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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado este jueves su intención de imponer «en breve» un arancel del 200% a todos los vinos y productos alcohólicos provenientes de los países que forman parte de la Unión Europea (UE). Esta advertencia se produce en respuesta al anuncio de Bruselas sobre un gravamen del 50% aplicado al whisky estadounidense, al que Trump califica como «injustificado». En un mensaje publicado en la red Truth Social, Trump ha denunciado a la UE como una de las entidades fiscales y arancelarias más hostiles del mundo, afirmando que fue «creada con el único propósito de aprovecharse de Estados Unidos». En este contexto, el presidente estadounidense ha dejado claro que si la UE no retira «de inmediato» el mencionado arancel sobre el whisky, se verá obligado a implementar el arancel del 200% «a todos los vinos, champanes y productos alcohólicos procedentes de Francia y otros países representados por la UE». Esto beneficiará enormemente al sector del vino y el champán en Estados Unidos La respuesta de la UE, que anunció aranceles por un valor de hasta 26.000 millones de euros sobre una amplia variedad de productos estadounidenses, se sitúa en el contexto de los aranceles del 25% que la administración de Trump ha impuesto recientemente sobre las importaciones de acero y aluminio europeos. Bruselas estima que los aranceles estadounidenses impactarán en aproximadamente 28.000 millones de dólares, lo que ha llevado a la UE a tomar medidas de represalia que afectan a productos que van desde alimentos básicos hasta marcas icónicas como el whisky Bourbon y las motocicletas Harley-Davidson. A pesar de la presión actual, se espera que las contramedidas europeas no entren en vigor hasta el 1 de abril, debido a que deben cumplirse ciertos procedimientos. Esto deja una oportunidad para que ambas partes busquen…
Centenario de la DOCa Rioja: Mirando al futuro con optimismo La Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja se prepara para celebrar su centenario en 2025, un evento que el presidente del Consejo Regulador, Fernando Ezquerro, define como una oportunidad para «mirar al futuro con optimismo». A pesar de los desafíos que enfrenta el sector del vino a nivel mundial, que ha visto caer el consumo, Rioja ha demostrado su fortaleza y capacidad de recuperación. A lo largo de 2024, la DOCa Rioja logró un incremento en sus ventas, con un aumento del 0,63% en el volumen comercializado, alcanzando más de 240 millones de litros frente a los 238 millones del año anterior. Este crecimiento se produce en un contexto donde el consumo global de vino está en declive, lo que destaca la resiliencia de la marca. Rioja sigue siendo un valor de referencia en el mundo vitivinícola La Denominación concentró el 30% de la facturación nacional de vino de calidad y el 40% de la facturación de la exportación de vino de calidad, alcanzando un volumen de negocio cercano a los 1.500 millones de euros y atrayendo aproximadamente 880.000 visitantes a sus más de 200 bodegas. Un legado histórico con futuro prometedor Ezquerro y su equipo destacan la relevancia histórica de Rioja, que cuenta con raíces que se remontan a más de 2.000 años y un desarrollo notable desde la creación de su primera normativa en 1928. A través de hitos como el reconocimiento como Denominación de Origen Calificada en 1991 y la «Revolución Blanca» en 2008, la DOCa ha avanzado significativamente en la calidad y diversidad de sus vinos. El director general del Consejo, Lapuente, enfatiza que «Rioja ha resistido mejor» ante los problemas del mercado actual, lo que no solo refuerza la confianza en la Denominación, sino que…
“Nos lo tenemos que creer”. Esta expresión, un poco victimista, se repite desde hace años en el sector del vino, pero no terminamos de definir lo que nos tenemos qué creer: si la relación calidad/precio, si el valor de nuestros graneles, si la diversidad climática de nuestros viñedos, si la importancia del vino ecológico o la media ponderada excelente de esa calidad tan fácil de medir por paisajes, guías de vinos o la aplicación de la innovación en nuestras bodegas.  Otra cosa es medir la ‘espiritualidad’ de los vinos más tradicionales o la de los nuevos vinos naturales como tendencia ancestral y contrariedad para nuestros vinos ecológicos, con aval del Ministerio de Agricultura. Estábamos en esta interpretación subjetiva, o más bien en piloto automático, cuando se presentó el último informe 2023 de “La relevancia económica y social del sector vitivinícola en España”, encargado por la Interprofesional a Analistas Financieros Internacionales (AFI) para darnos datos y luz.   