Las acciones de Telefónica han sufrido un notable desplome este martes, cayendo un 13,12% hasta situarse en los 3,729 euros por acción. Esta caída se produce después de presentar sus resultados correspondientes al tercer trimestre, donde se anunció una reducción significativa del dividendo que abonará con cargo a los resultados de 2026, quedando en 0,15 euros por título. Según Europa Press, esta jornada representa la peor sesión para la empresa desde el 12 de marzo de 2020. En aquella fecha, las acciones cayeron un 14% debido a las declaraciones de confinamiento por la pandemia del coronavirus.
En el presente ejercicio, las acciones de Telefónica han sufrido una depreciación de un 5,28%. No obstante, en agosto, rozaron los cinco euros por acción, aumentando un 24% desde el inicio del año. Actualmente, la capitalización bursátil de la compañía ha cerrado en 21.144 millones de euros.
Impacto financiero y recorte del dividendo
El impacto del recorte del dividendo es una decisión estratégica enmarcada dentro del nuevo plan estratégico de Telefónica. Marc Murtra, actual líder de la compañía, ha declarado que las decisiones tomadas pueden ser difíciles de entender, pero son esenciales para la generación de valor a largo plazo, en un contexto donde «los mercados a veces son ruidosos o muy ruidosos».
El beneficio neto de las operaciones continuadas de Telefónica hasta septiembre fue de 828 millones de euros, lo que supone una caída del 46% respecto al mismo periodo del año anterior. Además, la operadora registró unas pérdidas netas atribuidas de 1.080 millones de euros, impactadas principalmente por la discontinuación de operaciones en ciertos países de Hispanoamérica que ha generado un efecto valorado en 1.909 millones de euros.
Ampliación de capital y estrategia futura
Murtra ha dejado abierta la posibilidad de una posible ampliación de capital en caso de que se presente una oportunidad significativa de fusión o adquisición. Aunque esto no formaría parte del plan de negocio actual, la compañía consideraría esta opción para financiar una operación de tal magnitud. El nuevo plan estratégico hasta 2030 se centra en ahorros de costes anuales por cerca de 3.000 millones de euros, y en orientar la retribución a los accionistas según el flujo de caja libre, dedicando entre el 40% y 60% al dividendo.
El mercado, cuando toque y de la manera que toque, nos seguirá.
Con estas medidas, Telefónica busca estabilizar su posición y mejorar su rendimiento financiero en un entorno económico desafiante.
