En la era de los coches SUV y todoterrenos, cuando hablamos de Range Rover tenemos que hablar de la ‘realeza’ del sector. Por historia, diseño, polivalencia y exclusividad, Range Rover es considerado uno de los verdaderos líderes en la historia de los 4x4.
En esta quinta generación del Range Rover se confirman los objetivos ambiciosos de la compañía, dando un paso más en su medio siglo de historia con el primer SUV de altas prestaciones dentro de su clase. Hablamos del summum de la sofisticación. Solamente con posar la mirada en él, uno queda cautivado ante el diseño minimalista, la sobriedad de sus curvas o los bordes ininterrumpidos. Una reinterpretación moderna de la marca, con las inigualables proporciones y presencia que todo Range Rover posee.
Sobriedad y sutileza
Con estas dos palabras queda definido a la perfección el nuevo Range. Un diseño único y disruptivo con sus predecesores, marcado por el minimalismo de su estructura y la uniformidad del conjunto gracias a su borde ininterrumpido. Carrocería esculpida con una aerodinámica perfecta, superficies ampliar y limpias propias de la marca y el toque de innovación palpable en unos focos revolucionarios; son algunos de los detalles que esconde esta reconversión de la filosofía del diseño Range Rover.
Para los seguidores de la marca, este nuevo modelo se puede considerar continuista y a la par rompedor. Se mantienen los 1,87 metros de altura (hay que recordar que a partir de los 1,90 metros pueden tener problemas de acceso en algunos parkings) pero ‘crece’ en el resto de las medidas superando los 2 metros de ancho (2,05 metros) y sumando 5 centímetros de largo (5,05 metros). Unas medidas que se ven aún más incrementadas si nos vamos a la versión larga, con 5,25 metros.
Al acercarnos al modelo, la fisionomía Range es más que evidente con un frontal muy horizontal marcado por la gran parrilla delantera, los faros innovadores… todo muy bien redondeado para mejorar la aerodinámica (algo vital en vehículos de grandes medidas).
Seguimos con el redondeo desde el plano lateral, viendo como esta modificación estructural se lleva a la máxima expresión en la parte superior de las puertas. Se mantiene el tradicional adorno en las puertas delanteras, las manecillas completamente enrasadas (tiradores que se activan y despliegan al acércanos al vehículo gracias a sus puertas de accionamiento eléctrico inteligente), techo contrastado y, finalmente, unas llantas que continúan creciendo hasta las 23 pulgadas.
Pero si hay una parte en el esqueleto del Range Rover que marca la revolución de la compañía, esa es la parte trasera. Se mantienen algunas líneas horizontales clásicas de la marca, pero dándose un cambio radical a través de los pilotos de corte fino.
El maletero mantiene el tradicional portón de doble hoja estando ambas partes completamente motorizadas, al igual que la bandeja cubre equipaje. La parte inferior del portón se puede usar de asiento dada su gran resistencia, existiendo la opción de incorporar un pequeño respaldo desplegable y acolchados en esta parte para mayor comodidad.
Elegancia y personalización al detalle
La firma inglesa quiere que cada coche que se comercialice sea único y así se lo presenta a sus clientes. Con una diversidad de materiales y un proceso de producción que supera las 10 semanas, cada comprador puede dotar a su Range de una personalización única combinando la amplia variedad de materiales disponibles (se calcula que existen más de 1,6 millones de combinaciones de configuración).
El salpicadero mantiene una línea continuista y a la par tecnológica gracias a la pantalla táctil curva y flotante de 13,1 pulgadas que lo preside (eliminando la doble pantalla de sus predecesores y dejando la climatización fuera de la pantalla principal). Un desarrollo tecnológico más que palpable, que consigue dotar a los controles de una funcionalidad y sofisticación formidable. Y para los que no quieren ‘manosear’ la pantalla, este modelo incluye asistente virtual Alexa.