Este galimatías para profundizar en nuestra falta de orgullo o en la comprensión de la calidad la aportaba la directora de la Interprofesional del Vino de España (OIVE), Susana Dolla, cuando decía que no había otro objetivo prioritario que creernos de verdad que somos líderes, pero para ello hay que reivindicar el valor el vino español, y para eso hace falta medir los intangibles del vino, esos valores.  ¿Y cómo se miden esos valores que podemos poner en una lista interminable? Que se lo pregunten al turista que visita España, que le gusta principalmente comer, beber, la calidad de vida, la fiesta… Y, entre las bebidas, que no le quiten el vino. Es un relato muy naif que a nosotros no nos gusta tanto, porque pensamos que nos banaliza, como el hecho de que a los organismos les cueste denominarnos como un país de…
La historia de Marqués de Murrieta se remonta a mediados del siglo XIX, con la figura de Luciano Murrieta, fundador de la bodega. Este joven militar, nacido en Perú, de padre vizcaíno y madre criolla, decide comenzar en 1848 la elaboración de unos vinos capaces de perdurar en el tiempo, con el propósito de crear en La Rioja un legado vitivinícola internacional a la altura de los vinos de Burdeos y Jerez. Implantando en la zona de viñedos riojana el método Médoc empleado en Burdeos, Murrieta consigue convertir un producto hasta la fecha puramente alimenticio y perecedero en un placer hedonista capaz de pervivir por periodos más largos.  La primera cosecha de Rioja (el primer ‘vino fino’) se elaboró en 1852, exportándose 50 barricas a Cuba y otra tantas a México con el propósito de comprobar la estabilidad de estos vinos tras viajes trasatlánticos. Nunca se supo qué pasó con los vinos enviados a México, pero la gran acogida de las barricas enviadas a Cuba animó a Luciano a presentar sus vinos en distintas exposiciones internacionales, comenzando así la carrera exitosa de la bodega. Pese a fallecer sin descendencia, el legado de Marqués de Murrieta continúo ligado a la familia, al ceder todas sus pertenecías a José Manuel de Olivares y Bruguera, sobrino de Luciano.   La historia de Marqués de Murrieta siempre ha ido ligada a la aristocracia y a la nobleza española, siendo Vicente Cebrián Sagarriga, décimo conde de Creixell y empresario de origen gallego, quien tomase el testigo de la bodega en 1983. Vicente comienza un ambicioso proyecto de renovación que continuarían sus hijos Vicente Dalmau y Cristina; con un proyecto comercial y un plan de enoturismo que han colocado a Marqués de Murrieta como referente internacional por su excelencia y calidad.   Este año, la familia cumple 40…
Cuatro mujeres sumilleres están en cuatro restaurantes muy conocidos y muy diferentes de la capital de España. Entusiastas de su trabajo y enamoradas de todo lo que rodea al mundo del vino, nos cuentan sus vivencias profesionales María José Huertas (Casino de Madrid)  Llegó hace 22 años al restaurante del llamado entonces La Terraza del Casino de Madrid en el que Paco Roncero estaba y está al frente de la cocina. Su tarjeta de presentación fue su título de Ingeniero Agrícola y su gusto y atracción hacia el mundo del vino. Posteriormente, viajó, aprendió, estudió y cató muchos vinos.  Su presencia como mujer sumiller en el restaurante del Casino de Madrid marcó un hito. ¿Usted cómo lo vivió?  Nunca tuve ningún problema, al contrario, estoy eternamente agradecida al apoyo de la prensa especializada. He trabajado mucho y con honestidad y al final es como más te hace respetar. Y también es importante reconocer los errores y asumir que lo has hecho.    ¿El tipo de restaurante influye en la elaboración de la carta de vinos?  Sí, influye, como también influye estar en una zona más cálida o más fría. Toda carta de vinos tiene que tener unos requisitos y representar las zonas vinícolas más importantes del mundo y aquellas más pequeñas, pero que están en ebullición.   ¿Cómo es la carta de María José Huertas?  Me baso en el terruño. Es decir, hay un terreno, unas variedades de uva y un clima, yo separo la carta por zonas, más frescas o más cálidas. Eso ayuda mucho a explicarle al cliente el tipo de vino que le podemos ofrecer.  Es fundamental transmitir el placer, una buena comida sin un vino armonizado con los platos no estaría completa María José Huertas (Casino de Madrid) Muchas veces se utiliza un lenguaje muy técnico de las…
