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Directivos

Miguel Sanz (Turespaña): "Cada turista que llegue a España debe mejorar la vida de los españoles"

Por Redacción Capital

Por Mónica Maldonado y Borja Carrascosa.

La economía española tocó fondo en 2020, y el turismo, uno de sus principales propulsores, se llevó el golpe más duro. La escalada de la vacunación, que evoluciona en perpendicular respecto al número de contagios, abre un nuevo horizonte para una industria clave en la capacidad de crecimiento de España. El paso atrás provocado por la pandemia servirá para espolear la creatividad del líder turístico mundial, que entra en fase de recuperación. Miguel Sanz, director general de Turespaña, cumple un año al frente del organismo dependiente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, y analiza con Capital el presente y el futuro del negocio: “Somos los líderes y tenemos que inventar el turismo del futuro. Tenemos que dar un mensaje de optimismo”, afirma.

A corto plazo, llega el verano, un periodo clave para mejorar la salud financiera de la industria. Sanz resalta que es una época “muy importante para el turismo global en todo el hemisferio norte, nos jugamos mucho. La reactivación de la movilidad internacional es fundamental, y no sólo la europea, sino la de otros mercados como Rusia, EE UU o Latinoamérica”.

A nivel comunitario, el desarrollo de unas “reglas del juego” comunes para todos resulta fundamental. El desarrollo e implantación del certificado digital en junio, “restablecerá el tráfico entre países europeos”, resalta Sanz. “Tenemos que vencer la resistencia de los ciudadanos europeos a viajar fuera de sus fronteras”, señala, y también hace hincapié en que “hay países extracomunitarios con una situación epidemiológica en clara mejoría, como es el caso de Reino Unido”.

Reactivación rápida, estable y sostenible

El director general de Turespaña urge a “recuperar la actividad turística lo antes posible”, ya que de la salud financiera de la industria depende “encarar el final de 2021 y el conjunto de 2022 en otra situación”. “Tenemos que evitar los dientes de sierra”, insiste Sanz, que añade un nuevo factor al sector turístico: la sostenibilidad que hoy en día todo lo envuelve a nivel corporativo e institucional.

 “Si no hay rentabilidad, no hay sostenibilidad. Buscamos un modelo de turismo sostenible en lo medioambiental y en lo social, y rentable en lo económico”, revela Sanz. Tras perder alrededor de 72.000 millones de euros en ingresos -según el Instituto Nacional de Estadística (INE)- por gasto del turismo extranjero en 2020, el 80% de lo que facturaba el ejercicio precedente, Sanz revela que “tenemos una falta de demanda que tenemos que cubrir”.

 “Turismo de calidad equivale a turismo rentable”, señala el director general de Turespaña, y lo ilustra con un ejemplo. “No es lo mismo que un día vengan a Madrid tres turistas alemanes, que un alemán venga tres días distintos. Normalmente, los tres primeros harán casi lo mismo, pero el que viene en tres ocasiones diferentes, hará algo distinto. Esto favorece la distribución del gasto”.

El impacto del turismo y la marca España

Sanz insiste en la ecuación entre rentabilidad y sostenibilidad al señalar que “no buscamos sólo un turismo que deje mucho dinero, sino aquel cuyo impacto sea positivo en las variables de sostenibilidad”. Y la sostenibilidad, además de ser respetuosa con el medio ambiente, también tiene un fuerte componente social que “modela la forma de vida que tenemos”.

El director general de Turespaña va más allá, y señala que “cada turista que llegue a España debe mejorar la calidad de vida de los españoles”. Para ello, “la marca turística España necesita el esfuerzo de todo el país, es una labor de todos cuidarla”. “Ocupamos un territorio emocional, sobre todo en Europa, que nos convierte en sinónimo de vacaciones”, insiste Sanz.

“Somos los líderes vacacionales del mundo, tenemos que imaginar y modelar cómo va a ser el turismo del futuro. España es la marca turística más poderosa del mundo. La mitad de las personas que nos visitan, ya ha estado aquí más de diez veces”. Con estas palabras, Sanz aglutina una serie de cualidades que provocan que nuestro país sea una referencia a nivel nacional.

Y resume: “Tenemos más hoteles por ciudadano que la mayoría de los demás países del mundo, mejores infraestructuras de transporte que la media del resto del planeta, mejores infraestructuras de restauración y gastronómicas… Como consecuencia de ser un país turístico”. Y estos valores de la marca España en el exterior “no se han visto desgastados por la pandemia”. Y estos valores de la marca España en el exterior “no se han visto desgastados por la pandemia”, señala Sanz, que también aplica al sector turístico español otra de las calificaciones de “moda” durante la crisis: la resiliencia.

Diversificación del modelo turístico

En la línea de lo anterior, Turespaña maneja encuestas, especialmente a través de las consejerías de turismo, que indican, según Sanz, que “el nivel de deseabilidad de España entre los extranjeros es muy alto, especialmente entre los europeos”. Con estos mimbres de percepción y reputación, y sobre la base de la colaboración público-privada con los “intereses comunes del sector”, el director general de Turespaña aboga por expandir el modelo de turismo de España.

“Somos el destino más desestacionalizado del mundo en sol y playa, y no debemos renunciar a nuestro liderazgo. Tenemos que fortalecerlo”, señala Sanz. “La oferta turística, fuera de este periodo estacional, debe ser compatible con la estación invernal”, insiste. “No podemos depender sólo de la climatología”, revela el director general de Turespaña. En este contexto, y aprovechando que “la cultura española es muy diversa”, aparece el turismo interior. “Tenemos que mejorar nuestro posicionamiento como destino urbano”, señala Sanz, ya que “la mayoría del turismo se produce en el litoral, en las islas y en algunas de las grandes ciudades”. “La estacionalidad en los destinos urbanos es casi inversa a la de sol y playa”.

Cuando uno es líder, revela el director general de Turespaña, “mirar hacia atrás te puede hacer perder el ritmo”. No obstante, ese vistazo al mapa del turismo global permite ver fórmulas que funcionan. “Portugal y Corea lo están haciendo bien”, reconoce Sanz, aunque sus modelos no son replicables en nuestro país.

La pandemia, aunque ha sido tremendamente dura, también permite sacar conclusiones positivas. “El principal aprendizaje es que esta recuperación la tenemos que hacer entre todos”, afirma Sanz. Y concluye: “Tenemos que hacer un esfuerzo de país en salir de la crisis turística e inventarnos el futuro del turismo mundial”. Así sea, por la salud de la economía española y por la recuperación del empleo.

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