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Rubén Olmo, director del Ballet Nacional: "El público en la pandemia ha sido muy valiente"

Por Redacción Capital

Capital charla con el bailarín y coreógrafo sobre el impacto de la Covid-19 y el presente y el futuro de la danza

"España ha sido un ejemplo para muchos países", asegura Olmo

La danza es un arte en vivo al que las restricciones de presencialidad y aforo le han modificado su manera de funcionar. Los niveles de paro de las artistas, que ya eran elevados, están al alza desde la aparición del coronavirus, pero las compañías de danza, teatros, cines y espectáculos continúan activas y con la vacunación se espera que puedan regresar a su funcionamiento habitual.

El Ballet Nacional de España (BNE) nació hace más de 40 años, en 1978, con Antonio Gades como su primer director artístico. Es una compañía de danza de titularidad pública que depende del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) y su principal misión es exponer, preservar, difundir y promover el arte de la danza como patrimonio inmaterial y muestra cultural española. El baile como signo de identidad de la cultura nacional.

En sus escenarios se representan diferentes coreografías de diversos estilos, desde danza estilizada, académica y folclore hasta bolera y flamenco, siendo este último de los más representativos de España. En su historial tiene un amplio número de galardones por sus representaciones y giras mundiales que aumentan su visibilidad y reputación.

Rubén Olmo, bailarín, coreógrafo y actual director general del BNE, charla con Capital sobre cómo ha sido dirigir una coreografía profesional de varias funciones en medio de la crisis de la Covid-19, cuál ha sido el resultado de “La Bella Otero” después de todas las adversidades surgidas y cómo ve el panorama actual y el futuro de la danza.

El Ballet en pandemia

La crisis sanitaria ha provocado que, en los peores meses de la pandemia, teatros, espectáculos, funciones, cines o representaciones se hayan visto obligados a cancelar o modificar fechas y horarios. Incluso a cerrar durante períodos largos. El director del Ballet cuenta la clave fue la rápida adaptación a los tiempos, ya que las olas de coronavirus hacen que la situación no haya sido lineal esta temporada. Sin embargo, España ha sido de los únicos países europeos que han mantenido óperas y teatros abiertos en momentos complicados de la expansión del virus, “España, sin duda, ha sido un ejemplo para otros países que no han hecho nada durante la pandemia”, asegura Olmo.

“No nos podemos sentir olvidados porque la pandemia es mundial y había otras cosas que estaban por delante como la sanidad”, el director comenta que teníamos que pensar en todos y entre todos en los momentos más duros. Los procesos de vacunación se están acelerando y parece que se ve la luz al final del túnel, pero el escenario no era este a principios de año. Todavía existe ese miedo a los espacios cerrados, pero Olmo describe que el teatro ha estado “lleno total” siempre con las medidas de seguridad y de aforo.

"El público ha sido muy valiente en toda la pandemia", afirma el director general del BNE, y detalla que las entradas se agotan y que el espectador ha venido y continúa asistiendo con muchas ganas de ver danza en vivo en un escenario.

“La Bella Otero”

Este verano se ha estrenado la coreografía de “La Bella Otero” en el madrileño Teatro de La Zarzuela, función que se ha montado en plena pandemia. Rubén Olmo narra que ha sido más especial que nunca, con unas ganas infinitas por estrenar en directo en un escenario. “Hay muchísimo trabajo detrás, no ha sido fácil”, describe cómo ha sido dirigir la obra en unas circunstancias tan impredecibles y con un estreno muy incierto y sin confirmar.

En el momento de realizarlo, según sus palabras, “se ha estrenado con todo el corazón”. Además, ha contado con un equipo entero, tanto técnico como artístico, que ha apoyado el proyecto a pesar de la incertidumbre.

“La Bella Otero” es un espectáculo que recoge pluralidad de estilos y tradiciones, con danza académica, estilizada, folclore, bolero y flamenco. Según su director, es diferente a todas las obras, con un ballet repleto de fuerza y energía en su máximo esplendor, “el público que viene a verla encuentra en ‘La Bella’ algo que le gusta mucho”. El asistente es más agradecido de acudir a una función presencial y el nivel de apreciación al trabajo expuesto es más elevado. El flamenco está muy presente por su forma de contarlo y se realiza un “viaje” por muchas danzas escénicas. “Es diferente a casi todas las obras”, argumenta.

Una vida dedicada a la danza

Olmo ingresó en el Conservatorio de Danza de Sevilla con tan solo nueve años, donde terminó por licenciarse en Danza Española y Danza Clásica. Andaluz de 41 años, el actual director general del Ballet Nacional de España -desde el año 2019- ha pasado por todas las etapas de la danza: bailarín, coreógrafo, profesor y, ahora, director. Dedicarse al arte siempre es arriesgado, el vértigo que sienten los artistas de que llegue el día que les dejen de llamar para trabajar está ahí.

Por eso, cuando Olmo habla del futuro de la danza expone que hay que estar entregado al presente. “No sé lo que nos espera, solo estoy agradecido por este momento”, recalca. Lo que más le satisface al bailarín es poder seguir soñando y disfrutando con lo que más le gusta sin perder la ilusión ni las ganas.

“Mi vida ha sido esta profesión”, asegura. Olmo se considera un afortunado porque puede decir con gratitud que nunca ha dejado de dedicarse y estar implicado a la danza en ningún momento de su trayectoria. Sin embargo, un estudio realizado por la Fundación AISGE revela que al 97 % de los actores y bailarines españoles, sus ingresos han caído por debajo el umbral de la pobreza a raíz del coronavirus y la desocupación creció de manera exponencial hasta cuadriplicarse, desde 19 % al 69 %.

Ante estas cifras tan desmotivadoras para los futuros bailarines profesionales, Olmo se dirige a las asociaciones de artistas para que se preocupen de que los artistas tengan mejores condiciones para poder seguir adelante, necesitan "mejores medidas para que el artista esté protegido", explica. El futuro es incierto y más en una pandemia, pero la respuesta de Rubén Olmo hacia su dedicación en la danza es concisa y clara: “Yo, siempre”.

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