En un mundo en el que el 67% de la población tiene acceso a Internet y los smartphones son omnipresentes, el comercio electrónico ha evolucionado más allá del consumo, transformándose en un motor esencial para el desarrollo económico y social. Este sector impulsa la creación de empleo, la innovación tecnológica y la inclusión financiera, consolidándose como un pilar de la economía global.
Empresas como Amazon, Uber o PayPal han rediseñado las dinámicas de consumo, movilidad y pago. Hoy en día, millones de personas realizan sus compras desde una app, piden un taxi desde su smartphone o hacen pagos instantáneos a través de servicios como Bizum. Estas plataformas han logrado integrar inmediatez y eficiencia, redefiniendo nuestras expectativas como consumidores y generando oportunidades de negocio multimillonarias.
En mercados como China e India, hay plataformas que no solo facilitan transacciones, sino que también actúan como motores de inclusión financiera. Por ejemplo, Ant Group ha revolucionado los servicios financieros con Alipay. Inicialmente canalizaba los pagos online para las aplicaciones y servicios de Alibaba, pero hoy, esta empresa gestiona un ecosistema financiero que incluye soluciones como Zhima Credit, un sistema de calificación crediticia que democratiza el acceso a préstamos, seguros y servicios de inversión para más de 1.000 millones de usuarios.
En India, Flipkart y Ola son grandes referentes. Flipkart conecta a más de 20 millones de pequeños comercios (Kiranas) con una base de 500 millones de clientes, ofreciendo servicios que van desde pagos, logística o cloud computing hasta moda, viajes y medicamentos. Su capacidad de crear un ecosistema robusto y diversificado ha sido claves para llevar soluciones digitales y empleo a comunidades rurales y urbanas.
Ola Electric, una división de la plataforma de movilidad Ola Consumer, ha vendido más de un millón de scooter eléctricas, liderando la transición hacia energías limpias en el país más poblado del mundo. Su enfoque innovador impulsa modelos de negocio sostenibles que están transformando la movilidad eléctrica a gran escala.
En el sudeste asiático, apps como Grab y Gojek, que inicialmente eran plataformas de taxis compartidos, han expandido sus modelos de negocio a una amplia gama de servicios de movilidad, pagos, entregas a domicilio o entretenimiento. Estas plataformas generan empleo para más de 4 millones de conductores, promoviendo un modelo de ingresos predecibles en regiones donde el 70% de los trabajadores son autónomos, además de incentivar a los empleados con seguros médicos, préstamos para vehículos y planes de ahorro.
“Estas plataformas conectan consumidores con servicios, generan empleo, fomentan la inclusión financiera e impulsan el desarrollo tecnológico en regiones desatendidas”
En África, el comercio electrónico y las plataformas de pagos han demostrado ser una herramienta esencial para la inclusión financiera en una región en la que el 65% de la población carece de acceso a servicios bancarios tradicionales. M-Pesa revolucionó los pagos a través de simples mensajes SMS, convirtiéndolo en una herramienta esencial para más de 70 millones de personas sin acceso a la banca tradicional. Con M-Pesa se pueden pagar facturas, realizar compras en pequeños comercios o recibir remesas del extranjero.
También destaca Moove, combina tecnología y acceso a financiación, dando oportunidades a personas sin historial crediticio en África. Permite adquirir vehículos sin un capital inicial significativo a personas que quieran trabajar como conductores en plataformas logísticas o de movilidad, pagando un porcentaje de sus ingresos durante 30-48 meses hasta convertirse en propietarios.
El e-commerce es un motor de generación masiva de empleo, tanto directo como indirecto. Un ejemplo destacado es Meituan, en China, que procesa más de 60 millones de pedidos diarios y emplea a 7,45 millones de repartidores, en su mayoría a tiempo parcial. Este modelo ofrece una alternativa laboral flexible y escalable para millones de personas. Sin embargo, ha sido objeto de críticas debido a la regulación y condiciones laborales de los repartidores.
Las plataformas de pagos y de e-commerce, pese a desafíos como la falta de infraestructura, la alfabetización digital o barreras culturales, se consolidan como herramientas clave para la inclusión financiera y la igualdad de oportunidades. Son punta de lanza tecnológica y apuestan por soluciones innovadoras como drones, vehículos autónomos o inteligencia artificial (IA).
En una sociedad cada vez más digital, estas plataformas conectan consumidores con servicios, generan empleo, inclusión financiera e impulsan el desarrollo tecnológico en regiones tradicionalmente desatendidas.