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NeuroPed: “El autismo se debe diagnosticar a los cuatro años de edad, en España vamos tarde”

“Desde 2013, hemos tratado a más de 2.000 niños con todo tipo de patologías”

NeuroPed: “El autismo se debe diagnosticar a los cuatro años de edad, en España vamos tarde”
Por Mónica Maldonado

“La vida personal y profesional se unifica, hay que sacrificarse 

Lucía y Mónica Zumárraga, hermanas, tras enfocar sus estudios en disciplinas muy distintas, decidieron emprender y fundan NeuroPed, un centro de iniciativa privada que nace en el año 2013 con el firme propósito de ofrecer una alternativa innovadora y dar respuesta a las necesidades de niños y adolescentes con trastornos en el neurodesarrollo y a sus familias. La firma está formada por un equipo multidisciplinar de amplia experiencia profesional, con una visión y objetivos únicos: mejorar la calidad de vida del niño y su familia. 

¿Qué factores motivaron sus inicios en el emprendimiento? ¿Cómo surge NeuroPed?

Mónica Zumárraga (M.Z.): Fueron motivos diferentes los que hicieron que el destino nos uniera para formar NeuroPed. Yo estudié Empresariales en Cunef. Dediqué mis primeros ocho años de carrera profesional a las Big Four, primero en EY y después, en KPMG. Cuando salí de KPMG, sentí la necesidad de emprender, fue algo que surgió y empecé a conocer y profundizar más sobre el mundo del emprendimiento. 

Mi hermana Lucía estudió psicología en la Universidad Pontificia de Comillas. Después de unos años trabajando aquí en Madrid, con niños, buscando su especialización, se marchó a Barcelona a estudiar un máster de neurorehabilitación en el Institut Guttmann. Allí estuvo compaginando el máster y a la vez trabajando en el departamento de Neuropsicología. En concreto, en el área de rehabilitación pediátrica. Descubrió que esa era su pasión.  

Casualmente, el destino hizo que, al mismo tiempo que Lucía volvió de Barcelona a Madrid, yo estaba explorando proyectos para emprender. Ella soñaba con crear un centro de neurodesarrollo infantil en el que se prestarán todas las terapias necesarias de forma coordinada, que ella aseguraba que no existía en Madrid. Después de dar la ‘tabarra’ en casa, finalmente un día decidí echarle una mano y hacer un business plan (plan de negocio). Vi que los números tenían sentido y le dije “te ayudo a montarlo y luego ya me voy” (pensé). ¡Y aquí seguimos, 11 años después! 

¿Cuáles son los trastornos más frecuentes que abordan en NeuroPed?

M.Z.: Hoy en día, es difícil poder discernir en lo más frecuente. Tenemos un equipo de más de 25 profesionales sanitarios de diferentes disciplinas (neuropsicología, psicología, logopedia, fisioterapia, terapia ocupacional y psiquiatría) especializados en niños y adolescentes y en trastornos del neurodesarrollo, alteraciones neurológicas de origen congénito o adquirido (prematuridad, parálisis cerebral) y enfermedades raras, autismo, daño cerebral adquirido y un largo etc.   

La gran cantidad de profesionales que forma en este momento NeuroPed nos ha permitido crear unidades especializadas. Lo cual requiere un gran esfuerzo de coordinación y trabajo que no siempre se valora y es visible para las familias. No se trata únicamente del tiempo destinado al niño, sino el trabajo de coordinación entre los profesionales que trabajan con el niño, el centro educativo, médicos y otros profesionales. 

Esa es una marca diferencial de NeuroPed, forma parte del secreto de nuestro éxito. Además, al ser expertos en la infancia y adolescencia, nuestro equipo aborda de manera integral cualquier problema que surge en la infancia.  

Y pensarás que es demasiado. Una de las cuestiones que nos ha llevado en ocasiones a alguna discusión entre nosotras ha sido las veces en las que Lucía derivaba pacientes a otros centros, ya sea por la zona de la comunidad de Madrid en la que vivían o porque pensaba que había otros centros expertos en las necesidades del niño y su familia. 

¿Cómo son los tratamientos y programas que llevan a cabo?

Lucía Zumárraga (L.Z.): Nuestros tratamientos están siempre basados en la evidencia científica y clínica. Nuestro modelo está centrado en promover la funcionalidad y la calidad de vida del niño y su familia. Siempre hacemos una primera evaluación, con el objetivo de poder diseñar un programa de intervención personalizada e individualizada para cada niño.  

Otra de las características del tratamiento es que, coincidiendo con los períodos de vacaciones o cuando los niños no están escolarizados, realizamos tratamientos intensivos para darle continuidad. En algunos casos, utilizamos las nuevas tecnologías en pro de la rehabilitación de los niños. 

Así, contamos con diversas herramientas cómo son: HP Cosmos AirWalk, junto con la cinta Pluto, para el entrenamiento de la marcha. Estamos consiguiendo unos resultados excepcionales en el entrenamiento de la marcha. La máquina Vibra hace terapia por vibración focal y también contamos con estimulación eléctrica transcraneal a través de TDCS.  

A lo largo de estos casi 11 años, estamos muy orgullosas de haber tratado a más de 2.000 niños con todo tipo de patologías y ver la gran satisfacción de las familias es lo que nos empuja a seguir adelante. 

Sin duda, parte de la base de nuestro éxito es que contamos con un equipo de excelentes profesionales que trabajan de forma coordinada. Todos nuestros tratamientos están supervisados por la figura de un tutor que, además de supervisar el trabajo de todos los profesionales, hace de enlace entre el niño, la familia, el colegio y otros profesionales involucrados en el desarrollo del niño. 

