Todos hemos disfrutado leyendo los relatos de R. Kipling. Ese mundo del Raj. De los grandes palacios de la India, de los grandes sueños de unos viajeros sin billete de vuelta y donde la fantasía y la realidad se mezclaban en colores y escenarios increíbles. Jaisalmer, en el estado indio de Rajastán guarda muchas de esas sensaciones. La ciudad está situada en la cresta de una roca arenosa de color amarillento y está coronada por el Fuerte de Jaisalmer que con 99 bastiones corona la colina de Trikuta [Tres Picos] de 80 metros de altitud. Cuando se ve un primer atardecer se entiende la causa de su sobrenombre La Ciudad Dorada. Allí se encuentra Suryagarh Palace, un alojamiento de los que se retienen en la memoria del buen gusto. Un espacio de libertad y descubrimiento personal, donde disfrutar del silencio y la cultura india. En este templo se conservan cuidadosamente las tradiciones indias, pero enmarcadas en un contexto moderno para llevarlas a otra dimensión. El hotel, miembro de Beyond Green y de estilo fortificado, cuenta con 90 habitaciones y suites que dan a unas verandas que recuerdan a la arquitectura palaciega, y un spa difícil de olvidar.
Suryagarh, está comprometido con el medio ambiente y trabaja activamente para dejar una huella positiva y transformar el mundo. Es miembro de la alianza I Love Jaisalmer, que busca resolver problemas locales relacionados con el medio ambiente, la educación, la sanidad y la conservación de la cultura y el patrimonio.
Suryagarh se enorgullece de haber iniciado los mayores esfuerzos de limpieza y conservación de Jaisalmer para el Fuerte de Jaisalmer (Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO), el Lago Gadisagar y otras zonas destacadas de la ciudad, a través de una campaña pública que animó a más de 5.000 lugareños a ayudar.
Gracias a eso, educadores y científicos del Instituto Indio de Tecnología se han trasladado a la región para mejorar la educación. Y para quienes buscan empleo en el sector de la hostelería, el hotel ha ayudado a poner en marcha un programa de aprendizaje en toda la región.
También destacan sus iniciativas para apoyar la educación de las niñas y los jóvenes locales, el empoderamiento de la mujer, la igualdad y el espíritu empresarial. Esa dualidad lo convierten en un lugar diferente. La mayoría de los habitantes de Jaisalmer son de la casta Bhatti, principalmente Rajputs, que toman su nombre por un antecesor llamado Bhatti, quien alcanzó gran fama como guerrero cuando su tribu se encontraba en el Punjab. Poco después, ese clan fue conducido hacia el sur y encontró refugio en el desierto indio que se convirtió en su hogar forzado. Por suerte, es un lugar pensado para poder disfrutar.
