La sostenibilidad abarca un abanico muy amplio de cuestiones pero que, para resumir, se pueden concretar en lo siguiente: aquellas acciones enfocadas en reducir el impacto del ser humano en el medio ambiente y la naturaleza. Las empresas tienen un camino complejo por delante para introducir este nuevo cromosoma en sus ADN, sin que ello suponga perder su razón de ser, que es proveer de productos y servicios de calidad a sus clientes.
Sobre ese tema debatieron los portavoces de varias empresas durante la presentación del nuevo indicador de Leroy Merlin para calificar los productos según su nivel de sostenibilidad. Íñigo Pérez, de Leroy Merlin, reflexionó sobre la importancia que tiene añadir este indicador de cara a proporcionar transparencia al consumidor. Además, ello pretende ayudar al cliente a tomar una decisión de compra consciente, en tanto que, según espera el retailer, se potenciará la demanda de aquellos productos con mejor puntuación.
En conversación con sus proveedores, Pérez destaca que estos han visto que "desarrollar productos sostenibles da una oportunidad de diferenciarse" en un entorno muy competitivo. Es un reto que, sin embargo, "va a requerir esfuerzo, inversiones y tiempo", reconoce.
Pedro Gris, de Newgarden España, coincide con Pérez en que la sostenibilidad es una palanca de activación de cara al consumidor. Su compañía fabrica productos de decoración para el jardín. Así que en su caso, incide en que en su empresa han registrado una mayor demanda de productos con carga solar. Lo mismo sucede con productos hechos de materiales reciclados que, en el pasado sufrían cierto rechazo y ahora se valoran incluso más. De esta forma, para Gris la clave está en que las preferencias del consumidor han cambiado.
En ese último punto, los ponentes coinciden en que la sostenibilidad supone una oportunidad para acercarse al cliente. Ana Herrero, de Forética, lo define con la idea de que "competitividad y sostenibilidad van de la mano". No solo porque el cliente lo demanda, sino en términos de gobernanza de las empresas.
Herrero compartió datos que reflejan que aquellas con mejores niveles de sostenibilidad presentan una resistencia mayor ante shocks negativos. Asimismo, tienen una mayor capacidad de adaptarse ante posibles cambios en la regulación y, además, supone una palanca para reducir costes, si bien ello requiere de cierta inversión. Todo ello se une a una mejora reputacional de cara a sus grupos de interés.
Como decíamos al principio, hay muchas maneras de ser sostenible. Pedro Gris cree que no solo se puede conseguir fabricando productos con material reciclado y que, a su vez, se puedan volver a reciclar. También se puede ser sostenible contribuyendo al ecosistema local y generando empleo. Por otra parte, el objetivo de las empresas no debe ser solo vender, sino acompañar al consumidor durante el uso del mismo, de manera que se extienda su vida útil. Para Gris, la adición de esta evaluación sobre sostenibilidad es un aliciente para continuar avanzando en un área que "está por descubrir".
Por su parte, Ana Herrero destaca el hecho de que la información sobre sostenibilidad sea veraz, sencilla y simple, para que los consumidores puedan entenderla, tal y como demandan a la hora de tomar sus decisiones de compra. En el caso de la iniciativa de Leroy Merlin, subraya que se trata del último eslabón de la cadena, el que vende los productos al público pero que, sin embargo, tiene la capacidad de "transformar el estándar del sector", por la extensión que tiene sobre los proveedores.
