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Revista Capital

Elvira Rodríguez: "Este Gobierno nos está llevando a la ruina"

Por Redacción Capital

Cuando hablamos con Elvira Rodríguez, está leyendo de nuevo la Ley de Estabilidad Presupuestaria “para discutir el nuevo invento de la ministra de Hacienda. Este Gobierno nos lleva a la ruina más absoluta”, sostiene. La ex secretaria de Estado de Presupuestos y Gastos en la época de Cristóbal Montoro no puede entender que la cláusula de escape de la UE, que permite rebasar el objetivo de estabilidad sin ser expedientado, incluya que la senda de déficit no pase por el Parlamento. “Podemos tener el 7%, el 9%, el 11% de déficit… Tendrás que traerlo al Parlamento para que lo apruebe. Forma parte del control del Congreso sobre el Ejecutivo, pero parece que quieren aprobarlo a la torera. No tienen tiempo. Se han retrasado y no quieren ese debate”.

¿Cómo ve la gestión del Presupuesto?
María Jesús Montero habla y habla. No sabes qué dice y qué quiere decir. El techo de gasto no se aprueba desde la última modificación, pero la senda de déficit sí. En la senda de déficit, soportada por un cuadro macroeconómico, se marca el objetivo por sectores, que es el resultado final; en este caso, gasto menos ingresos igual a déficit. Sirve para confeccionar el Presupuesto. Es lo que da el techo de gasto. No sé por qué han salido por aquí y no quieren someterlo a votación. En febrero nos había traído de golpe el escenario de techo de gasto de 2020 y 2021. Fue estrambótico: antes de caernos la liquidación del año anterior, sin informe de la UE… Votamos en contra por las cuestiones técnicas y lo poco que nos explicaban. Son los reyes de la opacidad. La secretaria de Estado no informa en el Congreso acerca de cómo va la liquidación. Les da igual todo en esta materia.

¿Cómo ve el panorama antes de la llegada de los fondos europeos?
Europa está discutiendo el reglamento para la utilización de los fondos de recuperación y resiliencia. El Parlamento ha puesto enmiendas que endurecen el control. La CDU apoya esas enmiendas. Entre ellas hay una que señala que no pueden ingresarse fondos europeos en el Presupuesto. Son fondos afectados. Tendrían que ir en un presupuesto paralelo. Hay otra que dice que los fondos se tendrían que aplicar en proyectos que generen valor añadido europeo, no sólo en el país: inversiones transfronterizas, etc. Siendo como son ingresos afectados, han de ir en un presupuesto paralelo. Son fondos de financiación, no de tesorería: tienen que servir para gastos específicos, no para gastos normales de un presupuesto absolutamente tocado en gastos estructurales. Con ese dinero no se va a arreglar. Los fondos europeos de recuperación, no de reconstrucción, tienen un objetivo loable: hacernos más resistentes para crisis futuras.

¿Cómo ve que se está avanzando?
En octubre hay que presentar un plan nacional de reformas: unas líneas muy genéricas. En abril hay que presentar los proyectos. Europa tiene que darnos el visto bueno. ¿Va a ser capaz nuestro Gobierno? Anteayer (la entrevista se realizó el 2 de octubre) adjudicaba a EY la ayuda para diseñar los proyectos. El miércoles dijeron que habría que cambiar las normas para que las ayudas fueran eficaces. Supongo que se referían a la Ley de Subvenciones, porque quieren hacer ayudas directas. Las ayudas directas a empresas han de estar sometidas a concurrencia y transparencia, según la Ley de Subvenciones. A ver qué cambios plantean. Son capaces de aprobarlas por vía de urgencia, y hacer lo que hicieron con las subvenciones de investigación durante el estado de alarma. Se saltaron todas las normas y tendrán que dar cuentas. Si lo han hecho mal y no han tenido control, el Tribunal de Cuentas puede decretar el reintegro, y el Tribunal de Cuentas es una máquina imparable.

¿Tiene esperanzas en las ayudas?
Esperemos que sirvan para generar crecimiento. Es la única manera de que las cuentas públicas puedan sacar cabeza, porque están desastrosas. Ya lo estaban antes de la pandemia. Somos el único país con déficit primario (descontando los intereses). Ni siquiera Portugal y Grecia lo tienen. Contamos con un déficit estructural muy alto: más o menos del 3%.

¿Es el momento de incrementar el gasto?
Depende del incremento que se plantee. No sé si este es el momento más oportuno para resolver la gratuidad de las guarderías de 0 a 3 años, o para implantar el ingreso mínimo vital como un gasto estructural. No digo que no salgas con ayudas estructurales. Son las que han dado lugar a la cláusula de escape, y todos estamos de acuerdo en que no hay que dejar a nadie atrás. Pero una cosa es esa y otra es cambiar la política social con subvenciones y ayudas a todo tren, sin contrastar su relación con el crecimiento y el empleo. El BCE puede cerrar en cualquier momento el grifo de los bonos pandémicos. La prima de riesgo subiría 300 puntos y, con la deuda al 120-125%, no habría ni para pagar las nóminas.

El problema es que el ciudadano “compra” este mensaje populista.
Claro: me das la paguita y no me des un puesto de trabajo. En el último real decreto ley de teletrabajo se ha quitado el requisito de buscar trabajo para poder recibir el ingreso mínimo vital. Eso nos convierte en Venezuela, y más pronto que tarde, en un país arruinado. Se paga todo con deuda. Subimos los impuestos. El que la sanidad privada o la educación no paguen IVA hacen más barato el servicio a quienes lo utilizan. ¿Qué van a hacer? ¿Subir el 20% de buenas a primeras las guarderías privadas, que ya cuestan un dineral?

