En España, la desigualdad económica entre municipios es un fenómeno que se evidencia de manera clara y sostenida año tras año. Según los datos de la Estadística de los declarantes del IRPF por municipios de la Agencia Tributaria correspondientes a 2023, existen localidades donde la renta media permite un estilo de vida acomodado, con chalés de lujo, piscinas y coches de alta gama en el garaje, mientras que en otros apenas es suficiente para llegar a fin de mes. Este contraste es particularmente visible en el liderazgo de Pozuelo de Alarcón, en la Comunidad de Madrid, que por décimo año consecutivo se mantiene como el municipio con mayor renta media de España, con 88.011 euros por persona al año, lo que representa un incremento del 3,15% respecto al año anterior.
Pozuelo de Alarcón es un ejemplo casi estructural de concentración de riqueza. Su entorno privilegiado, marcado por urbanizaciones exclusivas como La Finca, ha consolidado un patrón de ingresos medios altos que se repite de forma consistente. Le siguen Boadilla del Monte (70.869 euros), también en Madrid, y Sant Just Desvern (67.265 euros), en Barcelona. Estos municipios, junto con otros catalanes y madrileños como Sant Cugat del Vallès, Matadepera, Alella o Torrelodones, conforman un grupo donde la renta media anual supera los 60.000 euros, reflejando la presencia de grandes empresas, altos salarios y un nivel de vida elevado. Sin embargo, dentro de estos municipios con elevada renta media también se detectan desigualdades internas significativas, ya que la renta mediana es notablemente inferior a la media, indicando que una parte de la población percibe ingresos mucho menores. En Pozuelo, por ejemplo, la renta mediana es de 43.876 euros, apenas la mitad de la renta media, lo que evidencia que la riqueza está concentrada en un segmento reducido de habitantes.
En el extremo opuesto de la tabla, la situación es radicalmente diferente. Benamargosa, en Málaga, se sitúa como el municipio con menor renta media de España, con 13.831 euros por habitante, seguido de otras localidades andaluzas y extremeñas como Guadahortuna, Colomera, Montejícar o Higuera de Vargas, donde los ingresos no superan los 15.000 euros anuales. La brecha entre el municipio más rico y el más pobre alcanza los 74.180 euros, un reflejo abrumador de la desigualdad territorial y socioeconómica que persiste en el país. Estas cifras contrastan de manera significativa con la media nacional de renta bruta, situada en 31.333 euros en 2023, y la renta disponible media, que asciende a 25.235 euros, lo que muestra que gran parte de la población se encuentra por debajo de los niveles de bienestar que caracterizan a las zonas más prósperas.
El análisis de los municipios revela patrones territoriales claros: las rentas más elevadas se concentran en grandes áreas metropolitanas como Madrid y Barcelona, mientras que los ingresos más bajos se encuentran en pequeños municipios del sur, especialmente en Andalucía, y en ciertas provincias de Extremadura. Además, los movimientos anuales en la clasificación reflejan fenómenos puntuales, como la irrupción de Aigües (Alicante), que pasó del puesto 877 al octavo lugar con una renta media de 60.883 euros, debido probablemente a la llegada de contribuyentes con ingresos extraordinarios o a operaciones patrimoniales significativas. Por el contrario, algunos municipios con altos ingresos medios, como Valldemossa en Mallorca, experimentan retrocesos abruptos debido a caídas importantes en los ingresos de sus residentes.
