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Capital Verde

CSIC: Nos dirigimos hacia una gran crisis económica con muchos problemas sociales añadidos

Por Redacción Capital

Antonio Turiel (CSIC): "La oferta va a seguir bajando porque estamos en un proceso de declive inevitable, el precio se volverá a disparar"

Por Jesús López de Uribe

Antonio Turiel es físico y trabaja en el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona del CSIC. Desde hace más de diez años advierte en su blog 'The Oil Crash' que el mundo afronta una etapa de escasez global de materias primas y energía que causará graves inestabilidades económicas y geopolíticas.

En 2020 publicó el libro 'Petrocalipsis: Crisis energética global y cómo (no) la vamos a solucionar' y en él explica el concepto del Decrecimiento que tendrá que afrontar un capitalismo basado en justo lo contrario. En esta entrevista explica cómo ha empezado ya la falta de recursos, explicando por qué se está produciendo el exagerado aumento de los portes marítimos y cómo la época continuada de baja inflación está llegando a su fin.

En tu blog The Crash Oil hablas desde hace diez años del 'Decrecimiento'. ¿Qué es este concepto?

Es, digamos, la disminución del metabolismo de la Sociedad. Un descenso del consumo de energía y materiales, de la producción en general que en última instancia se puede interpretar como un descenso económico tal y como se mide la Economía hoy en día, que es por el valor monetario de todos los bienes y servicios que se producen.

Y es inevitable, viene marcado por procesos geológicos y termodinámicos de la disponibilidad de energía y materiales. Vamos a decrecer sí o sí, no lo podemos escoger. Pero sí es si este proceso es pilotado y organizado, causando el menor mal posible y quede una Sociedad en equilibrio; o un proceso desorganizado, caótico, que incluso puede llegar al colapso de la civilización en muchas partes del planeta. Esperemos que no en todas.

¿Lo estamos sufriendo ahora, viene de largo, la pandemia ha acelerado los problemas que llevas diez años denunciando en él?

Es un proceso, no es un fenómeno puntual, no es como el 11S. No es un problema concreto que pasó un día y ya está. Tiene una evolución larga y ya hemos pasado por varias etapas. Tuvimos la crisis del petróleo de los años 70. Ahora se da un proceso de desesperación porque el petróleo crudo convencional, el viable económicamente, tocó su producción máxima en 2005 y como cada vez hay menos, pero países como China que demandan más, se produce un efecto de retroalimentación en cascada: hay escasez de materias primas, que dificulta fabricar herramientas, y esto repercute en la propia extracción de las materias primas y empieza a faltar más aún porque aumenta la demanda.

Antonio Turiel, Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona del CSIC

¿En qué fase del decrecimiento estamos ahora?

Estamos en el nudo de la Historia: la 'Gran Escasez', que es como denominamos a este fenómeno, empieza a ser evidente. El proceso de descenso no tiene por qué ser rápido: si se pilota correctamente se puede alargar durante muchas décadas. No nos quedaremos de repente sin petróleo, o gas y uranio, sino que se llega al máximo y cada vez hay menos para repartir.

Lo comparo con la situación de una persona a la que le van bajando el sueldo un 5% cada año y no es que no cobre, pero cada vez le va costando más llegar a fin de mes. Lo que sí habrá es fases de aceleración, y de hecho ahora estamos en una de ellas. Tenemos décadas por delante para adaptarnos a una situación que no a ser de abundancia. Está claro es que tenemos que empezar a ponernos las pilas ya.

¿Esto explica tantos problemas de suministro global para la industria?

Ha habido varios factores. Cuando se empieza a reactivar la Economía a lo largo de todo el planeta, tras un parón muy bestia por el mes de abril en verano se produce una reactivación importante y llega a su apogeo en los últimos meses de 2020. En ese momento ciertamente había un problema de cuellos de botella muy significativos debido a que había mucha gente que en su momento la echaron a la calle por ahorro de costes y se encontraron con problemas para encontrar personal; y que restablecer el flujo de mercancías cuesta un tiempo. Este factor ha ido perdiendo peso con los meses.

