En el marco de una economía global inestable, los líderes europeos han dado luz verde a la firma de un acuerdo comercial trascendental entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos. Este acuerdo se ha planteado como una medida estratégica para estabilizar la situación económica y reforzar la cooperación con Washington. Según ha explicado el presidente norteamericano, Donald Trump, el pacto incluye un arancel del 15% sobre los bienes de la UE que ingresan a Estados Unidos.
Una inversión significativa y colaboración estratégica
En lo que respecta a Bruselas, se llevarán a cabo compras de energía a Estados Unidos por un valor de 750.000 millones de dólares (638.000 millones de euros) y se prevén inversiones por 600.000 millones de dólares (510.000 millones de euros). Además, se anunció la adquisición de una «enorme» cantidad de equipo militar norteamericano, aunque no se han dado detalles adicionales al respecto.
"El acuerdo protege los intereses fundamentales de la UE y brinda a las empresas la certeza que necesitan", aseguró António Costa, presidente del Consejo Europeo. Además, hizo un llamado a seguir fortaleciendo la competitividad de la UE y a expandir la red comercial global.
El canciller alemán, Friedrich Merz, subrayó que este pacto ha evitado un conflicto comercial grave que podría haber afectado la economía alemana. «Hemos logrado salvaguardar nuestros intereses fundamentales», destacó, haciendo énfasis en los beneficios de unas relaciones comerciales predecibles.
Opiniones divididas en Europa
Sin embargo, no todos los líderes europeos son igual de optimistas. El primer ministro neerlandés, Dick Schoof, reconoció que aunque el acuerdo da claridades, los aranceles no son ideales. Por su parte, Micheál Martin, primer ministro de Irlanda, expresó que aunque la subida de aranceles complicará el comercio con EE.UU., podría iniciar una nueva era de estabilidad y relaciones más profundas entre ambas partes.
En Estados Unidos, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, elogió a Trump por su papel en «desbloquear» la economía. Destacó que por primera vez, la Unión Europea aceptará completamente los estándares automotrices e industriales estadounidenses, marcando «un día histórico para el comercio estadounidense.»
