar, la inmigración está siendo la opción elegida por los mandatarios europeos en primera instancia.

Como hemos dicho, el poco valor añadido que aportan los trabajos que requieren de trabajadores extranjeros (agricultura, sector servicios, etc.) no va a solucionar el problema económico al que se enfrenta la Europa de los 27.

Esta situación es todavía más crítica en España, donde la productividad no pasa de 51,23 dólares por hora trabajada, tres puntos por debajo de la media de la OCDE, y mucho más atrás que países como Francia (67,11) o Alemania (67,56).

Se abren así varios posibles escenarios -tal y como señala un informe de Allianz Partners-, de los que destacaremos tres, por ser los más interesantes.

Al primero lo llamaremos "solo inmigración", que parece ser la senda escogida por Bruselas, al menos de momento. En este escenario se asume que los datos actuales de productividad, la tasa de jubilación y los datos de inmigración se mantendrán estables. Para ejecutarlo, España necesita de la llegada de al menos 338.000 inmigrantes anuales, según los expertos de Allianz. Estamos cumpliendo en cuanto a llegadas, pero como hemos observado, el valor añadido del empleo creado es mínimo.

El segundo escenario sería el opuesto, al que llamaremos "solo recursos internos". En este caso, la idea es reducir la llegada de trabajadores extranjeros poco cualificados a cero. Según los datos del informe, evitar el colapso económico en este paradigma requiere de aumentar la edad de jubilación hasta los 68 años, incrementar la tasa de de participación laboral de los hombres (del 82% al 89%) y de las mujeres (del 73,5% al 82,5%) y reducir la tasa de paro hasta el 6%.

Por otro lado, solo funcionaría si se produce un aumento de las horas reales trabajadas a tiempo parcial, de 20 a 28 en el caso de los hombres, y de 20 a 26 en el caso de las mujeres. En los trabajos a tiempo completo, el incremento deberá ser de 40 a 43,3 en hombres, y de 37,9 a 43,8 en mujeres. Esto implica que el nivel de horas trabajadas deberá llegar a las 1.820, similar al de Estados Unidos, según dice el informe de Allianz (la media española actual está en 1.577 horas).

El  tercer escenario, quizá el más fantasioso, sería el llamado "solo aumentos de productividad". En este caso, si se produce una mayor automatización y la mejora de la inteligencia artificial, la productividad a largo plazo aumentará en un 10%. Con dichos datos, no sería necesario el retraso en la edad de jubilación ni el aumento de la tasa de participación laboral, reduciéndose, además, las horas trabajadas en un 22%. Aún así, este escenario implicaría la llegada de 238.000 inmigrantes al año.

Preocupación por la inmigración irregular

Mientras Europa contempla los diferentes escenarios, la realidad es que, si las cifras de natalidad no mejoran, países como Alemania o Italia necesitan de la llegada de 482.000 y 414.000 extranjeros cada año, respectivamente.

Sin embargo, a diferencia de lo que hacen otros países como Japón o Australia, que priorizan la mano de obra de calidad, las pocas trabas que pone la burocracia europea y la falta de soluciones en los distintos países del continente, está provocando que miles de inmigrantes irregulares lleguen a las costas mediterráneas. En 2023 fueron más de 300.000, un 42% más que en 2022, según los datos de la Organización Internacional de Migraciones (OIM).

España lidera lo primeros puestos. En 2023, 56.582 personas entraron de forma irregular en España, un 82% que en 2022. Casi el 72% del total de los irregulares llegaron a España por la vía canaria en 2023. Casi 4.000 personas han perdido la vida intentando llegar a las costas europeas en 2023.

Ante esta escalada, 431.000 inmigrantes recibieron órdenes de abandonar los países de la Unión Europea en 2023, según datos de Eurostat. Esto supone un 27% más, siendo Francia, Alemania y Suecia los países que más inmigrantes deportaron. Los datos coinciden, precisamente, con los países que más inmigrantes sin condiciones han recibido en los últimos veinte años, pero que, ahora, se ven desbordados ante el aumento de la criminalidad.

La dualidad de la situación preocupa en España. Un tercio de las empresas dicen tener dificultades para hallar mano de obra, llegando las cifras al 50% en hostelería y construcción. Un choque que se nota también en el Congreso, pues mientras Yolanda Díaz apuesta por mejorar las condiciones de los trabajadores del sector, Escrivá sigue optando por la llegada de inmigrantes para cubrir vacantes.

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