El problema que hay ahora mismo, es muy estructural. ¿Pero cuál es la causa? No es un problema de satisfacer la demanda porque sube muy deprisa, sino que es el encarecimiento de los transportes por el diésel que afecta al transporte por carretera: hace que los portes sean cada vez más caros y los transportistas han ido puteándose cada vez más y se niegan a mover la mercancía en estas condiciones.

Al principio escasean en el Reino Unido y decimos: "el Brexit". Pues sí, el Brexit aceleró el problema, pero luego te das cuenta que faltan en Estados Unidos (donde supongo que no tuvo nada que ver) y luego empiezan a faltar en Europa y ahora en España también... amenazando con colapsar el país. Y te das cuenta de que está pasando algo muy gordo.

¿Y qué pasa con el transporte marítimo?

Esto también afecta al transporte marítimo. En enero de 2020 entró una nueva regulación de la Organización Marítima Internacional, que obliga a que las emisiones de óxido de azufre de las chimeneas de los barcos tienen que estar más limitadas. Antes los barcos quemaban un chapapote asqueroso con un alto contenido en azufre. Ahora lo que pasa es que los barcos compran en la misma franja de destilados que el diésel. Con lo cual, si hay escasez, es lógico que haya multiplicado su precio por diez porque ahora compiten con los vehículos de tierra.

¿Faltan barcos entonces?

Lo que falta son contenedores y no barcos. De hecho, muchas veces lo que pasa es que los mercantes se colapsan en los puertos. Faltan contenedores porque faltan camioneros para sacarlos de los puertos y no hay una circulación rápida. Además, se ha producido ya un efecto a segunda escala y es que está reduciéndose el acero que se utiliza para fabricar nuevos contenedores.

Hay un problema muy serio y no es por un cuello de botella por exceso de demanda: todo funciona con la misma logística de antes. En Estados Unidos dicen que les faltan 15-20.000 camioneros, literalmente un ejército. No es la escasez de buques el problema, no sabes la cantidad que están esperando frente a los puertos del mundo para entrar.

¿Hablando de aumento de costes, esta inflación es puntual como dicen los políticos o se va a quedar muchos años?

El problema de la inflación está asociado a los precios y el problema cuando empieza la carestía es que es una variable que no tiene un comportamiento lineal. Habrá un momento sin suficiente oferta para la demanda, en que empresas, incluso países, que entren en proceso de bancarrota, dejen de consumir, caiga la demanda y el precio baje.

Pero como la oferta va a seguir bajando porque estamos en un proceso de declive inevitable, el precio se volverá a disparar. El comportamiento va a ser muy volátil, con subidas y bajadas muy fuertes. Vamos a tener picos de inflación, pero lo más importante y significativo no va a ser tanto cuál va ser la inflación de los bienes sino como será el poder adquisitivo de las familias. Como todos estos procesos son de destrucción económica, lo que hacen al final es generar más paro y que la renta disponible vaya disminuyendo; lo que repercute en el sector servicios... y en la Economía en general. Es todo un círculo vicioso.

¿Cómo puede afrontar España esta situación? ¿Nos vamos a una estanflación crónica o qué va a pasar aquí?

Nos vamos a una estanflación crónica, sí. Es inevitable. Mientras no abandonemos este sistema económico que prima el crecimiento será persistente y, además, agravándose. Habrá momentos en los que estaremos muy jodidos: habrá interrupción total en el suministro de algunas cosas. Y claro, si te interrumpen el gas, pues no puedes mantener la red eléctrica en marcha. Es así de simple. Si es el suministro del petróleo, imagínate.

Al final tendremos un problema y habrá que empezar a racionar y en última instancia prohibir el movimiento de vehículos privados porque llega un momento en que no los puedes mantener en marcha. Si lo que falta es el acero, afecta a la construcción y a lo que sea. Si no hay un cambio de paradigma, una comprensión de que es un tema profundo, estructural, vamos a sufrir ciclos perniciosos.

