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Empresas, Revista Capital

Qué es BlackRock, la empresa que controla el mundo

Por Pablo Poyo

BlackRock posee el 88% de las acciones de las quinientas mayores empresas estadounidenses, y gestiona activos de tanto valor que solo Estados Unidos y China de forma independiente podrían competir con esta compañía

Si pensamos en empresas tecnológicas de gran calado enseguida nos vendrán a la cabeza gigantes como Apple o Facebook. Si pensamos en grandes bancos o entidades financieras, es probable que nos acordemos del Banco de China, de JP Morgan Chase o del propio Banco Santander, aunque en esta lista el banco español se encuentra en el puesto diecisiete.

Si buscamos entre las principales empresas de energía nos vendrán a la mente Exxon Mobil, Chevron o incluso la rusa Gazprom. Si lo que buscamos es compañías líderes en el sector textil, cualquiera podría pensar en la Inditex de Amancio Ortega. Sin embargo, existe una empresa tan poderosa que podría dejar en ridículo a cualquiera de estas multinacionales, incluso si dichas compañías decidieran juntarse en una sola.

Este descomunal ente empresarial se llama BlackRock. BlackRock es la mayor empresa de gestión de activos del mundo. Y sus cifras no tienen comparación con absolutamente ninguna otra entidad: la empresa estadounidense maneja unos activos equivalentes a 10,5 billones de dólares americanos; 10,5 trillones de dólares según la forma de medir que tenemos en Europa.

Estas cifras de locura nos plantean dos preguntas principales. La primera es cómo llegó esta compañía al lugar que ocupa hoy en día, y la segunda, cómo es posible que a pesar de manejar unos números tan asombrosos, muy pocas personas conozcan su mera existencia.

¿Qué es BlackRock?

BlackRock comenzó su andadura a finales de los años ochenta. En 1988, dos socios, Robert Kapito y Larry Fink, se unieron para darle vida al que se convertiría en el mayor gigante de la gestión de inversiones del mundo. Al principio, la empresa solo operaba en el mercado nacional, pero pronto comenzó a expandirse por el resto del mundo.

En la década de los noventa la compañía extendió sus operaciones por diferentes ciudades de todo el globo para convertirse en una multinacional de gran calibre. Londres, Sídney, Hong Kong, Frankfurt o Dubái comenzaron a colaborar con BlackRock. En la década de los 2000, ciudades como San Francisco, París, Bombay, Madrid o Sao Paulo se sumaron a esta lista.

En las últimas décadas la compañía ha continuado con su expansión a gran escala. Tanto es así, que han pasado a ser la empresa que más dinero gestiona del mundo. Su CEO, Larry Fink, ha sido nombrado por la revista Fortune como uno de los mejores líderes del mundo durante catorce años seguidos. Además, es miembro del Consejo de Administración de la Universidad de Nueva York y del Foro Económico Mundial.

Por si fuera poco, Fink también es copresidente del NYU Langone Medical Center, miembro del Consejo Asesor de la Escuela de Economía y Gestión de la Universidad de Tsinghua, en Pekín, y también del Comité Ejecutivo de Partnership for New York City.

Las raíces de la compañía parecen extenderse hasta el infinito por todo el mundo y por todos los sectores. Su importancia es tal, que el propio presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, nombró a Brian Deese (un alto directivo de la empresa) director del Consejo Económico Nacional.

Deese ya fue asesor en la Casa Blanca durante el mandato de Barack Obama, y poco después entró en BlackRock como máximo responsable de inversiones sostenibles, cargo que sigue desempeñando.

En 2020, la compañía también fue contratada por el país de las barras y las estrellas para gestionar las inversiones y poder protegerlas de la recesión derivada de la pandemia. La Reserva Federal fue quien adquirió los servicios del gigante, momento que aprovechó BlackRock para aumentar sus beneficios.

Con está información en la mano, ya se puede intuir la capacidad de control y de gestión financiera que tiene la compañía por todo el planeta. Sus principales líderes gestionan los fondos de inversión más importantes del mundo y tienen un sillón en los foros de economía más relevantes, además de consejos de administración, universidades, complejos médicos y entidades financieras privadas.

Sin embargo, la magnitud de movimientos y control de esta empresa aún da para más de lo imaginable. ¿Hasta dónde llegan los tentáculos de BlackRock en realidad?

Uno para todos y todos para uno

Previamente habíamos hecho hincapié en algunas empresas tecnológicas de gran calado que controlan el mundo; en compañías de energía que manejan el suministro del planeta o incluso la gigantesca textil Inditex. Puede que algunos lectores se queden perplejos ante la idea de que la empresa americana controle todas las compañías que acabamos de mencionar.

Por poner unos cuantos ejemplos importantes, BlackRock controla la mayoría de las acciones de gigantes como Microsoft, Amazon, Apple, Coca Cola, Twitter, PepsiCo, Ferrari, Bank of America, JP Morgan, Pfizer, McDonald´s o Uber. Es también el segundo mayor accionista de Facebook, solo por detrás de su propietario y fundador, Mark Zuckerberg.

