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Redes No Terrestres (NTNs) para Comunicaciones Móviles 5G y 6G

“Gracias al uso integrado de las NTNs con las redes terrestres, será posible ofrecer conectividad de banda ancha en áreas con peor cobertura, como zonas rurales o industriales”  La telefonía móvil, soportada por redes de comunicaciones terrestres, se populariza en la década de los años noventa y principios de los 2000, incrementando sus funcionalidades (integración de cámaras, videojuegos, posicionamiento y navegación, así como reproductores multimedia) gracias al desarrollo de la tecnología de tercera generación o 3G. En la década del 2010, las nuevas redes 4G ofrecen, a través de los nuevos teléfonos inteligentes (smartphones), servicios de navegación por internet y aplicaciones de mensajería instantánea.  Recientemente, con el despliegue de la tecnología 5G, los nuevos sistemas de comunicaciones inalámbricas permiten mayor velocidad de conexión, menor latencia (o retardos en el acceso a los servicios ofrecidos) y un incremento exponencial en el número de personas (más de 7.000 millones) y dispositivos interconectados entre sí.  Ya se está desarrollando una nueva generación, la 6G, cuyo despliegue tendrá lugar en 2030 y que ofrecerá ventajas a numerosos sectores económicos e industriales (como automoción y medicina) mediante el uso de técnicas de inteligencia artificial (IA), realidad extendida y eficiencia energética. En resumen, vamos a estar conectados a todo, todo el día y en cualquier circunstancia (anything, anytime, anywhere).  Con el objeto de satisfacer todas estas demandas (ofreciendo servicios con garantías de calidad y de continuidad espacio-temporal), los sistemas inalámbricos 5G y 6G se basan en el uso integrado de las tradicionales redes de comunicación terrestre con el segmento no-terrestre (o Non-Terrestrial Networks, NTNs). Las NTNs se definen como redes que proporcionan servicios de comunicaciones a través de plataformas espaciales (satélites) y/o medios aéreos (tales como dirigibles o drones), facilitando plena conectividad a todos los usuarios ‘terrestres’ (incluyendo barcos y aviones).  Las comunicaciones por satélite se…
La tecnología se convierte en aliada de la sanidad y la gestión -y compartición- de los datos generados en los diferentes centros sanitarios mejora los tratamientos y la identificación de patologías y perfiles de pacientes. Analizados la importancia de las redes de datos sanitarios con Inmaculada Pérez, directora de Salud Digital en GMV.  ¿Qué es una red de datos sanitarios?  Los sistemas sanitarios de nuestro país generan a diario una cantidad enorme de datos cuyo tratamiento entraña un gran conocimiento potencial, tanto para la investigación médica como en materia de calidad y sostenibilidad asistencial. Esta capacidad abre las puertas a descubrir nuevas dianas terapéuticas o biomarcadores más efectivos, para detectar enfermedades de forma temprana, mejorar la prognosis o personalizar el tratamiento farmacológico, así como para establecer indicadores de calidad asistencial entre otras aplicaciones.  Sólo en España, además de los 17 Sistemas de Salud autonómicos y del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), según datos del Ministerio de Sanidad, cuenta con 35 institutos de investigación sanitaria acreditados, siete Redes de Investigación Cooperativa Orientadas a Resultados en Salud (Ricors) y 13 plataformas de apoyo a la investigación. Destaca también el Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber), que incluye once áreas temáticas presentes en casi todas las CC.AA.. A la vez, nos encontramos con los sistemas sanitarios de los 27 países que conforman la Unión Europea (UE).  Todo este complejo y enriquecedor sistema sanitario nos lleva, en la era de la Inteligencia Artificial (IA) a enfrentarnos a un ambicioso reto, determinado por la necesidad de acceder de forma compartida a datos que residen en sus respectivos sistemas de salud, lo cual resulta muy complejo. Así, se crean redes de datos sanitarios como respuesta a la necesidad de conectar distintas fuentes de información y compartir datos de salud sin que la distancia o…
Se espera que para 2023 se hayan invertido más de 1.500 millones de euros en adaptar las redes españolas a esta tecnología que alcanzará en ese mismo año a más de 500 millones de nuevos usuarios La tecnología 5G ha sido durante años una de las grandes abanderadas de muchos países y grandes empresas de todo el mundo. Las telecomunicaciones y la banda ancha como es la fibra óptica, han sido y son también una de las principales inversiones de España en lo que a tecnología se refiere. Según Ericsson, más de 510 millones de consumidores se sumarán al carro del 5G en 2023, o al menos comprarán dispositivos que disfruten de esta tecnología. Aquí es donde aparece una de las principales problemáticas de esta tecnología: no depende solo del usuario y su dispositivo, sino de la empresa con la que tenga contratado su servicio tecnológico y sorprendentemente su país. España ha invertido durante los últimos cuatro años una gran cantidad de dinero en este tipo de tecnología. Todo bajo el lema "La red que nos conecta". Un programa bastante ambicioso que pretende que toda España esté conectada a redes de banda ancha para el año 2026. Para ello será necesario tanto la fibra óptica como la tecnología 5G. En el año 2018, el gobierno de España ya movilizó más de 1.000 millones de euros para que estas conexiones pudieran llegar en 2021 a más de cuatro millones de hogares españoles. Concretamente en los presupuestos elaborados en 2021 se destinó un partida de 1450 millones de euros para aumentar los emplazamientos activos de 5G a 14.500. Y es que aunque esta tecnología lleve siendo desarrollada durante varios años, en 2019 tan solo había tres redes 5G en todo el mundo, a diferencia de las cientos de ellas que se pueden…
Si en 2019 existían 353 redes de franquicias operando en distintos países, en la actualidad son 307 las franquicias españolas que se encuentran repartidas por los cinco continentes, lo que supone 46 redes menos y una caída del 13% Las empresas españolas han frenado sus planes de expansión internacional bajo el modelo de franquicias en 2021 por el efecto e impacto del coronavirus, según los datos ofrecidos en el informe 'La franquicia española en el Mundo 2021', elaborado por la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), junto al ICEX España Exportación e Inversiones y la banca cooperativa Cajamar. De esta forma, el sistema de franquicias de España está integrado por un total de 1.381 redes, de las que 1.132 son de origen nacional. En la actualidad un 27,1% de las firmas españolas están implantadas en otros países. El informe también muestra que las franquicias españolas operan en un total de 139 países, y que hasta la fecha han abierto 20.804 establecimientos en mercados exteriores, 1.112 menos que en 2019, lo que supone un descenso del 5%, y confirma que han dejado de tener presencia en mercados exteriores franquicias con poca penetración en el ámbito internacional. "El coronavirus está retrasando cualquier estrategia internacional de nuestras franquicias, pese a lo cual hay algunas marcas que siguen implantándose o creciendo en países en los que tienen esa posibilidad", ha indicado la presidenta de la AEF, Luisa Masuet Respecto a los sectores que lideran la internacionalización, la moda sigue siendo la principal embajadora de las firmas españolas con 80 redes, que suman 9.900 tiendas (el 47,5% del total), repartidas por 127 países. A la moda le sigue la hostelería y la restauración, con 54 enseñas, implantadas en 78 mercados, con 1.481 establecimientos (el 7,1% del total); mientras que en tercer lugar se sitúa el sector…