Como todos los modelos de la compañía, el cuidado y la calidad en los acabados es formidable. Madera, cuero, e incluso cerámica son los materiales que conforman un interior premium. Un remanso de paz que permite a los pasajeros evadirse del exterior gracias a su nuevo sistema de sonido con cancelación activa del ruido y sus cristales laminados con aislamiento acústico. El escenario perfecto para relajarse y disfrutar de la conducción, apoyándose sobre unos asientos de tejidos técnicos sostenibles y contemporáneos. Para conmover aún más a los tripulantes, dispone opcionalmente de pantallas individuales en la parte trasera (11,4") con cristal curvo y Full HD de 16:9, controlador de la pantalla táctil para los asientos traseros, sistema de masaje en los asientos, nevera, mesa plegable o luz de lectura para hacer de este espacio una zona de confort envidiable. Analizándolo fríamente, cuesta decidir si en este Range disfruta más el conductor o los tripulantes gracias al espacio único que este coche esconde.
Conducción orientada al confort de marcha
Disponible en múltiples versiones con motor de gasolina (530 CV), diésel (300 y 351 CV) o hibrido enchufable (440 CV y 510 CV), todos los modelos disponen de dirección a las cuatro ruedas de serie, consiguiendo así una mayor estabilidad a velocidades elevadas y una mayor agilidad a velocidades reducidas.
Los motores diésel, de seis cilindros en línea con 3,0 litros de cilindrada y dos turbocompresores, van asociados a un sistema de hibridación ligera con una red de 48 V. El motor de gasolina (P530 desarrollado por BMW, retomando así la vinculación con la marca alemana como años atrás cuando Land Rover fue propiedad de la empresa germana, es un V8 de 4,4 litros de cilindrada, también sobrealimentado con doble turbocompresor, pero sin hibridación ligera. Respecto a las versiones hibridas enchufables (en 2024 también se dispondrá del modelo 100% eléctrico), disponen de una autonomía de hasta 111 km.
Todos los motores van asociados a una caja de cambios ZF de tipo convertidor de par, de ocho relaciones. La tracción es siempre a las cuatro ruedas y la suspensión es neumática. Con un eje trasero direccional de hasta 7 grados de giro, este coche se convierte en el Range Rover con mayor capacidad de maniobra hasta la fecha. El coche dispone de una nueva suspensión neumática electrónica con Dynamic Response Pro (como defecto, la suspensión sigue pecando de demasiado blanda como sus modelos predecesores haciendo que se noten mucho las inercias), incluye tecnología preventiva para conseguir una mayor comodidad de conducción en curvas, y el sistema Terrain Response 2 capaz de adaptar automáticamente el sistema del vehículo a cualquier terreno.
Las ventajas de estos motores se encuentran en la facilidad que dispone este Range Rover para alcanzar velocidades altas en pocos segundos (una potencia capaz de mover las toneladas de peso del vehículo con facilidad) con la gran desventaja del importante consumo de carburante que supone mover a este gigante de la carretera (el motor de gasolina tiene un consumo medio de 11.5 litros / 100 Km).
Para mejorar la visibilidad y seguridad en carretera, el nuevo Range Rover incorpora unos faros LED digitales con un sistema de faros frontales adaptativos y predictivos capaces de seguir la carretera de forma preventiva al emplear los datos de navegación. Un ‘faro en la oscuridad’ para el conductor, capaz de proveer el circuito pese a las condiciones adversas.
Con todo esto, podemos hablar de un 4x4 superclase capaz de adaptarse a cualquier escenario de conducción con dos principios como hoja de ruta: confort y lujo. Un coche diseñado para crear una experiencia única para todos los tripulantes pareciendo casi más un ‘yate de lujo’ sobre ruedas que un vehículo. El nuevo Range Rover enamorará a todos los amantes de la marca siendo una evolución generacional (marcada por los avances tecnológicos y los rediseños minimalistas de la carrocería) adaptada a las necesidades de la conducción moderna.