Muchas personas se habrán sorprendido llegadas a este punto. Pero las sorpresas no han hecho más que empezar. La multinacional controla aproximadamente el 10% de la economía mundial, casi en una burda imitación de la malvada Corporación Umbrella en la famosa saga de videojuegos Resident Evil.

Lo de "malvada" puede parecer una exageración si hablamos de BlackRock, pero lo cierto es que el titán de las gestiones de inversión ha sido acusada varias veces de no permitir la libre competencia y de controlar la totalidad de muchos nichos de mercado.

Es fácil entender de dónde vienen dichas acusaciones, pues la empresa, además de manejar unos fondos de inversión exageradamente altos y de influir en muchos sectores económicos, es experta en el control de las cúpulas de poder más destacadas de diferentes empresas.

Una forma de gestionar este control es la contratación de altos cargos financieros. BlackRock es conocido por tener en nómina a personas de la relevancia del ex director del Banco Central de Suiza, el ex ministro de Hacienda del Reino Unido e incluso el ex vicepresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Visto el control en el ámbito financiero, los menos entendidos podrían creer que hay otros espacios que escapan al poder de esta compañía, pero nada más lejos de la realidad. También influyen en los principales medios de comunicación de Estados Unidos.

Bajo su poder se halla el 18% de las acciones de Fox News, el 16% de CBS, el 13% de Comcast y hasta el 12% de Disney. Su poder de persuasión no se limita al ámbito nacional. En España, por ejemplo, BlackRock es poseedora de acciones en grupos como Atresmedia o el Grupo Prisa.

Las sorpresas continúan si hablamos de nuestra gigantesca corporación. Antes ya habíamos mencionado a energéticas como Exxon o Gazprom, esta última muy mencionada últimamente por Europa debido a los cortes de gas en el contexto de la Guerra de Ucrania. Resulta que BlackRock también está muy por encima de estos monstruos de la energía.

BlackRock es la mayor inversora en plantas de carbón, y se estima que el total de sus inversiones en este sector emiten 9,5 gigatoneladas de Co2. La corporación gestiona también la imponente cifra de tres mil millones de barriles de petróleo, lo que le supone un total de 87 mil millones de dólares en energía no renovable.

Llegados a este punto, la mayoría de lectores se habrán hecho una idea del desconocimiento que existe entorno a esta empresa, y sobre todo, de lo que es capaz. Ahora bien, BlackRock es sobre todo una entidad que se ha hecho rica gracias a varios golpes de suerte con empresas recién creadas y adquiridas en el momento justo. ¿Cómo lo han hecho exactamente?

El poder de los unicornios

BlackRock se ha convertido en la corporación más influyente en todo el mundo. Acciones en banca, inversión, energía y otros sectores alrededor del mundo, hacen de esta empresa un hueso duro de roer.

Hemos mencionado antes que su poder también llega hasta nuestro propio país. No en vano la compañía es el mayor accionista de los dos primeros bancos españoles, pues posee el 6% de las acciones del Banco Santander, y algo más del 5% del BBVA. También cuenta que una importante representación en otras entidades, como CaixaBank, Bankia o Banco Sabadell. De hecho, se calcula que su participación en el mercado español asciende al 2,3% de la capitalización total del IBEX 35.

Sin embargo, su riqueza viene respaldada por los llamados unicornios. Un unicornio no es más que una startup cuya capitalización bursátil supera los mil millones de dólares.

La capacidad de estas nuevas empresas para aumentar su valor tan rápidamente es lo que precisamente genera tanto interés por parte de los nuevos accionistas, que están buscando movimientos seguros para incrementar sus ganancias sin ningún tipo de riesgo.

Lo habitual en estos casos es que estas empresas de nueva generación no solo logren crecer muy rápido, sino que se mantengan en lo más alto con el paso del tiempo y proporcionen la confianza necesaria a unos inversores que priorizan el riesgo del desconocimiento inicial para poder maximizar sus futuros beneficios.

Es por ello que a estas compañías se les llama unicornios. Es algo que no sucede tan a menudo, porque que una corporación logre subir como la espuma, se haga conocida por todo el mundo y mantenga su imagen y su marca con el paso de los años, es casi un milagro de la economía, la eficiencia y la astucia de sus socios creadores.

Este término fue acuñado por primera vez en 2013 por la inversora Aileen Lee, en el artículo "Welcome to the unicorn club: learning flor billion-dolar startups". La empresaria había barajado varios nombres como Home Run o Mega Hit, pero finalmente se decantó por unicornio por lo difícil que es encontrar esta clase de empresas.

Siendo esta tarea harto complicada, BlackRock es una de las corporaciones que más casos de unicornios ha tenido, de ahí su riqueza y su capacidad de inversión.

En concreto, la multinacional ha estado presente en el nacimiento de empresas tan importantes como Uber, Dropbox o Coupang. Estas compañías fueron revolucionarias en el momento en el que dieron el salto al mercado, y la gigantesca BlackRock ya estaba ahí para tenderles la mano y quedarse con la mayor cantidad de acciones que les fuera posible.

En total, BlackRock ha logrado obtener grandes beneficios de hasta quince corporaciones que en su momento fueron unicornios primigenios. Esta capacidad de gestión no ha hecho sino extender su poder y su influencia, una influencia que sigue creciendo a cada segundo que pasa.

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