El Gobierno lleva tiempo vendiendo que el Estado del Bienestar sólo puede mantenerse subiendo los impuestos. ¿Qué opina al respecto?
El Estado del Bienestar sólo puede pagarse en un país rico. Para serlo la economía tiene que crecer, y hay que estar en una situación muy buena de empleo. Es lo que hay que buscar y lo que hay que conseguir. Si el PIB y los puestos de trabajo crecen, las bases tributarias pueden ampliarse, la recaudación aumenta y puede pagarse el Estado del Bienestar. El actual Gobierno quiere hacerlo al revés. Se vio en la Comisión de Reconstrucción.

¿Sirvió para algo la comisión de reconstrucción?
Para nada. La política tributaria, por ejemplo, la incluyeron en políticas sociales, cuando había un grupo de reactivación económica. Ahí es donde decían que estamos ocho puntos por debajo de la presión fiscal europea, y que subiendo la presión fiscal se cubre la política social que necesitamos. El problema es cómo lo subes. Dicen que paguen los más ricos: ¿saben cuántos son? O que paguen las empresas, que están a cero beneficios. Esta política puede llevar a la deslocalización, y eso supone pérdida de puestos de trabajo, menos impuestos y más gastos de desempleo para el SEPE. Y luego los convertirán en vulnerables.

Tampoco les gusta que comunidades como Madrid tengan los impuestos bajos.
Van rascando. Se quieren cargar la autonomía tributaria de las comunidades. Hay regiones que han decidido gastar en prestaciones para sus vecinos. Madrid ha escogido tener los impuestos más bajos. Cuenta con el IRPF más bajo de España. No es deslealtad tributaria: es ejercicio de la autonomía. Si quieres cambiar las reglas del juego, tienes que reformar la LOFCA, que es una ley orgánica. Implica poner patas arriba el sistema de financiación autonómica. Para eso necesitas tener una situación holgada de recaudación. Con la recaudación cayendo como estamos, no hay manera de tocar el sistema de financiación autonómica. Hay un run run que persigue sólo a Madrid y no a otras comunidades que están en la misma situación. Luego dicen que quieren quitar los beneficios fiscales. El gobernador del Banco de España les preguntó si sabían de lo que hablaban. El dinero para financiar todo lo que dicen sólo puede venir del IVA y el IRPF. Son los que tienen las bases masivas, y eso implica que lo paga la clase media.

¿Y los ricos?
Con el grupo más alto no se recauda nada, y se corre el riesgo de que se deslocalice. Pueden irse a Portugal, que les acogerá con los brazos abiertos. También son de izquierdas, pero están haciendo justo lo contrario que aquí.

¿Cree que habrá Presupuesto o se prorrogarán otra vez los de Montoro?
Según la ley, al no haberse presentado antes del 1 de octubre, ya tendrían que prorrogarse. Tendrían que acelerar el procedimiento, pero, según mi experiencia, ya no llegan. Se pierde un mes en aprobar un presupuesto, en el debate a la totalidad… Es un trámite complicado, laborioso, minucioso, muy reglado… Todo eso, si no se lo saltan. Ya han acortado plazos con la senda de déficit, que es un derecho legal del Parlamento. Forma parte de la aprobación del Presupuesto. En cuanto a Montoro, los Presupuestos ya no se parecen en nada a los suyos. Tienen algunas restricciones, pero ya han hecho algunos decretos ley saltándose la norma de financiación dentro del escenario presupuestario. Con el fondo de contingencia ya han dicho que determinadas partidas se financiarán con deuda, y eso significa que ya ha saltado por los aires el techo de gasto global.

¿Cómo enfocaría los Presupuestos si estuviera en su mano?
Hay que revisar muchos gastos y no incluir nuevo gasto estructural. Hay quien piensa que esto es el chocolate del loro, pero no lo es. Dejaría los ministerios en once o doce, no en veintidós. Cada vez que tienen un centro de gasto, gastan, y si no, se lo inventan. Todo es gasto social, pero no tenemos dinero. Se recibe la renta básica sólo por vivir, tenemos un desempleo salvaje… Me pareció un insulto que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, dijera recientemente que hemos tenido unos datos históricos de empleo. Hay que generar empleo y reducir gasto superfluo, pero le tienen inquina a las empresas y van a por quien invierte e innova. Hay que tener cuidado con los gastos estructurales. Testear con el Ministerio de Economía o Hacienda qué genera crecimiento. Y hay que elegir muy bien los proyectos para aplicar al dinero europeo. Que no sean como las rotondas, en las que el empleo se acaba cuando está terminada.

¿Qué más piensa que se podría haber hecho en este tiempo?
Se podrían haber aprovechado los ERTE para dar formación a las personas y hacerlas más empleables. Tienen financiación europea. Hay empresas que dicen que no encuentran el talento que necesitan. No sé si ahora sería muy complicado hacer las bajadas coyunturales tributarias. Se tendrían que haber hecho como en otros países de Europa. Emplearlas para reducir los costes de las empresas mientras estaban hibernadas por el Covid. Habría que haber tenido más cuidado con tener en vilo a las empresas con lo que ocurría con los erte. Si cierran las empresas, será muy difícil que vuelvan. Por último, no soy partidaria del presupuesto cero, pero hay que ver el por qué y el para qué de cada partida del presupuesto. Está claro que cada gasto público tiene un cliente y, cuando ajustas, puede removerse. Pero hay que ver cómo se puede ser más eficaz y eficiente. También con la Administración. Cada secretario de Estado lleva aparejado cuatro asesores, dos secretarias, un coche, dos conductores, policía de escolta… Al menos, en mis tiempos. Con el CORA se hicieron muchas cosas, y se pueden seguir haciendo muchas más.

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