¿Por qué han aumentado de forma significativa los trastornos de salud mental de niños y adolescentes?

L.Z.: Es un tema bastante complicado, ya que son múltiples factores. No hablamos de un único desencadenante, sino de un sumatorio de circunstancias bio-psicosociales. Algunos años antes de la pandemia, los organismos nacionales e internacionales, Organización Mundial de la Salud (OMS) incluida, e investigaciones ya alertaban del incremento de los trastornos de salud mental infantil y del adolescente. Una vez que llega el Covid, el aumento ha sido sustancial. El aislamiento social ha sido determinante.  

El principal problema es que llegamos tarde a los diagnósticos, lo hacíamos antes de la pandemia y ahora vamos muy tarde. Hemos tenido dos o tres años en los que prácticamente ´tapábamos agujeros´ y no hacíamos diagnósticos tempranos. Por ejemplo, en el caso del autismo, se debería diagnosticar en los niños antes de los cuatro años y en España lo estamos haciendo cuando ya tienen una edad de ocho años y medio. 

Además, se une la brecha económica, social y tecnológica que son en sí mismo factores de riesgo claros. Hablamos de riesgo biopsicosocial elevado. No sólo en lo que a salud mental se refiere, con el aumento de la ansiedad, la depresión, autolesiones o, incluso, intentos de suicidio. También vemos trastornos del aprendizaje y autismo. 

A pesar del conocimiento científico que tenemos, llegamos tarde en los diagnósticos y seguimos viendo muchas prácticas de intervención pseudocientíficas. Son muchas las llamadas de atención acerca del uso de la tecnología, las redes sociales, un mundo que cambia muy rápido. Y no tenemos herramientas para enfrentarnos a él ni los adultos mucho menos podemos dotar de estas a los menores.  

Y no olvidemos el incremento de familias en situación de pobreza. Familias cuyos niños se alimentan únicamente en los comedores escolares. Por suerte, operamos en una zona de Madrid de renta alta, donde al menos las familias pueden ocuparse del bienestar emocional de sus hijos. Pero somos conocedoras de la situación de otras zonas de la Comunidad de Madrid y de España, donde muchas familias tienen que concentrar todos sus recursos en la supervivencia, lo que genera un gran estrés en ellos y sus hijos e, incluso, situaciones de violencia intrafamiliar. De tal manera que el bienestar emocional acaba siendo muy secundario.  

¿Qué consejos daría a aquellas personas que quieran emprender un negocio?

M.Z.: Mirar lejos con ambición, definir los valores que permitirán alcanzar los objetivos, trabajar mucho y gastar poco… Y el equipo, sin ellos será imposible alcanzar los objetivos. Por último, nunca debemos olvidar que servimos a nuestros clientes y que sólo por esa vía existirá un retorno, el beneficio. 

En términos prácticos, es necesario hacer un buen business plan muy detallado. Es muy curioso como después de 11 años volvemos a veces al documento original y nos damos cuenta de que hemos sido fieles a los principios y valores que allí detallamos. También nos hemos encontrado con proyectos que no desarrollamos, para luego, a posteriori, cuando entendemos llegado su momento, los hemos lanzado con éxito. Aplicando esta estrategia llegarán otros sin duda alguna. 

Es muy importante saber con quién te asocias, tener claro que no cualquiera sirve, y saber dividir las funciones de cada uno. En nuestro caso, aparentemente era fácil, Lucía es la responsable del área clínica y yo de la parte financiera y administración y RRHH, pero a veces la línea no es estricta y nos ha costado aprender a gestionar y verlo todo desde el otro lado. 

Hay que ser capaz de sacrificarte, porque la vida personal y profesional se unifica. Y más, en nuestro caso. Familia, trabajo y negocio, todo junto, a veces no ha sido fácil, pero gracias a los valores que nos han transmitido nuestros padres, hemos sido capaces de superar las dificultades y barreras y estamos lanzadas hacia un futuro todavía mejor. 

Próximos retos

M.Z.: Puesto que el negocio ya está consolidado y somos capaces de replicarlo, nuestra idea a corto plazo es abrir nuevos centros en Madrid. Y como somos bilbaínas, también nos haría muchísima ilusión abrir un NeuroPed en Bilbao. Pretendemos que NeuroPed sea sostenible a medio y largo plazo, que el crecimiento no sea el fin. 

El camino del emprendimiento es duro. ¿Qué han aprendido de los baches?

M.Z.: Nuestro padre y mentor, Tomas Zumárraga ha dedicado su vida profesional a Bridgestone, una empresa japonesa, y lo que más nos ha inculcado siempre es el principio de la mejora continua. En cada bache, hemos analizado, meditado y diseñado cómo mejorar lo que ha pasado. Diría que nos ha enseñado a centrarnos en la solución tras un análisis detallado de las causas, a focalizarnos en las soluciones y en tratar de mejorar para evitar errores o anticiparnos a otros parecidos. 

Los baches son parte de la vida, no puede salir todo perfecto siempre y, además, en muchas ocasiones no dependen de una misma. La recompensa de superarnos y salir fortalecidos nos llena de satisfacción. 

¿Cuál sería vuestra máxima o tu lema cuando vienen malos tiempos?

L.Z.: A problema, solución. Seguir generando valor sirviendo a nuestros clientes, y haciendo lo indecible para seguir siendo competitivos y cuidando a los equipos. 

Su visión de futuro en una frase

L.Z.: En este mundo económica y políticamente inestable, debemos solucionar cada reto, superarnos a nosotros mismos y ser sostenibles. 

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