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Opinión

Redacción Capital

El “capricho” de los datos económicos

La ministra de Economía hace ahora casi un año que afirmaba que “la inflación es transitoria” y, aunque es cierto que el escenario geopolítico ha cambiado, me sigue sorprendiendo esos mensajes grandilocuentes del éxito español, cuando países como Alemania, Francia, Portugal e incluso Italia, tienen inflaciones que reflejan la capacidad de un país y un gobierno de minimizar su impacto. La realidad es que decir que el IPC de agosto se ha moderado y es como mínimo un nuevo intento de manipular una realidad económica, que no tiene más opciones que la cruda realidad. Las cifras del Instituto Nacional de Estadística son escalofriantes, ya que solo comprar alimentos y bebidas nos cuesta casi un 14% más que hace un año, la cifra más alta desde el año 1994.

Contra este implacable escenario, la preocupación escala continuamente. Según los recientes datos de la Cámara de Comercio de España, nueve de cada diez empresarios ven muy cerca la recesión, pero en los datos que han publicado recientemente llama poderosamente la atención la preocupación de los empresarios por el incremento de costes laborales (34%) y la elevada presión fiscal (31%), y a esto se une las negativas perspectivas para el empleo, que anticipa una ralentización del mercado laboral. De hecho, en esta encuesta los empresarios manifiestan que seguirán contratando, pero a un ritmo mucho menor de lo que han venido haciendo hasta ahora.

Nuestra economía afronta problemas de largo plazo y en cambio, continuamos escuchando relatos que intentando convertir en realidad, lo que no lo es, ya que a fuerza de repetir se intenta fabricar verdades absolutas, y eso en economía no sirve y no quiero dejar de mencionar como ejemplo el caso ERE´s y su impacto económico de unos 679.432.179,09 € y de cómo se pretende influir en la realidad aplastante de una sentencia. Otro relato.

Creo que hay aspectos que se siguen dejando de lado, probablemente fruto de la imperiosa necesidad política de afrontar una próximas elecciones, pero un país, tiene la obligación de tener una perspectiva y estrategia de futuro, y nos estamos olvidando continuamente de los empresarios, y no por serlo sino porque el futuro de España, pasa porque la productividad, porque a la larga, lo es todo, y además, porque el indicador de la productividad es un buen agregador de multitud de indicadores y que reflejarían la evolución de una economía con perspectiva.  La productividad no debería ser un tema de izquierdas o derechas, aunque aquí parece que hablar de productividad es tabú en los partidos de izquierda.

¿hay esperanza para el optimismo?; yo creo que sí. España es un país donde somos muy capaces desde la empresa de remontar situaciones complicadas, e incluso en escenarios como el actual, que la situación se antoja aún más complicada, la voluntad de los empresarios españoles es de admirar, y no es un tema de voluntad, sino como decía Goethe “la voluntad no es suficiente, hay que hacerlo”.

La realidad no son matices, por muchas “palomitas” que nos subvencionan para ver documentales del presidente, sufragados con el dinero de todos.

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