El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha realizado un anuncio significativo que podría impactar gravemente en el mercado automovilístico global. En un movimiento que recuerda sus conocidas políticas de protección económica, Trump ha amenazado con aumentar los aranceles sobre los automóviles importados. Este anuncio se produjo durante la firma de una ley que revoca las regulaciones de California destinadas a prohibir la venta de automóviles a gasolina a partir de 2035, medidas que habían sido instauradas durante el mandato del expresidente Joe Biden.
Trump señaló que elevar los aranceles por encima del actual 25% podría proporcionar una mayor protección a la industria automovilística nacional. Según sus palabras, un incremento substancial de estos gravámenes haría más probable la construcción de plantas en suelo estadounidense: «Podría subir ese arancel en un futuro no muy lejano. Cuanto más se suba, más probable es que construyan una planta aquí», declaró el presidente.
Esta medida se suma a una serie de decisiones comerciales recientes, como la duplicación de los aranceles al acero y al aluminio al 50%. Todo ello ocurre en un contexto de negociaciones con la Unión Europea respecto a los aranceles sobre vehículos.
La revocación de las políticas de California
La administración Trump ha dado un paso más hacia la eliminación de las políticas de emisiones limpias impulsadas por el estado de California. En un evento celebrado en la Casa Blanca, firmó la eliminación de estas normativas, que incluían la obligatoriedad para los fabricantes de vender más vehículos sostenibles y la prohibición de los modelos a gasolina a partir de 2035.
Rescatamos oficialmente a la industria automovilística de EE.UU. de la destrucción al poner fin de una vez por todas al mandato de California sobre los vehículos eléctricos
Este cambio supone la anulación de las exenciones que permitían a California imponer estándares más estrictos que los federales. Las regulaciones californianas habían sido objeto de críticas por parte de varios fabricantes de automóviles, que argumentaban la necesidad de mantener estándares uniformes a nivel nacional.
