BBVA Research ha revisado su previsión para el Producto Interior Bruto (PIB) español en 2025, reduciendo su perspectiva en una décima, situándola en un 2,9%. Esta corrección se debe a un avance menor al esperado en el tercer trimestre del año. No obstante, la proyección optimista para 2026 ha sido elevada en otra décima, alcanzando el 2,4%, mientras que el pronóstico para 2027 se ha calculado en un 2%.
El cuarto trimestre de 2025 podría presentar un crecimiento del PIB del 0,7%, superando el comportamiento del trimestre anterior, impulsado por una demanda más equilibrada. El estudio resalta que el crecimiento promedio del PIB en 2025 podría situarse significativamente por encima de la media histórica de los últimos 30 años y del crecimiento de la Eurozona.
Se espera que la demanda interna juegue un rol crucial en el crecimiento de 2025, frente a las contribuciones negativas de la demanda externa. Este cambio se produce en un contexto de moderación en el consumo de no residentes y un resurgimiento de las importaciones motivado por la mejora del consumo de los hogares y de la inversión.
La fuerza laboral en España seguirá creciendo, con la creación de aproximadamente 480.000 empleos anuales en 2026 y 2027
Esto se logrará en parte gracias a la inmigración y al aumento en la tasa de participación de los trabajadores españoles. Además, el incremento de la población activa estará en línea con las cifras de 2025.
El informe del BBVA Research también advierte sobre una desaceleración de la actividad, derivada del agotamiento del turismo extranjero como motor de crecimiento, las dificultades en las exportaciones de bienes y una postura fiscal más restrictiva a partir de la segunda mitad de 2026. El incremento de los aranceles, la incertidumbre comercial y la apreciación del euro podrían influir más de lo anticipado.
Por otro lado, los expertos prevén una inflación a la baja, que podría ayudar a recuperar el poder adquisitivo de los salarios. En este contexto económico, la política monetaria se espera que sea expansiva, lo cual, junto a balances saludables en empresas, hogares y bancos, estimulará la inversión, proyectándose un crecimiento del 6,4% y 4,9% en 2026 y 2027, respectivamente.
Con relación al mercado inmobiliario, se anticipa que los precios de la vivienda seguirán en ascenso, con un incremento del 10% en 2026 y un 9% en 2027. A pesar de esto, las ventas de viviendas se mantendrán estables debido a la escasez de oferta.
Finalmente, la aceleración en la ejecución de los fondos europeos y el aumento en el gasto en defensa seguirán apoyando la demanda interna. La administración pública enfrenta un desafío significativo para gastar los recursos antes de agosto de 2026, lo que podría duplicar la inversión en construcción no residencial comparado con el año anterior.
