General Motors ha anunciado que asumirá un cargo significativo de 1.600 millones de dólares (1.384 millones de euros) debido a cambios en sus planes de producción de vehículos eléctricos. Este ajuste financiero incluye un deterioro no monetario de 1.200 millones de dólares (1.038 millones de euros) derivado de ajustes en la capacidad de fabricación de vehículos eléctricos.
El resto de los cargos, principalmente relacionados con cancelaciones de contratos y acuerdos comerciales, tendrán un impacto en efectivo. La firma estadounidense ha declarado:
Tras los recientes cambios en la política del Gobierno de EE.UU., incluida la supresión de algunos incentivos fiscales a los consumidores para la compra de vehículos eléctricos y la reducción del rigor de la normativa sobre emisiones, esperamos que el ritmo de adopción de los vehículos eléctricos se ralentice
Estas declaraciones reflejan las dificultades que enfrenta el sector automovilístico debido a la eliminación de créditos fiscales para vehículos eléctricos y la revisión de las normas de emisiones por parte del Gobierno de Estados Unidos.
Ante este nuevo escenario, los fabricantes de automóviles están ajustando sus planes de inversión y producción de vehículos eléctricos. Las políticas implementadas por la administración del presidente Donald Trump han añadido volatilidad al mercado, alentando a las compañías a priorizar la venta de vehículos de gasolina más rentables. Esto ha provocado que las empresas revisen estratégicamente su enfoque hacia el desarrollo de automóviles eléctricos.
