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Empresas

Cómo un entorno de trabajo saludable mejora la productividad y la competitividad en las empresas

Por Redacción Capital

La OMS otorga un Certificado de Empresa Saludable a aquellas entidades que fomenten un modelo de negocio basado en el bienestar de sus trabajadores

Como cada 7 de abril, este día se conmemora el Día Mundial de la Salud con el objetivo de reivindicar el derecho básico y universal a la salud por parte de cualquier persona. Desde 1950, cuando la Asamblea Mundial de la Salud lo proclamó en reconocimiento a la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta fecha también se ha relacionado con el propósito de generar conciencia sobre distintas enfermedades y fomentar hábitos de vida saludables que aumenten y mejoren la calidad de vida de las personas.

Y es que, si hablamos de salud, no podemos obviar el dato de que más del 30% de trabajadores de empresas opinan que su entorno laboral puede afectárseles seriamente a su salud física y mental, información que se refleja en la VI Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo. Algo que se ratifica desde la Organización Internacional de Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) al estimar que un 8% de los trastornos psicológicos que se producen vienen derivados de situaciones no adecuadas que se ejercen en el entorno laboral.

La riqueza de las empresas depende de la salud de los trabajadores”. Con estas palabras la OMS hace un llamamiento a las empresas con el fin de que instauren políticas que aseguren un modelo de negocio saludable en el que el bienestar de sus empleados se convierta en una de sus prioridades. Lo que les repercutirá a corto plazo en un descenso del absentismo laboral y, sin duda, aumentará el rendimiento y mejorará la competitividad de cada uno de ellos. Para llevar todo esto a cabo, la propia OMS plantea una serie de claves y acciones para fomentar ese entorno de bienestar y premiar así a las empresas que lo cumplan con un Certificado de Empresa Saludable acreditada por la propia Organización Mundial de la Salud.

¿Qué es y en qué consiste un entorno de trabajo saludable?

La OMS define este tipo de entornos como “aquellos en los que los trabajadores y jefes colaboran en un proceso de mejora continua para promover y proteger la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores y la sustentabilidad del ambiente de trabajo”.

Esta organización hace dos diferenciaciones, por un lado, los procedimientos que aseguran que el trabajo físico se desarrolla adecuadamente y con seguridad; y, por otro, los factores que influyen en el área psicosocial de los trabajadores. Precisamente, en las últimas décadas, el enfoque que se tenía por parte de las empresas en cuanto a un entorno de trabajo saludable radicaba, casi en su totalidad, en la salud física. Algo que con el paso del tiempo ha ido evolucionando hasta el punto de llegar a incorporar nuevas políticas de conciliación familiar o desconexión digital, así como promover hábitos de vida saludables, con el objetivo de mejorar el efecto en la salud mental del empleado y generar en él un refuerzo positivo.

Este cambio de postura, por el que cada vez optan más compañías, se basa en una mera realidad, ya que un mal ambiente laboral puede desembocar en un bajo rendimiento y una menor productividad, así como una baja motivación y, como consecuencia, la falta total de compromiso con la propia entidad empresarial. Y es que, la salud de una compañía y la de sus empleados están estrechamente relacionadas y vinculadas entre sí, hasta tal punto que una depende de la otra. Como mencionábamos anteriormente, en palabras de la propia OMS, la riqueza de las empresas depende de la salud de los trabajadores. Por ello, un entorno de trabajo saludable va mucho más allá de una cuestión física, se trata de proporcionar un ambiente abierto, de accesibilidad e inclusión entre todos los miembros del equipo.

Claves para generar espacios de bienestar

La OMS establece cuatro puntos clave sobre los que se formarán los pilares para conseguir espacios de trabajo saludables. Se trata de cuatro ambientes que hay que cuidar: Físico, psicosocial, personal y participativo. Todos ellos confluyen en varios denominadores comunes como la ética, la filosofía y los valores empresariales, así como la implicación tanto de los trabajadores como también de sus propios líderes.

Compromiso y participación por parte de la dirección

El primer paso radica en la importancia de entender que la salud tanto física como psicológica de los trabajadores es vital para el correcto funcionamiento y progreso de cualquier empresa. Y no se trata de hechos aislados, sino de datos contrastados que reflejan esta realidad y que respaldan las ventajas de una nueva cultura enfocada en la salud en el entorno laboral. Una vez interiorizado esto, es el momento de aplicar las políticas correspondientes encaminadas a mejorar esta área y aquí la implicación por parte de la dirección es de suma importancia. Los directivos deben comprometerse y colaborar de forma activa con estos nuevos valores organizativos, ya que estos actos promoverán el compromiso también por parte del resto del equipo.

Implicación de los trabajadores

Si hablamos del compromiso y la participación de la dirección, también es necesaria, por supuesto, la implicación del resto del equipo, ya que son una pieza más dentro de todo el engranaje. Son parte de la cultura del cambio y, como tal, deben tener una participación activa en el proceso y no solo en el desarrollo, sino que es aconsejable que también formen parte de la planificación, así como de su posterior evaluación. Sus opiniones y necesidades deben quedar reflejadas y ser escuchadas también por el equipo directivo, ya que la evaluación y evolución de dichos planes de promoción de la salud serán constantes y sus comentarios ayudarán a marcar pautas de mejora con el fin de conseguir así los objetivos marcados.

La ética empresarial

La ética es una pieza clave en la promoción de los planes de salud de cualquier empresa, puesto que garantizar un buen ambiente de trabajo donde se salvaguarde la salud física y mental de cualquiera de sus trabajadores debería ser su máxima prioridad y ser de obligado cumplimiento. Y no solo debe poner todos los recursos que esté a su alcance para ello, sino garantizar que dichas medidas se cumplan por todos los equipos que la integran.

¿Cómo conseguir la certificación de empresa saludable?

Una vez que se ha trabajado en la creación de un ambiente laboral saludable, las empresas pueden solicitar a la OMS el certificado que las acredite como empresas saludables, lo que les otorgará un notorio prestigio y amplia visibilidad de cara no solo a otras empresas, sino también a la hora de atraer talento que complemente sus equipos. Para poder obtener dicha certificación es necesario cumplir una serie de requisitos y seguir estos pasos:

  • En primer lugar, es necesario contratar los servicios de una consultora especializada en empresas saludables, con el fin de que analice todos los puntos clave que detalla la OMS para su certificación y que, mediante un informe, especifique los aspectos a mejorar o implementar para conseguir un ambiente saludable y de bienestar.

  • Una vez desarrolladas todas sus recomendaciones, es necesario someterse al control de una auditoría para verificar el grado de cumplimiento de las medidas por parte de todos los miembros de la compañía. Esta auditoría está basada en el ciclo de mejora continua y es necesaria para analizar los requisitos de salud, bienestar y participación.

  • En el caso de que sea necesario, se deberán hacer cambios o reforzar departamentos internos si así lo indica y documenta la auditoría. Posiblemente, se trate del paso más complejo por el hecho de tener que implementar las acciones necesarias para dotar a la entidad de una mejor salud laboral, además de establecer la estrategia de comunicación que la empresa llevará a cabo con el objetivo de fomentar el desarrollo de un ambiente de bienestar. Para ello, lo más aconsejable es la creación de un comité interno que coordine con todos los departamentos la práctica de estas acciones.

  • Y, por último, solicitar la Certificación de Empresa Saludable acreditada por la propia Organización Mundial de la Salud, una vez se haya llevado a cabo el proceso para conseguir un entorno laboral de bienestar.

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