La bodega ha registrado un crecimiento del 30% con respecto al año anterior y su objetivo es seguir en esa dirección  La bodega es también una oda a la uva Verdejo, conocida por su piel gruesa y su resistencia a condiciones climáticas adversas   En el corazón de la provincia de Valladolid, en la pintoresca localidad de Serrada, se encuentra una joya enológica que se remonta a épocas inmemoriales, la bodega Diez Siglos. Un rincón vinícola en el que el tiempo parece haberse detenido, un faro que ilumina el pasado, presente y futuro de España, combinando la herencia vitivinícola de la región con la innovación y la excelencia en la elaboración del vino.  Diez Siglos, que pertenece a la zona norte de la Denominación de Origen Rueda, es el sueño de 65 viticultores que supieron rodearse de expertos para elaborar vinos de gran calidad que, a pesar de su corta existencia, han logrado un gran reconocimiento nacional e internacional. Su filosofía es la pasión, tradición por el vino y el respeto por la tierra, señas de identidad que se entrelazan en cada botella. “Nuestra bodega es un proyecto relativamente joven, pero con un bagaje extenso que nace en 2009, ante la inquietud de un grupo de enamorados del vino y la tierra con un claro espíritu de mantener vivo el legado de cientos de años de una de las variedades más apasionantes de España, la variedad verdejo”, afirma Antonio De Íscar Martínez, Presidente y Consejero Delegado de Diez Siglos.   La bodega es también una oda a la uva Verdejo, variedad que ha encontrado en estas tierras su hogar definitivo. Conocida por su piel gruesa y su resistencia a condiciones climáticas adversas, sus atributos la hacen ideal para prosperar en este lugar en el que el tiempo se ralentiza. Esta variedad…
En el acogedor pueblo marinero de Cambados, capital del vino albariño, se sitúa un palacio de principios del siglo XVII en cuyas señoriales salas se salvaguardan algunos de los mejores caldos de las Rías Baixas. Desde comienzos del siglo XX, las salas renacentistas de este Palacio de Fefiñanes actúan como sede de las bodegas pioneras del albariño. La solemnidad del palacio, declarado Bien de Interés Cultural, se fusiona con las modernas instalaciones escondidas tras los muros de granito. Un ‘corazón de hierro’ dentro de una estructura de piedra, capaz de elaborar unos albariños situados a la vanguardia de los vinos de calidad de Galicia. La historia vitivinícola de esta bodega se remonta a los tiempos de Miguel Gil Casares, médico de Santiago de Compostela. Tras contraer matrimonio con Joaquina Armada Losada, Miguel decide explotar y comercializar los viñedos del palacio heredado por su mujer y, en 1928 da el primer paso con el registro de la marca y la etiqueta. Una etiqueta vanguardista y atemporal, diseñada por el grabador, joyero y azabachero compostelano Enrique Mayer, que se mantiene intacta en las botellas del Albariño de Fefiñanes actuales. Consiguiendo, en apenas un año de actividad, el reconocimiento de su albariño en la Exposición Internacional de Barcelona 1929-1930. En la actualidad, la bodega continúa residiendo en el palacio, habiéndose incorporado a las sobrias salas de gratino y madera la modernización a través de la robotización de los sistemas en acero inoxidable. Las antiguas habitaciones de los criados y sirvientes son la actual zona de fermentación en la que descansan cientos de barricas de roble francés de Allier, pudiéndose aún ver las antiguas barricas de castaño gallego (ya en desuso) almacenadas en las antiguas caballerizas del palacio. Hoy en día, los mandos de la bodega residen en Juan Gil de Araujo, nieto de…
Arturo y Kike (Artuke), el futuro de La Rioja alavesa en manos de jóvenes viticultores empapados de la tradición e historia familiar Pese a ser una familia vitivinícola ‘reciente’, si la comparamos con grandes históricos del panorama nacional, la bodega Artuke ha conseguido posicionarse en un mercado más que competitivo gracias a la calidad de sus vinos. Sus inicios se remontan a 1991, cuando Roberto de Miguel decidía dejar de vender las uvas cultivadas en los terrenos de Baños de Ebro (comprados por su padre Miguel Blanco en 1950) para empezar con la preparación de sus propios vinos. Una andadura profesional a la que se sumarían en pocos años sus hijos Arturo y Kike (los ‘culpables’ del nombre de la bodega, resultado de la unión de ambos nombres).  