Capital habla este 8M con Suzana Curic, head of enterprise de Amazon Web Services en España y Portugal, quien resalta la importancia de introducir nuevas materias, como la computación en la nube, en los planes académicos de las escuelas
No levantaba dos palmos del suelo y ya decidió que, por encima de todo, sería la heroína de su vida. Lo consiguió: tiene dos hijas, un currículum repleto de éxitos en el sector de la tecnología, telecomunicaciones y medios, una ingeniería industrial y es Head of Enterprise de Amazon Web Services en España y Portugal. Desde este puesto Suzana apoya la transformación digital de grandes compañías en España y Portugal ayudándoles a ser más ágiles, reducir costes tecnológicos y acelerar la innovación a través del cloud computing. Sin embargo, para llegar hasta aquí, ha tenido que sortear muchas curvas. Su firme voluntad de vencer es la que le que le ha dado las victorias.
Mientras impulsa programas desde Amazon para que las niñas apuesten por las carreras STEAM, Suzana Curic celebra el Día de la Mujer con Capital insistiendo en la importancia de introducir nuevas materias, como la computación en la nube, en los planes académicos de las escuelas. Fiel a su pasado, recuerda con nosotros cómo su infancia determinó quién es hoy: “Siempre he sido una persona curiosa y, desde pequeña, me encantaba estar con mi padre en el garaje de nuestra casa en Suecia ayudándole a arreglar la bicicleta que se había pinchado, montar muebles de IKEA o en el huerto plantando fresas de temporada o cortando el césped del jardín".
"Él siempre me decía que me atraían cosas que habitualmente gustaban a los niños, pero yo desde siempre defendía que no era un tema de género y que podíamos tener los mismos intereses independientemente de ser niño o niña. Allí se despertó el interés de aprender cómo funcionan las cosas y preguntar 'por qué'. No sabía en aquel momento que iba a ser ingeniera, pero en el colegio lo que más me gustaba eran las matemáticas y los idiomas. Además, mis padres, que eran inmigrantes, siempre nos animaron a estudiar para poder cumplir con nuestros sueños y tener una vida mejor que la suya”, recuerda ésta.
Tan aficionada al deporte que hace triatlones a nivel amateur, Curic supo muy pronto que el punto de salida hacia el logro es el deseo: “Elegí la rama tecnológica en el bachillerato porque mi profesora de matemáticas y física, en Suecia, enseñaba estas materias de manera divertida y sencilla. En aquel momento no me di cuenta de que ella estaba siendo un modelo para mí y otra compañera. Ambas elegimos la rama tecnológica y éramos dos chicas en una clase de veinte alumnos. Además, las dos teníamos hermanos mayores que habían tomado ese camino y nos sirvieron de referencia y guía en la materia. Pasados tres años tenía que elegir carrera universitaria y la ingeniería industrial era una apuesta segura, dentro de las carreras tecnológicas, ya que abarca muchas materias. Puedes trabajar en muchos sectores y después especializarte en el que más te interese como mecánica, logística, producción, construcción, medioambiente o electrónica”.
A sus cincuenta años la ejecutiva de Amazon no creció con internet, pero hoy es una de las mayores expertas en la nube: “Mi primer ordenador fue un Macintosh Classic compartido entre todos los alumnos de primero, unos 120, en las aulas de trabajo de la Politécnica de Linköping en el año 1991. Recuerdo que tenía una pantalla enana de 9 pulgadas y un 1MB de memoria. El primer ordenador que tuve para mí sola fue ya en un puesto laboral en 1997. Y en cuanto al cloud computing, la primera vez que oí hablar de AWS fue en 2010, en un proyecto de despliegue de video streaming que teníamos entre manos, donde se nos contaba que podríamos usar la nube para subir ficheros y bajar videos según la demanda. Atraída por la cultura de innovación de AWS, comencé a trabajar en Amazon en 2017”.
Su acción fue la pieza fundamental del éxito, pero allanar su camino profesional no estuvo exento de dificultades: “Un año gané un premio, en una de las compañías en las que trabajé, por un proyecto innovador que habíamos desplegado para un cliente y la empresa nos invitó a un viaje con nuestras parejas para celebrar este y otros proyectos ganadores. Yo era una de las pocas mujeres que estaba allí representado a la empresa. Cuando empezó el evento, los organizadores se referían a mi marido como el empleado de esta empresa y el ganador del premio, cuando él era mi esposo y acompañante, no el premiado. Esto no les ocurrió a mis compañeros.
También recuerda que, "al inicio de mi carrera profesional, en muchas ocasiones era la única mujer y no era fácil mostrarse tal y como eras, en lugar de intentar imitar a los modelos masculinos que tenías alrededor. No obstante, estas experiencias me han enseñado mucho y, con el paso del tiempo, aprendes que puedes ser tú misma a la hora de liderar. Por eso, en este día me gustaría decir a las mujeres que pueden lograr cualquier reto que se propongan. Con curiosidad, esfuerzo y dedicación no hay límites. Tienen que confiar en que pueden con todo y más”.
