La Sociedad Barcelonesa de Estudios Económicos y Sociales (Sbees) de Foment del Treball ha presentado un estudio que subraya la necesidad de acoger a 1,5 millones de inmigrantes en los próximos diez años para mantener el crecimiento económico de España. Esta medida se presenta ante la transformación demográfica que experimentará el país debido a la baja natalidad, el envejecimiento acelerado de la población y la dependencia creciente de los flujos migratorios para sostener el mercado laboral.
En el acto de presentación del informe sobre los retos demográficos de la ‘España de los 50 millones’, Josep Sánchez Llibre, presidente de Sbees y de Foment del Treball, instó a la creación de un Pacto Social entre los poderes públicos y la sociedad civil. «La demografía no es un tema de futuro sino un tema de rabiosa actualidad», afirmó Sánchez Llibre. Según él, «si España no afronta el reto demográfico de forma contundente e inmediata, nos quedaremos sin mano de obra para trabajar y sin capacidad de competir».
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, compartió esta preocupación, señalando que «el cambio demográfico es global pero se da la circunstancia de que España es uno de los países donde esta transformación será mayor». Advirtió que el gasto en pensiones aumentará del 13% al 16% del PIB en 2050.
El reporte predice que la población española alcanzará los 50 millones en las próximas dos décadas, con un considerable saldo migratorio positivo. Un tercio de la población estará vinculada a la inmigración en primera o segunda generación, generando un saldo migratorio que podría superar el 34%. Esto se traduciría en un déficit laboral, donde un 6,3% de los empleos totales no podrán ser cubiertos.
Para evitar este desajuste, sería necesario incorporar cerca de 140.000 personas en edad laboral cada año. Asimismo, el aumento de pensionistas y el correspondiente gasto en prestaciones representan retos sustanciales para la sostenibilidad financiera del sistema.
