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Economía

Las consecuencias de la guerra en Ucrania: ¿Cómo afecta directamente a la Unión Europea?

Por Redacción Capital

Capital habla con José Manuel Corrales (Universidad Europea); Emilio Ordiz (20minutos y El Orden Mundial) ; y Andrei Boar (UPF Barcelona School of Management) sobre la repercusión de la crisis en Ucrania para la UE

Inseguridad e incertidumbre son dos factores latentes y provocados por una guerra que afectará al conjunto de la actividad económica. Para José Manuel Corrales, profesor Doctor de Economía y Empresa de la Universidad Europea, “la invasión cruenta de Ucrania pone en serio riesgo la recuperación económica de España y Europa y, además, limita el impacto de los fondos Next Generation EU.

Frente a las sanciones impuestas a Rusia, la consecuencia más inmediata para Europa es la subida de los combustibles, la parte energética, porque, como añade Emilio Ordiz, periodista especializado en la Unión Europea en 20minutos y analista en El Orden Mundial, “hay una dependencia muy alta en la Unión Europea. Es una supeditación que se lleva intentando reducir años, pero no se ha hecho y ahora es cuando va a pagar ese peaje”.

“Europa no se verá aislada de sus propias sanciones y los efectos colaterales que han tenido, como son la suspensión de la actividad de algunas empresas en Rusia o el cese de navieras”, comenta Andrei Boar, profesor de Economía Financiera y Contabilidad de la UPF Barcelona School of Management.

Considerando esta situación, el sector exportador, el industrial, los servicios, el transporte y todas aquellas tareas ligadas a la cadena de distribución, tal y como afirma Corrales, “son las actividades que pueden verse más afectadas, ante una inestabilidad que va a repercutir en el consumo, en la capacidad de compra y en el poder adquisitivo de los españoles”.

A la vez, explica Boar, “las sanciones implicarán un aumento del coste de la energía, que, junto con los demás incrementos de costes, acabará en una inflación generalizada”. Idea apoyada por Corrales, quien dice que “ya percibimos la caída de las bolsas, mientras los precios del gas y de la energía se han incrementado notablemente. Prueba de ello es que el precio del barril de Brent ya se encuentra por encima de los 100 dólares”.

En el caso concreto de España, Ordiz considera que “no debería formar parte de los países más afectados, pero sí va a sufrir un daño colateral”. Aunque las perspectivas para la economía española en 2022 “son favorables, están sometidas a una gran incertidumbre provocada por la guerra y la Covid-19, existiendo serios riesgos que van a afectar de lleno al sector empresarial, como son el encarecimiento de las materias primas, los cuellos de botella, las subidas de costes laborales y los cambios regulatorios”, opina Corrales.

Asimismo, el profesor Doctor de Economía y Empresa de la Universidad Europea, José Manuel Corrales plantea que se va a producir “una caída del consumo de las familias, un deterioro de las exportaciones de bienes, un aumento de los costes empresariales y, una notable bajada acumulada de la productividad son elementos preocupantes para tener en cuenta”.

Ucrania es el principal exportador de cereales como el maíz (30%), trigo (17%) o girasol (60%) hacia España. Andrei Boar entiende que el hecho de que “esto desaparezca provocará un posible problema de suministros. Seguro que se encontrarán alternativas, pero el precio de nuevo subirá”. Si los cereales aumentan, también lo harán las industrias relacionadas, los precios en los productos y, por tanto, sostiene, “se verán repercutidos en las empresas”.

Bajo este paradigma, todo depende de la evolución temporal de la guerra en Ucrania y del desarrollo de las herramientas “al revés”. Es decir, como indica Ordiz, “ahora mismo se están imponiendo sanciones y, el castigo a la economía rusa está siendo grande, pero hay que ver qué pasos se dan, si es que se dan pasos hacia atrás y cuándo se dan”.

La postura de la Unión Europea en el tablero de juego

“La Unión Europea ha tardado unos días en reaccionar, pero ahora está realizando una respuesta firme y contundente con gran rapidez”, comenta Corrales, apoyado por la perspectiva de Ordiz, quien es consciente de que antes de la invasión, la entidad europea “tuvo un papel bastante secundario en una mezcla de imposibilidad por pura estructura u organización institucional, porque la política exterior está en manos de los Estados miembros y cada uno de ellos tiene sus propios intereses y, además, porque Rusia no considera a la Unión Europea un interlocutor válido”.

La Unión Europea, según Ordiz, “está asumiendo un papel arriesgado, porque al final las sanciones van a tener repercusión sobre los Estados miembros”, pero a su vez considera que es valiente “porque siempre se le ha demandado que sea proactiva como actor geopolítico y, como dijo Borrell en el discurso ante el Parlamento Europeo, la invasión rusa en Ucrania es el inicio de la Unión Europea geopolítica”.

Emilio Ordiz: "El escenario ha vuelto a cambiar cualquier perspectiva que tuviéramos de recuperación económica"

Para cumplir los objetivos de recuperación se precisa proseguir con políticas macroeconómicas potentes que reduzcan la incertidumbre, gestionando de forma ágil los fondos Next Generation EU, aportando seguridad jurídica,  mejorando la competitividad y la productividad de las empresas mediante la digitalización de la economía, fomentando la formación con contratación y el aprendizaje permanente, promoviendo la igualdad de oportunidades en el mercado de trabajo e impulsando el diálogo social y la negociación colectiva. A lo que también afirma Corrales que “no se trata de sumarse a una escalada militarista sin sentido ante la actual situación económica”.