Nos vamos a una estanflación crónica, sí, es inevitable

Esto no tiene ningún remedio: la escasez de materias primas va a ser creciente en los próximos años, progresivo en principio, en algunos momentos acelerará, otros parecerá que calmará, pero no va a ir a mejor. Y con un mercado internacional que va a competir ferozmente por los recursos que quedan, por las migajas. Y encima seremos tan imbéciles que cada vez que veamos una pequeña mejora diremos: “Pues ya, ya se ha acabado”. Pues no.

¿Entonces cuál es el futuro cercano en lo económico con las consecuencias de este decrecimiento?

Pues una recesión económica de la hostia. Sin salir del paradigma económico actual, a lo que vamos es a un decrecimiento de grandes magnitudes y a un problema de inestabilidad social creciente. No hay ninguna duda. Es muy triste, pero es lo que hay. Hasta que no entendamos que hay que hacer cambios mucho más profundos, nos dirigimos a una gran crisis económica con muchos problemas sociales añadidos.

¿Y el sociopolítico e internacional?

Una situación de conflictividad creciente, de revueltas en los países y de guerras por los recursos cada vez más evidentes. Sobre todo, de mucha conflictividad bélica.

¿La 'caída del Imperio Romano' otra vez?

¡Claro! Es que nuestra situación se parece mucho a la decadencia y caída del Imperio Romano. Nos creemos que tenemos una capacidad y una fuerza militar y un vigor que no tenemos. Somos senescentes, pero lo van a intentar. Y además hay que tener en cuenta que no somos el único actor del tablero. ¡Ni siquiera el más importante! Hay que ver qué van a hacer Rusia, China, los Estados Unidos, India... y algunas potencias emergentes en otros lugares del mundo.

¿Conflictividad mundial creciente, eso cómo afectará al Turismo en España?

El Turismo tiene los días contados. Pero además la digitalización y la globalización están sentenciadas. Esa es la otra, todo este proceso está condenado a sufrir un retroceso del copón. Y efectivamente, hay una serie de sectores que son tremendamente vulnerables y que van a ir poco a poco, o no tan poco a poco desapareciendo; y el Turismo es uno de ellos, claro.

No deja de ser un gasto discrecional que tienen las familias si tienen renta disponible, y como justamente lo que va a pasar es que ésta va a disminuir puede llegar a desaparecer de manera muy rápida. Y esto es tremendamente problemático sobre todo para sitios como Cataluña o Baleares. Allí será mortal y lo que hay que hacer es aprovechar estos años para realizar un proceso de adaptación a una situación futura en la que no vas a tenerlo. Y ya sé que es el 14% del PIB, y el 11% de la ocupación, pero...

El Turismo tiene los días contados

¿Y en qué va a derivar el capitalismo, en comunismo para repartir la escasez?

Comunismo no. Es un sistema fracasado, que al final también es productivista, se basa en el extractivismo y al final tampoco funciona. Y además el fracaso de la Unión Soviética en particular, que es el paradigma del hundimiento del comunismo en buena medida es porque ellos tuvieron problemas para su propio abastecimiento de petróleo. Allí se vio cómo chocaron con los límites. No es la solución y en particular además yo tengo una repugnancia natural hacia todos los sistemas políticos en los que no se respete la libertad de opinión y la democracia.

Está demostrado que no es la solución en tanto que no se abandone la idea del productivismo. También el capitalismo puede evolucionar hacia otra cosa en el que ya no necesite el crecimiento y eso podría ser viable. En cualquier caso, lo que hace falta es un sistema en que la satisfacción de las necesidades más básicas se consiga a través de medios y comunidades locales, y eso puede funcionar con diversos sistemas económicos, aunque no creo que haya nadie que tenga una respuesta completa y correcta sobre cómo afrontar este futuro.

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