A día de hoy, la bodega cuenta con 31 hectáreas de cultivo distribuidas en 70 parcelas diferentes repartidas entre su tierra natal Baños de Ebro (en La Rioja alavesa), viñas viejas en Samaniego y San Vicente de la Sonsierra; e incluso en Ábalos. Esta nueva generación de viticultores riojanos (pioneros del movimiento ‘Rioja’n Roll’, con un férreo compromiso por el terruño y la elaboración de vinos con identidad), mantienen la filosofía de trabajo tradicional heredada de sus ancestros, pero con un especial cuidado del entorno a través de la elaboración ecológica.  Sanar lo viejo y sumar lo nuevo Arturo y Kike decidieron hace más de una década reinventar la bodega y sus cultivos, incorporando a los viñedos de plantación en copas (un tipo de cultivo tradicional que ofrece una elevada resistencia a sequias y condiciones climatológicas extremas) una importante innovación biodinámica. Una apuesta ecológica, dando una nueva vida a ‘viñedos abandonados’. Fue un trabajo sacrificado, al suponer una mayor atención y cuidado (han de visitar los viñedos cada cinco días en lugar…
Mauro es sinónimo de vinos con personalidad. Un calificativo diferenciador que refleja el carácter, fuerza y sabor que estos caldos ofrecen en el paladar En 1980, Mariano García colocaba la primera piedra del proyecto de la familia García con la creación de Bodegas Mauro. Un proyecto enclavado en el curso medio del río Duero, en la villa castellana de Tudela, dedicado a la elaboración de vinos arraigados a la tierra y con vocación de guarda. Desde entonces, los caldos de las bodegas Mauro se han posicionado entre los más destacados vinos del mercado gracias a su calidad, cuidado, envejecimiento, equilibrio e identidad propia. Las bodegas Mauro, cuyo nombre nace como homenaje al padre del fundador, supusieron la primera de la actual trilogía de bodegas de la familia García. San Román Bodegas y Viñedos fue la segunda creación en 1997 en la Denominación de Origen Toro, y, completando la saga, en 2014 nacía Garmón Continental enclavado en plena Ribera del Duero. Una trilogía que también cuenta con nuevos proyectos emergentes, como la pequeña colección de viñedos en la montaña leonesa, dedicados a la selecta producción de Mauro Godello, y la bodega riojana Baynos, situada en Baños de Ebro. Un nuevo proyecto de 8 hectáreas enclavado en la Rioja alavesa en el que la casa tradicional, situada sobre una antigua necrópolis romana del siglo II, refleja a la perfección la fusión de tradicional y renovación que impera en todas las bodegas de la familia García. En la actualidad, bodegas Mauro cuenta con 100 hectáreas de viñedos en Tudela de Duero y Traspinedo, donde las características del suelo arcilloso-calcareo permiten que las viñas se asienten con firmeza facilitando las labores de labranza y filtrado. En las vides, la variedad protagonista es tempranillo, que se cultiva junto con la syrah, que aporta frescura y…
Familia Gil, en sus más de 100 años de historia, suma 11 bodegas repartidas por todo el país La historia de las bodegas Familia Gil comienza en 1916, cuando su fundador, Juan Gil Jiménez, de oficio picapedrero, decide cultivar vides para vender vino a granel en plena Guerra Mundial. Unas vides que supusieron la primera piedra en la edificación de las Bodegas Juan Gil. Con el paso de los años, los herederos de Juan Gil mejoraron y consolidaron la bodega del fundador aplicando los conocimientos tradicionales del oficio y convirtiendo a la misma en todo un referente en Jumilla (Murcia).  Con el salto al siglo XXI, la cuarta generación asumió el rumbo de la bodega, siendo un punto de inflexión en la historia del grupo Viñas Familia Gil. En primer lugar, porque los vinos de la bodega dieron el salto a Estados Unidos, y, en paralelo, la familia Gil desarrolló una fuerte estrategia de crecimiento en España. La conquista de España Dentro del territorio español, a la bodega matriz Juan Gil situada en Jumilla se le sumaron otras diez bodegas repartidas por las principales denominaciones de origen del país: Juan Gil (D.O.P. Jumilla): Los viñedos pioneros de la bodega están situados entre 700 y 850 metros de altitud, sobre un suelo pedregoso y pobre de nutrientes que, sumado a las duras condiciones del clima, provocan que la producción de cepas sea baja, con frutos pequeños, pero de gran concentración. En el año 2002, tiene lugar la primera ampliación con la creación de las bodegas El Nido (D.O.P. Jumilla), a 10 kilómetros al norte de la ciudad de Jumilla. Cellers Can Blau (D.O. Montsant): esta bodega supuso el primer proyecto de expansión más allá de Murcia (2005). Situados en los valles arcillosos de la sierra del Montsant, en la comarca de…