Hito histórico: la Unión Europea financia y entrega armas

Por primera vez en su historia la Unión Europea (UE) financiará la compra y entrega de armas y otros equipos de defensa a un país que está bajo ataque, Ucrania. El dinero saldrá de un programa llamado Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, creado en marzo de 2021.

Como explica Corrales, “este instrumento de financiación se ideó para fortalecer las capacidades de las fuerzas armadas de los socios comunitarios y terceros países, y Bruselas ha decidido utilizarlo para prestar asistencia al Gobierno de Ucrania ante el avance ruso”. En concreto, destinará 450 millones de euros para proporcionar armas “letales” al ejército ucraniano y otros 50 millones más para otros suministros como combustible y equipos de protección.

José manuel corrales: "Los esfuerzos por prevenir la guerra han fallado, pero los esfuerzos para detenerla deben dar frutos, porque nos jugamos nuestro futuro"

El rol de Estados Unidos

En palabras de Ordiz, la repercusión económica que pueda sufrir Estados Unidos no va a ser tan grande como la que tenga que gestionar la Unión Europea. Además, como confirma, la comunidad europea “no está preparada para ser un actor global potente, aunque esté sacando la cabeza del cascarón”.

Joe Biden, presidente de los Estados Unidos.

Por otro lado, para Corrales, “a la Unión Europea le conviene la máxima autonomía frente a Estados Unidos, ya que nuestros intereses no son exactamente los mismos”. Recuerda así: “El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó el 25 de febrero de 2022 el desembolso de hasta 350 millones de dólares en nueva ayuda militar a Ucrania en plena invasión por parte de Rusia, es decir que se percibe una escalada militarista que no es muy conveniente para la UE”.

Emilio Ordiz, analista especializado en cuestiones europeas, sostiene que “está sucediendo lo contrario a lo que buscaba Vladimir Putin, quien pretendía erosionar a la Unión Europea y la OTAN y, dejarlas como dos organizaciones divididas”.

La capacidad del Kremlin

Ante la cuestión planteada sobre si limitar la capacidad del Kremlin para financiar la guerra es suficiente, Corrales reafirma que “es el golpe más duro que podía ejercer la Unión Europea”, viendo que el rublo está en mínimos históricos, el cierre de la bolsa de Moscú y la subida drástica de los tipos de interés.

Billetes de rublos rusos.

Sobre sacar a Rusia de SWIFT, Andrei Boar considera que “dificulta a corto, medio y largo plazo las transacciones entre el sistema bancario ruso y los demás países”. A la práctica imposibilita las transacciones internacionales por los medios tradicionales y se requieren alternativas. Además, sostiene que “Rusia ya intentó crear la suya propia cuando se hizo la intervención en Crimea. Una alternativa, que ya está sucediendo, es el uso de criptomonedas para saltarse dichas restricciones”.

Una alternativa más drástica no entra en el calendario, porque como sostiene Ordiz, “no se puede ir a Ucrania a una guerra contra Rusia, porque Ucrania no es Estado miembro de la OTAN y no es Estado miembro de la Unión Europea”. Sin embargo, lo que sí hay que tener en cuenta es que “Rusia es una economía de segunda, entonces, las medidas que se han adoptado van a asfixiar bastante al sistema ruso”, asegura.

José Manuel Corrales, por otro lado, constata que “hay que impedir la financiación de la guerra de Ucrania porque las previsiones de organismos internacionales (ONU y CEAR) señalan que puede provocar 50 mil muertos, millones de refugiados, y un retroceso grave de los derechos humanos. Los esfuerzos por prevenir la guerra han fallado, pero los esfuerzos para detenerla deben dar frutos, porque nos jugamos nuestro futuro”.

andrei boar, en referencia a rusia: "Una alternativa, que ya está sucediendo, es el uso de criptomonedas para saltarse dichas restricciones"

¿Next Generation EU 2.0?

El contexto está marcado por la crisis anterior de la Covid-19, que ha supuesto un desafío de proporciones históricas para Europa. Por ello, la UE y sus Estados miembros han tenido que adoptar medidas para proteger la salud y evitar el colapso de la economía. Así explica Corrales que “esto ha supuesto un planteamiento innovador que impulse la convergencia, la resiliencia y la transformación en la Unión Europea. Se debe proseguir en ese camino”.

Actualmente, la Unión Europea está recurriendo al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, European Peace Facility, “un instrumento extrapresupuestario”, como comenta Ordiz, añadiendo que no entra dentro de los presupuestos de la Unión Europea y cuenta con una dotación bastante alta.

Desde su punto de vista, “una vez que todo esto acabe, puede ser una buena oportunidad para consolidar los Next Generation, incluso una segunda versión”. Idea que manifiesta en un contexto en el que se está hablando de aprobar otros fondos Next Generation EU, para después del conflicto afrontar otra recuperación económica. Sin embargo, considera que “presenta muchos matices” y primero hay que recordar que la primera versión de estos fondos se extiende hasta 2026.

En el caso de España se ha puesto en marcha el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia sobre cuatro ejes transversales: la transición ecológica, la transformación digital, la cohesión territorial y social, y la igualdad de género.

De cara a las empresas españolas con presencia en Rusia, “su actividad puede verse en peligro por la falta de capacidad de asumir pagos”, añade Boar explicando que “las sanciones provocan que los pagos se retrasen y no puedan realizarse a Rusia, por lo que, algunas empresas pueden decidir parar los servicios o la producción, adelantándose a dicha situación”.

El escenario ha vuelto a cambiar otra vez cualquier perspectiva que tuviéramos de recuperación económica”, concluye Emilio Ordiz.

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