El Día del Empresario fue reconocido por la ONU, además de por varias regiones españolas que quieren valorar la figura del emprendedor
Si para algo sirven eventos como el XXII Congreso de CEDE que se celebró este jueves en Granada es para valorar la figura del empresario. En momentos en los que el sector empresarial se siente atacado, este se defiende y pone en valor la generación de riqueza, avance social y puestos de trabajo. Gran parte de la jornada transcurrió alrededor del acuerdo programático de Sumar y PSOE, pero hubo otras propuestas y declaraciones que intentaron tratar el asunto desde otra perspectiva.
Sin ir más lejos, el presidente de Foment del Treball Nacional, Josep Sánchez Llibre, lanzó la propuesta de instituir en España el Día del Empresario, una especie de reconocimiento para esta figura, que le parece tan importante como lo es el Día del Trabajador. Existen varias iniciativas alrededor del mundo que sirven para ese fin. En Andalucía, de hecho, se celebra este sábado 28 de octubre. También en Murcia se instituyó y, en Cataluña, el 27 de junio es el Día Nacional de la Empresa, el mismo día en que la ONU situó el Día del Empresario.
El resto de participantes en esa mesa redonda, Gerardo Cuerva, máximo representante de Cepyme, y Javier González de Lara, presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía, coincidieron en señalar la importancia que tiene la empresa para el conjunto de la sociedad. De hecho, González de Lara comentó que desde el sector privado se debe intentar “hacer pedagogía para que la sociedad nos visualice como ejes verdaderos” de los avances colectivos. Estas declaraciones se contraponen al trato que, desde la perspectiva empresarial, se está dando a la empresa.
El propio Gerardo Cuerva señaló que no vio ningún rastro de la celebración del Día del Empresario en el programa entre PSOE y Sumar. Lo que si encontró es “una persecución en toda regla al empresario”. Por eso, pide “levantar la cabeza y buscar el futuro de España a medio y largo plazo”. Así, cree que “estamos inmersos en el interés partidista y cortoplacista”. De ese modo, Cuerva resume: “Que nadie olvide que la mejor política social es que la gente tenga empleo y que ese preciado estado del bienestar que compartimos nace de la actividad privada”.
El empresario, atacado desde el sector público
En esa línea, defiende que la mejor manera de que las empresas puedan funcionar es ofrecerles libertad. “Me da mucha pena decirlo”, dijo Cuerva en referencia a la libertad económica que necesitan las compañías españolas y, en general, todo el sector privado. “Es una persecución a quienes realizamos actividades privadas, empresariales”, señala Cuerva.
También incidió en la libertad González de Lara, más concretamente en la libertad de negociación entre los empresarios y los trabajadores. De esa forma, el acuerdo referente a la reducción de la jornada laboral atenta contra la libertad que tienen las empresas y los sindicatos para fijar las normas que regulan las relaciones laborales. El representante de la patronal andaluza recuerda que el diálogo social se compone de tres vectores: salarios, jornada y productividad. De ese modo, la modificación de cualquier elemento “está atentando contra el principio de autonomía de las partes”.
Algo similar observa Josep Sánchez Llibre, quien cree que regular en un ámbito que concierne a trabajadores y empresarios es “una falta de respeto” a las dos partes. En su opinión, estos “anuncios electorales” no son más que “fuegos de artificio que todos sabemos que no se van a llevar a la práctica”. En lugar de eso, valora la aproximación que hacen las administraciones andaluzas, que calificó como una administración “business friendly”. Para el empresario catalán, “la colaboración público-privada es absolutamente necesaria”, por eso hace falta que empresas y administración tengan “la máxima complicidad”, en lugar de la persecución de la que se queja el sector privado.
